Principales flujos migratorios en África durante 2017

8/10/2018 | Editorial

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El tema migratorio se presenta con frecuencia como un elemento negativo, tanto para los países de origen como para los países de destino, y esto a diferentes niveles, como el social, cultural, económico o religioso.

Sin negar los retos que supone el conocimiento mutuo, la integración social, la creación de puestos de trabajo, etc. es necesario conocer primero los hechos reales en lo referente a las políticas económicas de cada país, y a la contribución al desarrollo que ofrecen los inmigrantes.

Nos centramos ahora en algunos datos de 2017 sobre el continente africano.

Un informe de la ONU afirma que la contribución de los migrantes en diversos países africanos es una contribución importante al desarrollo económico del país receptor, dice Mukhisa Kituyi, secretario general de “Unctad”.

Más de 36 millones de personas han emigrado durante 2017 en África, y hasta un 53% de los que se ha embarcado en un camino de migración internacional, se han quedado en su nuevo de elección. Entre los emigrantes de los países de África subsahariana, (19 millones) hasta el 80% se han quedado en sus nuevos países de residencia.

Unos 4 millones se han quedado en Sudáfrica, seguido por otros 2.2 millones a Costa de Marfil, seguidos de Uganda, Nigeria, Etiopia y Kenia.

Mientras que 17 millones se han quedado en otros países subsaharianos, solo 1 de cada 5 migrantes, ha optado por un país europeo, oriente medio o por América.

Los inmigrantes aportan una mano de obra cualificada y un enorme potencial de trabajo a sus países de destino. Además, la riqueza aportada por los inmigrantes a sus propios países de origen, llega al 51% del flujo total de capital privado en África.

Se trata pues de crear condiciones e infraestructuras para una adecuada planificación, digna acogida con empleo, e integración de los inmigrantes, en cada país de África y del mundo.

¿Por qué los gobernantes europeos y occidentales gastan cientos de billones de euros (unos 800 billones en tres años) en el control migratorio, sin preocuparse de crear infraestructuras y oportunidades de empleo y desarrollo en sus países de origen?

La razón más importante de esta falta de responsabilidad y solidaridad, es que el ser humano no cuenta para ellos, ni les importa realmente. En su egoísta política económica solo cuenta el control de recursos y el lucro a toda costa, incluso a costa de vidas humanas.

Las clases políticas partidistas y su economía neoliberal son la mayor lacra de cada sociedad, afirman los economistas más prestigiosos de la actualidad, abogando por un nuevo desarrollo sostenible, según la Agenda 2030.

Por eso siguen en auge los movimientos sociales de liberación democrática, gestión responsable de recursos y servicios, junto con la promoción de una economía más corporativa y solidaria, y de un comercio más justo, sobre todo con los países del sur.

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