Por una vida digna.

4/04/2016 | Editorial

Hoy es la: “Jornada pro-vida”, como deberían ser todos los días.

En principio al menos, todos estamos a favor de la vida y esto incluye todo ser viviente. La realidad, como lo constatamos cada día, es muy distinta.

Aunque todas las culturas valoran la vida como el más preciado tesoro, pienso que las culturas africanas subsaharianas que yo conozco, mantienen un respeto sagrado hacia todo ser viviente, del mundo natural, animal y especialmente del ser humano.

Su concepción de cada ser viviente y del universo es: vital, integral e interrelacional, donde todo está interconectado, y donde es prioritario respetar y fomentar la armonía.

Existen, como en toda sociedad, abusos contra la dignidad de la persona humana. Pero nunca he encontrado en el África subsahariana tradicional, ni la escala, ni la crueldad contra la vida humana, que han impuesto los poderes coloniales occidentales y los poderosos del sistema capitalista actual, sobre los pueblos africanos.

Además de saquearles sus tierras y recursos, los mantenemos en la dependencia financiera y les hacemos la vida imposible con nuestro tráfico de armamentos para controlar sus recursos. Luego, cuando quieren salir de la miseria que les hemos causado, les cerramos las puertas para que no nos molesten.

Algunas consecuencias de estas nuevas formas de esclavitud que estamos provocando, son evidentes: atentados terroristas a diario, millones de desplazados de sus tierras, grupos jihadistas, creciente desigualdad en la sociedad, frustración sobre todo entre los jóvenes, inseguridad generalizada, etc.

Cuando se destruye la confianza y el respeto mutuos, estamos minando la vida misma y la convivencia social en armonía y solidaridad. Nos estamos deshumanizando y privando la vida humana, de su misma dignidad y potencial.

Movimientos que dan vida:

La inmensa mayoría de seres humanos, familias, sociedades y líderes, somos trasmisores de vida y buscamos compartir vida de calidad con los que nos rodean, y con atención especial hacia las personas más marginadas.

Todos hemos conocido ejemplos maravillosos y extraordinarios en el cuidado de otras personas. Los testimonios de padres, madres y muchísimas otras personas que se desviven por ayudar a personas sin trabajo, hogar y pobre salud, son con frecuencia emocionantes. El testimonio de la madre marroquí: Latifa Ibn Ziaten es un ejemplo.

Existen tantos testimonios valientes, de mujeres y hombres, que tanto en África como por el mundo, están arriesgando sus vidas en lugares de violencia y hasta en las cárceles de los dictadores, para promover vida y dignidad a los demás.(Victoire Ingabire en Ruanda).

Conocemos a muchos amigos-as que han dado incluso su vida por los demás, sobre todo en lugares y tiempos de guerra y violencia.

Existen también Foros y Movimientos sociales, nuevas iniciativas por una Economía del Bien Común y el Comercio Justo, que buscan crear estructuras y políticas de vida y no de esclavitud.

El impacto del Papa Francisco, en promover vida, respeto y solidaridad, es fuera de serie.

Movimientos que restan vida:

A mismo tiempo, todos podemos observar cada día, demasiados ejemplos de crímenes contra la humanidad (RDC, Sudan, Siria, Arabia Saudí, etc.), terrorismo de los estados poderosos y multinacionales, grupos terroristas, tráfico de personas- drogas y armas, y un sinfín de esclavitudes que se continúan, por un abuso ciego y cruel del poder y de los recursos.

Todos podemos invertir los talentos que hemos recibido, en compartir con los demás vida, bondad, justicia y solidaridad. Como también podemos ser instrumentos de manipulación, abuso y hasta de odio y violencia.

Sin embargo el ser humano está fundamentalmente creado y destinado para gozar y compartir vida, bondad, fraternidad y Felicidad.

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