Portugal dejó a la PIDE colaborar con el apartheid

21/07/2014 | Entrevistas

El 25 de Abril en Portugal terminó con la tenebrosa PIDE (Policía Internacional y de Defensa del Estado) que persiguió y asesinó millares de personas que lucharon por la libertad, pero poco se sabe sobre donde fueron muchos de los jefes y agentes de esta policía política fascista y colonial portuguesa. En una quinta de Portugal el Jornal de Angola entrevistó a quién fuera el segundo hombre de la jerarquía de la PIDE en Angola y fundador de los Flechas.

Después de la «Revolución de los Claveles», como especialista en guerra subversiva, Óscar Cardoso fue a trabajar para el régimen de la Rhodesia de Ian Smith y después para las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica. Eso en la época que éstas empezaron organizando y coordinando en la Jamba y la Franja de Caprivi las actividades de las fuerzas de UNITA, que interesaban a la supervivencia del régimen de apartheid. El operacional de PIDE cuenta toda su historia.

Óscar Cardoso fue inspector-adjunto de PIDE/DGS. Él era el número dos de la organización en Angola. En las sabanas del Cuango Cubango fundó los Flechas «para bloquear a la UNITA que querría hacer la guerrilla en la región». El éxito de estas fuerzas llevó a multiplicar los grupos en todos los teatros de operaciones. En1976, Óscar Cardoso fue a la Rhodesia de Ian Smith donde creó fuerzas especiales para enfrentarse a los guerrilleros de la ZANU, comandados por Robert Mugabe. Un año después fue a Sudáfrica para organizar las fuerzas de Savimbi en la guerra contra Angola. Por primera vez, después de la «Revolución de los Claveles» en Portugal y de la extinción formal de la policía política portuguesa, un alto responsable de la PIDE habla del recorrido de Savimbi al servicio de Portugal y de apartheid.

Jornal de Angola – ¿Fue a Angola como militar o ya trabajando para la PIDE?

Óscar Cardoso – Yo era un hombre de confianza del régimen y la PIDE supo que el director de la policía en Angola, São José Lopes, hacia parte de una conspiración con la Rhodesia y Sudáfrica para que proclamasen la independencia del territorio. Con São José Lopes estaban personas con gran poder económico en la provincia. Era necesario frenar aquello. Yo fui para Luanda con esa misión. En esa época ya era inspector.

JA – ¿Logró usted frenar la conspiración?

OC – Mi misión era secreta, pero São José Lopes supo de todo antes de yo haber desembarcado en Luanda. Por eso, cuando llegué, me envió a Cuando Cubango diciendo que había movimientos subversivos en esa región que era necesario detener. Él quiso librarse de mi rápidamente. En realidad las fuerzas de MPLA usaban el norte de Cuando Cubango para se infiltraren en la meseta central y Savimbi quería hacer la guerrilla ahí. Yo estudie antropología en la Escuela Colonial y me interesé por los khoisan, los llamados bosquimanos. Los conocí en realidad. Sobre la conspiración, ellos se detuvieron en esa época pero nunca abandonaron el proyecto. Luego después del 25 de Abril lo recuperaron.

JA – ¿Qué concluyó con sus estudios?

OC – Los bosquimanos fueron empujados hacia regiones más inhóspitas y por eso odiaban a todos los que no eran de su tribu. Verifiqué que eran rastreadores excelentes Leían los rastros como nosotros leemos un libro. Sabían si las huellas eran de hombre o mujer, si iban cargados o no. Un día me contaron que aquél rastro era de una mujer embarazada. El administrador Amaral Pontes tenía una gran pasión por los bosquimanos. Los llamaban de Tata Kun. Un día decidimos hacer una fuerza contra los grupos de UNITA que querían implantarse en Cuando Cubango. Como sus armas eran arcos y flechas les llamé de Flechas.

JA – ¿Cómo conseguían enfrentarse a las fuerzas armadas solo con arcos y flechas?

