Prostitución de niñas en Sierra Leona a cambio de teléfonos móviles.

13/05/2014 | Crónicas y reportajes

Las adolescentes en Freetown, capital de Sierra Leona, están vendiendo sus cuerpos para comprar teléfonos móviles, exponiéndose a un mayor riesgo de embarazo y de enfermedades de transmisión sexual, según un estudio realizado por Save the Children. Krystle Lai, autor de la investigación, dijo que «Los teléfonos móviles representan todo lo que un adolescente asocia con ser joven y moderno. Son parte integrante de la idea de lo que quieren ser, y para conseguirlo, se involucran en conductas sexuales de riesgo. Según Lai, que señaló que Sierra Leona tiene una educación sexual pobre, “Las chicas jóvenes se ven obligadas a buscar hombres mayores, más ricos, que pueden permitirse comprarles teléfonos móviles, pero el poder económico en estas relaciones es desequilibrado e influye en el poder de negociación de usar un condón». Además, una vez que las chicas poseen un teléfono, especialmente las más pobres, para mantener el servicio y recargarlo, tienen que seguir vendiendo sus cuerpos.

La investigación en Freetown parece reflejar una tendencia global más amplia. El informe aclara que no hay evidencia de que la creciente demanda de teléfonos móviles fuera uno de los factores clave para que las niñas de los países de bajos ingresos participaran en el sexo transaccional. Los investigadores encontraron que las chicas en Freetown también utilizan el sexo transaccional para comprar ropa de moda, buenas notas en los exámenes, conocidas localmente como «calificaciones de transmisión sexual», y alimentos de primera necesidad.

A menudo, según los informadores, las niñas tienen diferentes compañeros para poder satisfacer diferentes necesidades. Los investigadores aclaran que «Una chica en la escuela estaba enamorada de tres chicos. Uno de ellos le hacía los deberes, otro le compraría ropa, y el tercero le compró un teléfono y le dio dinero. Uno sólo no lo hace”.

Los investigadores aclaran que hay diferentes tipos de hombre. “El viejo», puede ser mayor de 50 años de edad, el «gran hombre», entre 25 y 50 años de edad, y luego están los chicos jóvenes, esos son a los que las chicas aman en realidad, Una chica les dijo a los investigadores que “Muchas consideran que es mucho mejor ir con los ancianos, ya que pagan más dinero y sólo piden sexo oral, en lugar de las relaciones sexuales, así que no hay posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual o un embarazo».

El estudio muestra que muchas chicas jóvenes en el estudio tenían una escasa comprensión del VIH u otros riesgos de salud que rodean las relaciones. Lai dijo que los datos mostraban en todo el mundo un incremento en los embarazos de adolescentes y enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH, debido al sexo transaccional entre niñas y hombres mayores.

Obligadas a vender la virginidad por 17 céntimos

El estudio demuestra la diferente reacción de los padres ante la conducta de sus hijas. Mientras que los padres no se enteran, las madres a menudo eran plenamente conscientes de sus actividades y elegían ignorarlas o incluso animarlas. Según una chica «Si no hay nada en casa, la madre incitará a la chica para que salga a ‘encontrar algo’. Esta frase es muy común en la comunidad. Si tu madre te dice eso, tú ya sabes lo que significa». Otra niña describió cómo su amiga perdió su virginidad por una cebolla «Mi amiga tiró una cebolla y no tenía dinero para sustituirla por lo que tuvo que mendigar. El chico le dio a ella 0,17 € y luego le pidió sexo. Ella perdió su virginidad para comprar una cebolla».

Lai dijo que la pobreza llevaba a las madres a tomar decisiones difíciles. «Hay que ponerse en la piel de una madre con cuatro hijos. Tú eres pobre, tú puedes estar soltera y la única forma que tienes como madre de ganar algo de dinero, se ha visto en el pasado, es si vendes tu cuerpo «Como madre puedes enviar a un niño a conseguir algo de dinero, lo que tendrá un beneficio para tus otros tres hijos, o tienes a los cuatro pasando hambre. Estas son las decisiones a las que las madres se enfrentan a diario en Freetown».

Lai dice que castigar a las madres no es la respuesta. Los delincuentes sexuales son quienes deben ser penalizados «Necesitamos actividades que generen ingresos, y enseñar mejor las habilidades de crianza a las madres, que pudieron haber sido criadas por madres adolescentes ellas mismas. El ciclo de crianza de los hijos se ha roto y ahora le toca a la sociedad civil tratar de arreglar las cosas de nuevo… Sin embargo, los delitos sexuales deben ser castigados con todo el rigor de la ley, la cual dice que cualquier menor de 18 años es un niño, y se identificará cualquier tipo de relación sexual con un niño como un delito con una condena en prisión por un período de entre cinco a 15 años.

Adekunle Hastrup

AfricanSeer

[Traducción, Pilar Carrasco]

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