Que no los engañen, por Por Rafael Muñoz Abad*

10/10/2012 | Bitácora africana

Canarias no es esa plataforma de entrada a África por mucho que la prole que nos gobierna cuente historias trasnochadas y el maestro se presente en Cabo Verde a descubrir placas. Y como en la vida hay que hablar con propiedad, les voy a intentar explicar alguna razón al respecto. España, históricamente, no terminó de consolidar ni emocionalmente ni políticamente sus influencias en el continente africano; careciendo de navieras al estilo Bacoliner o Delmas. Herramientas marítimas que abastecen la fachada atlántica entre Casablanca y Luanda. Empresas que sirven de proyección geoestratégica y a la vez conectan los puertos del mar del norte y el Mediterráneo galo con los mercados africanos. Entes comerciales diseñados ex profeso para nutrirlos de todo tipo de manufacturas de un solo salto y sin escalas intermedias. Razón ésta por la que Canarias queda fuera de este tránsito y por que a los empresarios europeos no les hace falta una escala intermedia que sólo encarece costes. Los puertos de las antiguas metrópolis son así las verdaderas plataformas de entrada África. Solamente políticas portuarias como la del puerto de La Luz y Las Palmas, que ha sabido erigirse, conjuntamente con Gibraltar, en un nodo de bunkering para el Atlántico medio, son la única opción para salir en esta foto; razón por la que su puerto sí está en la Red Europea y no lo está el cadáver portuario tinerfeño. Las Palmas tiene una opción para formar parte del negocio y ponernos en la encrucijada marítima con África. Realidad que a día de hoy sólo es un delirio en la cabeza de algunos. Un alfiler viaja containerizado de Marsella a Dakar sin la necesidad de parar en Canarias para ser almacenado y redistribuido. Su plataforma logística es Antwerpen o Le Havre y no un puerto vacío y carente de competitividad alguna. Solamente Las Palmas, que trabaja para instituirse como un centro de reparación off shore y escala de grandes contenedores está a la altura; que no los engañen más. Tenerife no se mueve. Tenerife lleva fondeado años.

*CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL

cuadernosdeafrica@gmail.com

Original en : Diario de Avisos

Autor

  • Muñoz Abad, Rafael

    Doctor en Marina Civil.

    Cuando por primera vez llegué a Ciudad del Cabo supe que era el sitio y se cerró así el círculo abierto una tarde de los setenta frente a un desgastado atlas de Reader´s Digest. El por qué está de más y todo pasó a un segundo plano. África suele elegir de la misma manera que un gato o los libros nos escogen; no entra en tus cálculos. Con un doctorado en evolución e historia de la navegación me gano la vida como profesor asociado de la Universidad de la Laguna y desde el año 2003 trabajando como controlador. Piloto de la marina mercante, con frecuencia echo de falta la mar y su soledad en sus guardias de inalcanzable horizonte azul. De trabajar para Salvamento Marítimo aprendí a respetar el coraje de los que en un cayuco, dejando atrás semanas de zarandeo en ese otro océano de arena que es el Sahel, ven por primera vez la mar en Dakar o Nuadibú rumbo a El Dorado de los papeles europeos y su incierto destino. Angola, Costa de Marfil, Ghana, Mauritania, Senegal…pero sobre todo Sudáfrica y Namibia, son las que llenan mis acuarelas africanas. En su momento en forma de estudios y trabajo y después por mero vagabundeo, la conexión emocional con África austral es demasiado no mundana para intentar osar explicarla. El africanista nace y no se hace aunque pueda intentarlo y, si bien no sé nada de África, sí que aprendí más sentado en un café de Luanda viendo la gente pasar que bajo las decenas de libros que cogen polvo en mi biblioteca… sé dónde me voy a morir pero también lo saben la brisa de El Cabo de Buena Esperanza o el silencio del Namib.

    @Springbok1973

    @CEAULL

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