OC – Las flechas eran armas terribles. Ellos conocen un tubérculo muy venenoso que se queda unos días en infusión. Después lo colocan en las puntas de las flechas y cuando aciertan a las presas, se quedan paralizadas. Ni los elefantes resisten al veneno. Los Flechas arrasaron a los hombres de UNITA porque ellos tenían miedo de la noche. Los bosquimanos conocen la noche tan bien como el día y atacaban el enemigo cuando estaba durmiendo. Seguían el lema del general chino Sun Tse Wu, que vivió hace más de 3500 años atrás: sean más rápidos que el viento y tan misteriosos como el bosque. Sean destructores como el fuego y silenciosos como las montañas. Sean impenetrables como la noche y furiosos como el trueno.

JA – ¿Los Flechas en el Este también eran bosquimanos?

OC – No. Dado el éxito de los Flechas en Cuando Cubango, decidimos crear unidades en todos los puestos ubicados en teatro de guerra. En Gago Coutinho (Lumbala Ngimbo) fueron reclutar los antiguos guerrilleros que se entregaron o fueron hechos prisioneros. Después también recibimos un gran refuerzo de los guerrilleros de UNITA comandados por el major Sachilombo, formado en la academia militar de Nankin y que en la época era el número dos de UNITA.

JA – ¿La UNITA fue creada por la PIDE?

OC – No, la UNITA fue creada por Savimbi algunos compañeros y más, que recibieron entrenamiento político y militar en China. Nosotros conocíamos el perfil de todos y cuando si instalaron en el Frente del Este fuimos estableciendo contactos. Ellos estaban siendo muy útiles porque combatían las fuerzas de MPLA. Pero después se infiltraron en la zona del Munhango y comenzaron a incomodar la actividad de los madereros. En esa época hicimos lo que cualquier fuerza de inteligencia militar hace: establecimos contactos con Savimbi y sus oficiales.

JA – ¿Está hablando de la «Operación Madeira»?

OC – Exactamente. El personal de la PIDE y del comando de la Frente Militar Leste empezó estableciendo contactos con Savimbi y sus oficiales. Conseguimos solucionar el problema de los madereros. En los primeros contactos verificamos que Savimbi tenía mucho gusto en trabajar con nosotros. El general Bettencourt Rodrigues, un militar extraordinario, dio luz verde y UNITA pasó a combatir al lado de las tropas portuguesas.

JA – ¿Quién hizo los contactos con la UNITA en Munhango?

OC – Algunos nombres son públicos, pero yo no voy a repetirlos. Por una cuestión de ética solo yo voy a dar la cara. Y me refiero el señor general Bettencourt Rodrigues porque él nunca escondió su rol en la Operación Madeira. Savimbi tenía muchas ganas de combatir a las fuerzas del MPLA y nosotros lo ayudamos.

JA – ¿Savimbi hizo alguna exigencia para luchar al lado de las tropas portuguesas y de los Flechas de la PIDE?

OC – Hicimos un acuerdo, él combatía contra los guerrilleros del MPLA y nosotros en cambio le dábamos armas, apoyo logístico y medico. Savimbi estuvo varias veces internado en el Hospital do Luso (Luena). Él tenía problemas de salud que se agravaron más tarde. Recibió tratamiento varias veces en un hospital de Sudáfrica que tenía una área secreta destinada exclusivamente al personal de UNITA.

JA – ¿Después de «Operación Madeira» UNITA hizo operaciones contra la tropa portuguesa?

OC – Algunas, para limpiar su imagen. Cuando se supo que Savimbi estaba de nuestro lado, perdió el prestigio en África. Y él quería demonstrar que eran mentiras para perjudicarle . Hizo una operación que casi me costó la vida. Pero Dios me salvó.



JA – ¿No me diga que Dios estaba al lado de la PIDE?

