Por una nueva economía social

20/05/2019 | Editorial

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Algunos la llaman el “Tercer Camino”, porque se distancia del capitalismo neoliberal y de la economía centralizada.

Se trata de estudiar y practicar una economía diferente, una que da vida y no mata, incluye y no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la despoja, potencia el bien común, a través de una economía libre pero más colaborativa, basada en los valores humanos.

Ludwig Erhard, es el responsable de la implementación política de lo que se denominó “economía social de mercado. Por su parte, el economista y sociólogo, Alfred Müller-Armack en su libro Economía libre y economía dirigida (1947), le agregaba a la idea un rol complementario del Estado, al que veía como garante de un plafón indispensable para el desarrollo. Para Erhard, la economía libre era la mejor herramienta para el desarrollo social. Para Müller-Armack era una condición indispensable, que debía ser acompañada por algunas políticas públicas, para garantizar el bienestar social.

Durante un encuentro que mantuvieron el fin de semana (10-11 mayo 2019) en la residencia de Casa Santa Marta, el papa Francisco y el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz coincidieron en la necesidad de impulsar a nivel global una «economía social de mercado», pero que «mire al futuro con la voz de los más jóvenes».

En ese marco, el pontífice animó al economista estadounidense a «impulsar encuentros y programas vinculados a los problemas actuales de la juventud a nivel global» junto a la fundación pontificia Scholas Occurrentes.

En un clima «amigable» en su primer encuentro cara a cara, el Papa y el Nobel de Economía coincidieron en advertir sobre «los problemas de ciertas formas de economía de mercado que no ponen los mercados al servicio de los pueblos sino a los pueblos al servicio de los mercados y exacerban el comportamiento individualista», sin buscar el bien común.

Esta propuesta va en la misma línea de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) promovida por otros economistas premios Nobel de economía, como Geodfrey Sachs, Jean Tirole, etc. y aprobada por los gobiernos de 192 países, en 2015.

Se trata pues de una economía social con libre mercado para que sea productiva, pero al mismo tiempo, colaborativa y ética, es decir, que busque un desarrollo sostenible para el bien común. Se diferencia pues de la económica capitalista que beneficia el acaparamiento para unos pocos, y de la economía centralizada que controla y limita la creatividad personal.

«El Papa ha invitado al Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y al presidente del Instituto de Nuevo Pensamiento Económico (INET, por sus siglas en inglés) Robert Johnson, a impulsar una serie de trabajos concretos junto a la fundación pontificia Scholas Occurrentes para llevar la voz de los jóvenes a los estudios económicos e impulsar encuentros y programas vinculados a los problemas actuales de la juventud a nivel global», ha señalado la ONG pontificia en un comunicado.

El papa Francisco se alía con Joseph Stiglitz contra el capitalismo de la «economía que mata». El Nobel de Economía se suma al congreso convocado por el Papa en Asís que pretende promover un sistema sostenible, no de beneficio a toda costa.

El papa Francisco y el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, se han reunido para luchar contra el capitalismo exacerbado que provoca «una economía que mata”, en palabras del Pontífice, y han lanzado una alianza para promover una «economía social de mercado», que no es ni “capitalista ni socialista o centralizada”, sino social, ética y del bien común.

«Es fundamental trabajar desde la educación en sistemas alternativos que no tengan como premisa la idea de idolatrar al dinero. Tenemos que tratar de desarrollar programas y estudios alrededor del concepto de economía circular, que contribuyan a una educación consciente de la sostenibilidad ambiental que requiere devolverle al ambiente lo que se le quita», propuso Stiglitz durante el encuentro. El Papa se sumó a la propuesta: «Sin mejoras en la economía, la humanidad va hacia el suicidio».

«A nosotros nos interesa profundamente poder trabajar con Scholas en profundizar las discusiones sobre las cuestiones sociales y los cambios que genera la globalización en las sociedades, así como pensar en ideas concretas sobre lo que deberíamos hacer para que la tecnología y los mercados estén al servicio de la humanidad y no al revés», analizó el premio Nobel.

Tras su reunión con Stiglitz, la Santa Sede anunció la convocatoria de un encuentro mundial de economistas y jóvenes, que tendrá lugar en Asís (Italia) en marzo de 2020, con el objetivo de apoyar «una economía cristianamente inspirada». El obispo de Asís, Domenico Sorrentino, desveló que el Papa «nos pidió que no quedara en un evento, sino que iniciara un proceso».

El primer paso ha sido el envío de una carta a todos los economistas, emprendedores y emprendedoras del mundo, animándoles a participar en el encuentro Economía de Francesco para promover una economía basada en los valores humanos y no en el beneficio a toda costa.

En la carta, el pontífice invita a «conocer a quienes hoy se están formando y están empezando a estudiar y practicar una economía diferente, una que da vida y no mata, incluye y no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la despoja».

«Será un encuentro sobre la economía social, que sirve a la persona humana. «Es una economía que sirve al hombre, inclusiva y que no deja a nadie fuera, que respeta el medio ambiente y promueve el bien de todos los residentes de la Casa Común», explicó Turkson.

Conviene ser consciente del rápido aumento de cooperativas, banca ética, comercio justo y otras iniciativas de esta economía del bien común, que siguen creciendo en muchos países. En algunas regiones esta economía alcanza ya el 37% de la economía.

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