El bloque 15. En adelante hay que habituarse a esta denominación en el latente conflicto que opone la RDC a Angola sobre la explotación petrolífera del litoral oeste. La parte inmersa del iceberg se ha revelado con la adopción de la ley sobre delimitación de las fronteras terrestres y marítimas de la RDC. Kinshasa reivindica sus 200 km. de aguas territoriales. Hasta ahora Kinshasa se contentaba con un pequeño “campo” de 40 km. Ahora bien, en el espacio marítimo reivindicado se encuentra un maná petrolífero impresionante, ya explotado por diversas multinacionales por cuenta de Angola. Se trata del famoso bloque 15, cuyas reservas están calculadas en 4.000 millones de barriles. Luanda opina que la ambición congoleña es desmesurada.

La RDC tiene la ambición de convertirse en gran productor africano de petróleo y los expertos han cribado el espacio territorial. La RDC no comprende la enorme diferencia con Angola, con quien comparte el mismo campo petrolífero; mientras Luanda produce millones de barriles diarios, Kinshasa extrae, por medio de la empresa Perezco, apenas 25.000 en el territorio de Muanda, en el Bajo Congo. ¿Hasta dónde se extienden los límites de las aguas territoriales de la RDC?, ha preguntado a los expertos.

Se descubre el pastel

Pronto se descubre el pastel. Una ley en desuso delimita las fronteras marítimas. Con la adopción en el Parlamento congoleño de una ley sobre delimitación, Kinshasa descubre que según la convención de las Naciones Unidas sobre los derechos marítimos de 1982, debe extender sus fronteras marítimas hasta 200 km. En opinión del gobierno, esta ley debería permitir a la RDC reivindicar ante diversas instancias sus derechos petrolíferos en el Atlántico, con límites bien claros.

El problema está en que Angola explota ya ahora el famoso bloque 15 en ese espacio, del que saca 500.000 barriles diarios. En consecuencia se produce un cierto pánico en Luanda.

La manzana de la discordia

Luanda no sospechaba de ningún modo que Kinshasa fuera a despertar de su profundo sueño para reclamar el maná petrolífero del bloque 15. Los repetidos roces últimos entre angoleños y congoleños tendrían su origen en este litigio, que está ahora en las instancias onusianas a petición del Congo. Se trata de una afrenta para Luanda; se trata de un derecho para Kinshasa.

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La ley internacional, concretamente la convención de Monte Gobe, otorga el derecho a todo Estado a considerar su zona territorial las aguas a 200 km de su costa; más allá de esta distancia son aguas internacionales. Por tanto la RDC tiene derecho a abrir una zona o un corredor de al menos 20 km. De ancho y 200 km. de largo entre el enclave de Cabinda y Angola, esto es, una zona de 4.000 km2. (…) Según la convención, el bloque 15, explotado por Angola, cae en el espacio marítimo de la RDC y ésta tiene todo el derecho a sacar provecho de sus reservas petrolíferas (4.000 millones de barriles repartidos entre Exxon –40%-, British Petroleum -26,6%-, AGIP -20%-, y Statoil -13,3%). Al mismo tiempo, en la zona se encuentran explotadas por Angola reservas de 400 millones de barriles (Tullov Oil y Chevron). Ese es el terreno de batalla entre Kinshasa y Luanda.

¿Negociar o ir al arbitraje?

No se ha llegado al estadio de conflicto pero el litigio está ahí. Las opciones que se presentan a la RDC son dos: negociar amablemente con Angola o acudir a la Corte Internacional de La Haya en defensa de sus derechos. No se ha decidido el camino a seguir, pero Kinshasa no excluye reclamar el arbitraje internacional. El litigio entre Nigeria y Camerún sobre la península de Bakasi ha sentado jurisprudencia en la materia. Parece que Angola preferiría un arreglo amistoso y estaría dispuesta a pagar un tanto fijo a la RDC; se comenta que 600 millones de dólares.

(Le Potentiel 07-11-09)

Traducción de Ramón Arozarena.