OC – Ustedes piensen lo que quieren, pero yo fui salvado por Dios. Cuando los comandantes Sachilombo y Pedro fueron para Gago Coutinho, algún tiempo después empezaron a circular noticias que daban a UNITA como una organización al servicio de la PIDE. Entonces, Savimbi, que era muy traicionero, decidió hacer una operación para limpiar la imagen negativa. Me hizo caer en una trampa. Quería matarme, matar un coronel de Fuerza Aérea de Sudáfrica y el major Sachilombo.

JA – ¿Qué pasó?

OC – Savimbi mandó decir que quería mandar un grupo grande de guerrilleros para ayudarnos en la III y la IV Región de MPLA. Dijo que el comandante Nzau Puna iba a comandar esos grupos. Montamos una «Operación Viragem» y tratamos de todos los pormenores. El punto de encuentro era cerca de Cangamba. Nosotros mandamos los Flechas por tierra en dirección al local. Yo y el Major Sachilombo fuimos en un helicóptero sudafricano, pilotado por un coronel. Aterrizamos a cinco quilómetros del objetivo, en un pequeño altiplano, como estaba previamente concertado. Vino en nuestra dirección un hombre andrajoso, pero con las manos y uñas bien tratadas. Me quedé desconfiado.

JA – ¿Se retiraron de la área?

OC – Me quedé desconfiado y manifieste eso al Major Sachilombo. Pero decidimos acompañar a aquella rara figura. Dos quilómetros adelante encontramos nuestros Flechas. Estaban todos sin armas. Nos dijeron ue los oficiales de UNITA les pidieron que guardasen las armas porque estábamos en una operación de amistad y no deberían estar armados. Me quede todavia más desconfiado. El guía nos indicó una colina a más o menos diez quilómetros, era alli donde estaban los hombres de UNITA y Savimbi. En ese momento el Major Sachilombo me llamo aparte y dijo que saliésemos inmediatamente de ahí. Nosotros dijimos a los hombres para dispersaren y esperaren la llegada del helicóptero.

JA – ¿Cómo escaparon ustedes?

OC – Nosotros salimos de prisa hacia l helicóptero y cuando despegamos pedí al piloto pasar la colina donde estaba Savimbi y sus hombres. Pero el piloto dijo que tenía poca gasolina y era mejor regresar a Cangamba para repostar . Llegamos a una hora que ya no daba para regresar. En el día siguiente, al amanecer , salimos. Estaba todo limpio, pero sobre la colina caía una lluvia torrencial. No se veía nada. Dimos algunas vueltas hasta que nuestro radiotelegrafista en tierra nos contó que casi todos los Flechas habían sido muertos por UNITA. Le dije que desconectara la radio y se escondiera . Organizamos una operación de rescate. Los Flechas en tierra habían sido descuartizados. Fue horrible. Si no fuera por aquella lluvia hoy día no estaría aquí.

JA – ¿Se terminaron ahí las relaciones con UNITA?

OC – Continuaron, pero nos gustaría saber lo que pasó. Sus hombres dijeron que Savimbi decidió hacer la «Operación Baile» para limpiar la imagen de UNITA. Quería presentar mi cabeza, la del Major Sachilombo y del coronel sudafricano. Además se quedaron con el helicóptero como trofeo. Así demostraba que no tenía nada que ver con la PIDE y aún acusaba los portugueses de conexión a Sudáfrica. Decir al mundo que había matado en combate al fundador de los Flechas era un gran triunfo. Y hacía el rol de justiciero relativamente al Major Sachilombo.

JA – ¿Esa fue la única operación contra las fuerzas portuguesas?

OC – Todavía hubo más una o dos operaciones contra las fuerzas armadas portuguesas, siempre para mostrar que UNITA luchaba contra nosotros. Yo alerté para este comportamiento, pero nada pude hacer cuando después del 25 de Abril la inteligencia presento Savimbi como el «muata da paz» y UNITA como el «movimiento de los blancos».

JA – ¿Nadie lo quiso escuchar?

