Presupuestos generales en Nigeria. No llore más, señor Presidente

24/03/2009 | Opinión

Querido señor Presidente,

Se me rompió el corazón al escuchar su discurso en la ceremonia de la firma del presupuesto de la Asamblea Nacional, y todavía no me he recuperado. Usted se ofendió porque la Asamblea aumentó el presupuesto por encima de lo que usted había previsto y dejó en sus manos débiles la tarea de solucionar el problema. Incluso mencionó usted que los funcionarios públicos deberían aceptar un recorte de sus salarios como sacrificio personal. ¡Fue algo tan conmovedor!

Pero culpo a su asistente especial, encargado de los asuntos de la Asamblea Nacional, por no advertir adecuadamente de lo que son los senatracadores (perdóneme, quería decir senadores). No cuento con suficiente espacio para explicarle lo que es un senador, pero basta con decir que un senador es un hombre que descubrió, cuando tenía cuarenta años, que Papá Noel no existía y no ha podido perdonar a la sociedad por haberlo engañado. Le ha sido muy difícil creer en algo o en alguien desde entonces.

Por ello han aumentado el presupuesto de los 2.870 millones de nairas (casi 20 millones de €) que propuso usted hasta los 3.1 billones y dejaron la amenaza de un déficit de 1.350 millones, cual espada de Damocles, colgando sobre su cabeza. Calcularon ingresos provenientes del petróleo por encima de lo que usted pronosticó gracias a diferentes informes de seguridad y de campo. Y, con más lágrimas en los ojos, elevaron el presupuesto e hicieron que el déficit amenazante excediera en un 3% lo estipulado en la ley de Responsabilidad Fiscal.

Los miembros de la Asamblea Nacional son agnósticos políticos que no creen en nada. No creen en los militantes, no creen en la recesión mundial, no creen en la ley de Responsabilidad Fiscal, no creen en sacrificios, no creen en la reducción del precio del petróleo. Sólo creen en una cosa, la naira. En otras palabras, su religión es el nairaislam y el nairanismo.

En otras legislaturas del mundo se recortan y se reducen los presupuestos, pero los miembros de esos cuerpos legislativos no son nairaislámicos o nairatianos. Estos infieles de otras legislaturas creen que aumentar el gasto a costa del déficit es algo políticamente injusto. Tienden a considerar tácitamente que el hecho de que los gobiernos empleen dinero a costa del déficit reduce el dinero disponible para la inversión privada. Pero esto no lo consideran nuestros hermanos y hermanas agnósticos a quienes no les importa gastar dinero siempre que tengan el naira dispuesto a sacrificarse en el altar del Consumo.

Sin embargo, señor Presidente, comprendo su difícil situación. Nunca ha sido miembro de esta religión y no comprende sus ritos de adoración. Concédale una oportunidad y le confundirá, incluso si no consigue convencerle. Por eso lloré cuando dijo “Sin embargo, he de expresar algunas reservas sobre estos pronósticos demasiado elevados dada la realidad actual, la disminución de los precios internacionales del petróleo y las limitaciones de la producción. Debido a las actividades militantes en el delta del Níger, nuestra producción a veces se ha visto reducida a la cantidad de 1’6 millones de barriles al día cuando se había previsto una producción de 2’209 millones de barriles al día.”

Me cae bien, señor Presidente. Cuando escriba su biografía, recordaré titular este discurso como “Las lamentaciones de Umaru”. Usted es tan ingenuo como mi abuela cuando se dio la vuelta y dijo a un ladrón armado que le estaba apuntando con una pistola a la cabeza, “mejor que tenga cuidado con esa cosa, joven, porque puede dispararse”. Usted provocó carcajadas entre los miembros de la Asamblea Nacional cuando representó esta escena patética. Se dieron palmaditas en la espalda y bromearon.

Los miembros de la Asamblea son más astutos que el difunto Idi Amin Dada, que una vez fue el líder militar de Uganda. Amin no sabía por qué el gobierno no debería imprimir tanto dinero como quisiera y dejar que la vida siguiera como siempre. Pero parece que algunos de ellos necesitan que se les diga que el dinero sencillamente no puede imprimirse para satisfacer sus caprichos.

Como adoradores del Naira, se sintieron profundamente desconsolados cuando usted dijo “la base de nuestros ingresos está disminuyendo con la caída en picado del precio del crudo. Actualmente, el naira ha perdido un 25% de su valor ante el dólar estadounidense”. No creen en el dólar, sólo creen en el naira y no les gusta que se digan cosas tan blasfemas de su “dios”.

Pero el presidente del senado, David Mark, que presidió la decisión del aumento del presupuesto tiene unas palabras amables y reconfortantes para usted. Ha instado a los nigerianos a sacrificarse y asegurar que el presupuesto se implemente como se ha firmado. Me recuerda a aquel señor que prendió fuego a su propio asiento en el cine y salió corriendo mientras gritaba “¡Fuego, fuego, fuego!”

Pongan atención a lo que dijo íntegramente el presidente del Senado tal y como se reflejó en los medios de comunicación la semana pasada: “Considero que una vez que comencemos la implantación, veremos cuan lejos podemos llegar en cuanto a la cantidad que se podría implementar. Quiero decir, ir de los 2’29 millones de barriles al día hasta los 1’8 millones al día es una gran diferencia”. Mark se equivoca. Implementar un presupuesto no es exactamente como subir a un autobús y bajar en cualquier parada que se quiera. Es más bien subirse a un avión sabiendo el destino desde el origen.

Pero la Asamblea Nacional disiente porque su dios no es nuestro Dios. Escuche al portavoz de la Cámara de Representantes, el señor Dimeji Bankole: “Estoy de acuerdo con el Presidente, también he hablado de estas preocupaciones con algunos miembros de la Asamblea Nacional, estamos tan preocupados como él acerca del hecho de que estén disminuyendo nuestros ingresos”.

Por supuesto, no se debe acusar al portavoz de llorar lágrimas de cocodrilo porque es un hombre honorable. No recuerde ni siquiera a Anini, el famoso bandido que dijo, cuando le entrevistaron tras su detención, que solía preocuparse porque Monday Osunbor estaba matando personas. No recuerde que Abacha se preocupaba por la pobreza y buscaba la manera de darles poder a los nigerianos. Bankole está preocupado. Cítenme.

Bankole está preocupado. Mark está preocupado. Los senatracadores y representaladrones (perdonen a la imprenta, senadores y representantes) están preocupados. ¡Así que no llore más Umaru!

Michael John

Publicado en el Daily Independent, Lagos, Nigeria, el 16 de marzo 2009

Traducido por Laura Betancort, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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