OC – No, yo estaba de licencia en Portugal y viví allá los acontecimientos del 25 de Abril. Perdí los contactos y no pude actuar. Aquella idea de hacer de Savimbi el gran dirigente angoleño de la paz fue un error trágico. Perdieron los angoleños y los portugueses. Después fui hecho preso en el Fuerte de Peniche. Estuve allá en dos momentos distintos: comandé el fuerte y después fui prisionero. Pero nunca nadie me golpeó. Solo quisieron destruirme psicológicamente. Yo resistí.

JA – Usted era considerado como de la línea dura de la PIDE.

OC – ¿Qué es eso de la línea dura? Nunca he torturado a nadie. Nunca he golpeado a ningún preso. Había un dirigente estudiantil que andaba haciendo lo que no debía y fue hecho preso. Cuando lo interrogue entendí que no valía nada y llamé a su madre para buscarlo en la PIDE. Al día siguiente todos los estudiantes supieron de lo sucedido y él perdió prestigio. Después del 25 de Abril reapareció y hoy día es un gran político. Pero confieso que a veces era necesario dar unos correctivos.

JA – La PIDE tenía infiltrados en los movimientos de liberación.

OC – Sí, nosotros teníamos y ellos también tenían personas infiltradas en nuestros servicios.

JA – ¿Después del 25 de Abril fue juzgado en Tribunal Militar?

OC – Fui juzgado y en mi hoja de servicio había relevantes servicios prestados a la patria, en el Ejercito, en la GNR (Guardia Nacional Republicana) y en la PIDE/DGS. Pasé dos meses de prisión por no haberme presentado semanalmente en el puesto de GNR, como había sido determinado por Tribunal Civil. En los meses que siguieron al 25 de Abril supe que UNITA había torturado y asesinado al Soba Matias en Cuando Cubango. Quedé en Shock Él era un combatiente precioso al servicio de Portugal.

JA – ¿Quién era Soba Matias?

OC – Un gran hombre. Un día él fue a encontrarme al puesto de PIDE en Serpa Pinto (Menongue) y dijo que andaban hombres de la UNITA a hacer mal al pueblo. Me pedio ocho armas para ir capturarlos. Yo confié en él y le entregué las armas. Capturó a los guerrilleros de UNITA. Desde entonces, fue un combatiente extraordinario. Después del 25 de Abril los hombres de UNITA fueron a su pueblo y le mandaron enarbolar la bandera portuguesa. Él rehusó . Lo torturaron hasta la muerte y lo despiezaron para dar ejemplo al pueblo. Fue terrible.

JA – ¿Y sabiendo esto, fue a trabajar con Savimbi en Sudáfrica?

OC – Yo tuve que huir de Portugal. Pasé 730 días preso en Peniche y cuando salí en libertad condicional, participé en algunas operaciones de ELP y de MDLP. Fui denunciado y los revolucionarios me querían prender otra vez. Cuando el autobús se atrasa 15 minutos uno ya se queda nervioso. Yo pase 730 días de mi vida en el Fuerte de Peniche. No quería quedar preso ni un minuto más. Contacte mis amigos en Rhodesia y fui para allá. Salí de Portugal clandestinamente y en Madrid mis amigos de MDLP me consiguieron un pasaporte. Ellos tenían muchos pasaportes en blanco. Yo tuve que coger un nombre falso.

JA – ¿Cómo pasó a llamarse?

OC – Rogério Ramon Pinto de Castro. Cada uno de estos nombres correspondía a mi seudónimo en organizaciones a que pertenecía: Ejército de Liberación de Portugal (ELP), Movimiento Democrático de Liberación de Portugal (MDLP), Frente de Liberación de Azores (FLA) y Frente de Liberación de Madera (FLAMA). Rellenamos el pasaporte y un amigo hizo un timbre con una patata para parecer verdadero. Después embarqué para Salisbury (actual Harare, capital de Zimbabue).

JA – ¿En Portugal participó en atentados de MDLP y ELP?

OC – Yo ayudé a hacer atentados, pero solo atacábamos las sedes del Partido Comunista. Todavía intentamos salvar Portugal, pero cuando necesitábamos de un presidente, el general Spínola escapo para el Brasil. Entendí luego que no iría dar en nada.

JA – ¿António Spínola no era vuestro jefe?

OC – Nunca lo fue. El ELP fue fundado por el coronel Santos e Castro. El MDLP fue creado por el comandante Alpoim Calvão. La FLAMA tenía poco peso y la FLA no llegaría a ningún lado. La CIA me pidio ir a Azores ver si había posibilidades para su independencia. Pero eso solo era posible si derrotábamos a los comunistas. Moscú estaba detrás del 25 de Abril. Ellos querían a Portugal en la órbita comunista por causa de las colonias. Pero entendí que no llegaríamos a ningún lado, entonces decidí entregar mis servicios a Rhodesia.

JA – ¿Trabajó con la CIA?

OC – Sí, trabajé pero solo después del 25 de Abril. Fui a la s Azores a ver si había posibilidad de declarar su independencia. Mis contactos fueron muy importantes, más tarde. Mi amigo Daniel Chipenda fue abandonado por los americanos después de la independencia de Angola y yo lo coloque en la CIA.

JA – ¿Antes de ir a Rhodesia: cuál fue el papel de Mário Soares en el «Verão Quente» (verano caliente)?

OC – Se sirvió de nosotros. Él quería a cualquier costo el poder. Apoyó a las operacioes de ELP y de MDLP, trabajó con la CIA, haciendo todo lo que Carlucci le mandó. Es muy similar a Savimbi. Por eso, soy capaz de sentarme a la mesa con todos, menos con los socialistas.

JA – ¿Cuál fue su papel en la Rhodesia de Ian Smith?

OC – Organicé las fuerzas especiales, para enfrentarse a los guerrilleros de ZANU. Yo gané mucha experiencia en Angola y terminé por crear los Flechas en Rhodesia. Un año después, me marché. Ellos me trataban como si fuera un sirviente. Nunca fui tan maltratado. Cogí un vuelo para Johannesburgo. Vieron el apellido Castro en mi pasaporte, y mi rostro con barba y me dijeron que era un espión cubano. Pedí un rand para llamar al brigadier Ben Roos y no me lo dieron . Ofrecí diez dólares rhodesianos por un rand y nada. Después vino un oficial, escuchó mi historia y me dio un rand para llamar. Hablé con el brigadier y él envió a sus hombres para buscarme al aeropuerto.

JA – ¿Fue así que se quedó a trabajar en Sudáfrica?

OC – Mi idea era esa. Ben Roos me dijo que Sudáfrica estaba preparando una batalla final contra Angola y que la ganarían. Me invitó a ser el oficial superior de conexión con los hombres de UNITA y del Batalhão Búfalo. Lo acepté. Pero lo alerté de inmediato de la personalidad de Savimbi. Él ya lo sabía todo. Fue así que fui para Oshakati, donde organicé el comando. Y empecé a trabajar con el personal de UNITA.

JA – ¿Quién era su contacto?

OC – Era el señor Isaías Samakuva, un hombre extremamente limitado y con poco rasgo. No es fácil trabajar con personas que no entienden nada de lo que hablamos. Le expliqué que Sudáfrica quería que UNITA sirviera como tapón a los avances del SWAPO. Pero Savimbi había dicho que UNITA estaba luchando contra los cubanos y los rusos y él repetía eso. Pero no tomaba cualquier decisión. Cuando veo que hoy día es líder de UNITA, me quedo sorprendido. Él no sirve para liderar sea lo que sea. No tiene cualidades.

JA – ¿En esa época habló con Jonas Savimbi?

OC – Muchas veces. Pero él nada tenía que ver con esas operaciones, los sudafricanos no confiaban en él. En Oshakati y en Rundu solo tratábamos de inteligencia, de operaciones militares y de sabotajes. Savimbi era un político, nada tenía que ver con estas cosas. La base militar principal era en Jamba. Los sudafricanos y americanos crearon allí aquella estructura, grande para cualquier parte del mundo. Allá nada faltaba. Pero yo estaba más conectado a la inteligencia y a las operaciones. En principio, un objetivo era frenar SWAPO. Savimbi aceptó las reglas, pero pronto mostró que su único pensamiento estaba en combatir al MPLA para un día llegar al poder en Angola. Además de traicionero, él era de una ambición sin límites.

JA – ¿Cuál era su misión?

OC – Yo hacía de todo. A veces sin cuenta fue llevar armas y municiones a la frontera. Transporté decenas de heridos. Ellos eran retirados de Angola en bicicletas y llegaban a la frontera en pésimo estado. Casi siempre tenían que ser enviados para Rundu. Cuando el Hospital de Ondângua no respondía a la gravedad de los heridos, iban para Pretoria, para el Hospital Voortekerhoogte. Allí los servicios secretos crearon una área para el personal de UNITA. Nadie tenía acceso a esa área. Médicos, enfermeros, técnicos y personal de apoyo eran todos para los servicios secretos.

JA – ¿La UNITA usaba armas sudafricanas?

OC – Ni pensar. Sudáfrica no podía arriesgarse tanto. Teníamos un esquema perfecto. Comprábamos armas de origen soviético a Hungría, y UNITA decía que aquél material fue aprehendido a las FAPLA durante los combates. Todas las armas eran soviéticas. Entregábamos el material en Omungwelume, en el Marco 14. Allí era el centro logístico. En Rundu teníamos un gran aeropuerto donde llegaban los vuelos cargados de material. En esa época, también estaba activo el Batalhão Búfalo, entrenado por mi amigo Jan Breytenbach, un gran militar sudafricano. Y teníamos Flechas del Cuando Cubango. Hoy viven en alguna parte de Sudáfrica, abandonados por todos.

JA – ¿En Jamba encontró los políticos portugueses que iban a ver Savimbi?

OC – En Jamba era más para mostrar la organización de UNITA y yo trabajaba como operacional. Allí estaban todos seguros, los aviones de Fuerza Aérea Angoleña no tenían capacidad de ir allá a bombardear y regresar a sus bases. Los portugueses iban más para tratar de negocios. Los diamantes y el marfil trajeron muchos amigos a UNITA.

JA – ¿Sabe lo que pasó con el vuelo de João Soares?

OC – Claro que lo sé. El avión era de un gran amigo mío, Joaquim Silva Augusto, comerciante en Rundu. Él como piloto no era muy bueno. Cargaron la bodega del avión con puntas de marfil y con diamantes. El avión despegó, pero Augusto no consiguió aguantarlo. Fue terrible, quedaron todos muy mal. Fueron transportados al Hospital Verwoerd, donde mi mujer era enfermera. Solo sabíamos que Augusto estaba gravemente herido. Mi mujer fue inmediatamente hacia el hospital, pero no encontró a Augusto porque estaban haciendole una radiografía. Los otros tenían los ojos negros, estaban irreconocibles.

JA – ¿Cómo supo que uno de los heridos era João Soares?

OC – Mi mujer supo que los heridos eran todos portugueses. Al día siguiente ya encontró en el hospital a la madre y mujer de João Soares. Él estaba gravemente herido. Nuestro amigo Augusto también. El trafico de diamantes y marfil de esa vez no les fue bien.

JA – João Soares dijo que eso era invención del Jornal de Angola.

OC – El avión estaba lleno de marfil y diamantes. Pregunten al nuestro amigo Augusto, que él confirmará todo. UNITA robaba los diamantes en Angola y mataba a los elefantes. Después los amigos iban a buscar ese material.

JA – ¿Es verdad que los sudafricanos pidieron a Mário Soares que apoyara a UNITA y a cambio salvarían a su hijo?

OC – No lo sé. Mário Soares no fue a Sudáfrica a ver a su hijo al hospital. Maria Barroso estuvo allá muchos días. La mujer de João Soares también. Es una situación interesante. Yo trabajaba en la conexión de los sudafricanos con UNITA y Mário Soares apoyaba a UNITA en Portugal. Estábamos unidos con el mismo objetivo. Pero para mí, ese hombre fue que peor a sucesido a mi querida patria.

JA – ¿Pertenecía usted a las Fuerzas Armadas sudafricanas?

OC – Yo trabajé siempre con la inteligencia militar. Y estoy como coronel en mi jubilación en la Fuerza Aérea de Sudáfrica. Fui condecorado. Cuando llegó el tiempo de ir para casa me preguntaron si deseaba una pensión mensual o recibir todo de una vez. Preferí el dinero, me dieron 100.000 euros. Fui muy bien tratado en Sudáfrica. Participé en las negociaciones que llevaron a la retirada de nuestras tropas en Angola.

JA – ¿Cómo oficial de las fuerzas sudafricanas?

OC – Sí, en esa condición. Era perito en inteligencia militar. Me reuní con los oficiales angoleños y nos tratamos con respecto. Del lado angoleño estaba gente con mucho valor. Retiramos nuestras fuerzas más allá del paralelo determinado. Pero la guerra a través de UNITA continuo hasta la Batalha do Cuito Cuanavale. Fue una batalla final. Los angoleños salieron victoriosos. Tengo que reconocer que fueron heroicos, lucharon por su patria como nadie. Son los vencedores.

JA – ¿Tiene alguna pensión del Estado Portugués?

OC – Tengo una pensión porque serví a Portugal en el Ejército, en la GNR y en la PIDE/DGS. Fui condenado y alabado. Pero ahora me van a recortar la pensión. Estoy muy triste con el Portugal actual y aprensivo en cuanto al futuro. Hay demasiada corrupción. Debe ser el país más corrupto del mundo. Después, las maniobras del súper capitalismo están llevando las personas a la pobreza.



JA – ¿Cómo ve las relaciones con Angola?

OC – También estoy aprensivo. La manera como tratan a Angola es indignante. Hay situaciones de autentica irresponsabilidad. Pero Angola y Portugal están condenados a tener buenas relaciones. Espero que todos los problemas se arreglen . La presencia de China en Angola también me preocupa. Si ellos no tuviesen ambiciones expansionistas, no necesitarían de un ejército tan grande. Aquellos millones de hombres en armas no son solo para las paradas militares .

José Ribeiro

Fuente Jornal de Angola

Traducido por Graça Barradas

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos recientes

Las enfermedades mentales en África, por Bartolomé Burgos

Las enfermedades mentales en África, por Bartolomé Burgos

El Dr. Pierre Sans es un psiquiatra jubilado, que dedica su jubilación a ejercer la psiquiatría en numerosos países de África. Ahora publica un artículo muy crítico con el trato a los enfermos mentales en África. ¿Qué artículo es ese y qué nos revela del trato a los...

Un sacerdote entre dos mundos, por Gaétan Kabasha

Un sacerdote entre dos mundos, por Gaétan Kabasha

El 9 de noviembre de 2003 recibí el sacramento del Orden en Bangassou, en la República Centroafricana. Pocos años antes había tenido que dejar mi país, Ruanda, durante el genocidio. Tras estudiar en el seminario de Bangui y en el de San Dámaso, en Madrid, ahora volvía...

Los vientos de cambio en África subsahariana, por Gaétan Kabasha

Los vientos de cambio en África subsahariana, por Gaétan Kabasha

Estamos en una convulsión general al nivel mundial que podría terminar cambiando el tablero geopolítico global. Las diferentes guerras y los conflictos larvados están favoreciendo el surgimiento de los nuevos ejes donde gravitan los países. Los centros del poder se...

Más artículos en Entrevistas