Paul Kagame: una humillación sin precedentes en Bruselas

9/12/2010 | Opinión

La policía belga acude a ayudar a los agentes de seguridad ruandeses frente a los resistentes congoleños

El lunes, 6 de diciembre de 2010, será sin duda una fecha a recordar en los anales de la historia de la resistencia congoleña en la diáspora. Mientras que algunos colaboradores celebran sin duda el cuarto aniversario de la consagración de la impostura de Joseph Kabila a la cabeza de las instituciones de la República Democrática del Congo, RDC, tras las elecciones truncadas de 2006, Paul Kagame, el mentor de nuestro impostor nacional acaba de sufrir un serio revés diplomático en Bruselas. La resistencia congoleña, una vez más, acaba de dar muestras de su determinación para acabar con la tragedia que vive el pueblo congoleño, desde hace más de dos décadas.

Después de la publicación de un informe de la ONU sobre una parte de los crímenes cometidos por el FPR en la RDC, Kagame pensaba en desplazarse a Bélgica para paliar los efectos de este documento que confirma a todo el mundo que es justo el sobrenombre que le han puesto: el Hitler africano. Después de haber conseguido ser invitado al parlamento europeo en el marco de las Jornadas Europeas de Desarrollo, que han tenido lugar en Bruselas los días 6 y 7 de diciembre de 2010, el “carnicero de Kigali” seguro que estaba contento, pensando que ya había logrado su objetivo. Por ello, con gran confianza y arrogancia aprovechó el sábado, 4 de diciembre, para reunir en una gran sala de la capital belga, a algunos de sus compatriotas ruandeses. Mientras tanto, centenares de congoleños y hutus opuestos a su régimen, se manifestaban a las puertas de dicha sala. La compatriota Dunia Sendwe, que había logrado entrar en los locales, fue golpeada y expulsada sin contemplaciones.

Uno de los agentes ruandeses de la seguridad de Paul Kagame, se divirtió burlándose de los congoleños presentes diciéndoles que “Hemos invadido el este y ahora vamos a invadir incluso Bruselas”. Pero, a pesar de la nieve y el frío, los manifestantes se mantuvieron firmes. Ellos dieron una primera señal de la determinación de las víctimas de Paul Kagame, para denunciar sus crímenes en la región de los Grandes Lagos, y para reclamar justicia para esos millones de víctimas.

Congoleños en cólera

El día 6 de diciembre, mientras que otros congoleños y ruandeses se manifestaban de nuevo, el mismo agente de seguridad ruandesa, que iba armado con una pistola, según ha precisado Henry Muke, volvió a provocar a los congoleños suscitando de nuevo su cólera. Al final de esta segunda manifestación, en torno a las 16.00 horas, mientras que el agente ruandés se burlaba de los congoleños, se aproximó a la gente para tomar fotos de los manifestantes presentes, pero la resistencia congoleña se abalanzó contra él, decididos a evitarlo y para hacer que se arrepintiese de su imprudencia. Otros agentes ruandeses presentes, se precipitaron sobre los congoleños para intentar liberar a su colega atrapado. El enfrentamiento se tornó en una auténtica pelea generalizada. Los policías belgas intervinieron, algunos incluso temiendo que los agentes de seguridad ruandeses (la mayoría provenientes de Kigali) utilizasen sus armas contra los manifestantes. Se lanzaron contra el grupo de congoleños y sacaron a los agentes ruandeses.

Pero por alguna razón inexplicable, lamentablemente el incidente no se detuvo ahí. Se produjeron algunos enfrentamientos entre algunos congoleños y la policía belga que mostraron una violencia extraordinaria. Por ello, dos hutu, uno de ellos periodista, y cinco congoleños fueron arrestados, y permanecen bajo custodia policial, desde el lunes por la tarde. Se trata de Roger Kabeya, Pitchou Moyebe, Patrick Mbo, un tal Arena y un tal Carlo. Sin embargo, a causa de los golpes recibidos, otros dos congoleños fueron trasladados de urgencia al hospital Saint Jean, después de haber sido llevados ante la policía, Marie Claire Lusamba y Esaïe Sumbu.

Contactados por la noche en el hospital, por la redacción de L’oeil Patriote, la señora Lusamba afirmó haber sido golpeada por 3 o 4 policías, y se quejaba de dificultad para caminar y dolor severo en el abdomen y el cuello. Según el último informe médico, será inmovilizada durante tres días por prescripción médica. En cuanto al señor Sumbu, desfigurado, ensangrentado y en estado de shock, declaró que había sido atacado por muchos policías, al menos diez. Según los médicos iba a estar en observación durante toda la noche por temor a alguna lesión cerebral. Los médicos creen que deberá estar inmovilizado entre una semana y un mes. Pero, a pesar de este diagnóstico, el personal médico y las personas que le habían acompañado al hospital, intentaron en vano por todos los medios convencerle para que se quedase en el hospital, el señor Sumbu, salió de la institución declarando que lo hacía porque temía por su vida. Hay que decir que después de la muerte sospechosa de congoleños, entre ellos el cardenal Etsou, en hospitales de Bruselas, los congoleños no se fían de estas instituciones.

La redacción de L’oeil du Patriote durante las conversaciones con ellos, les reafirmó su apoyo y les comunicó el éxito rotundo de la movilización de la resistencia congoleña. En efecto, al igual que los senadores ruandeses que acababan de ser humillados en Suecia, (ver el artículo del 29 de noviembre de 2010), el viaje de Paul Kagame a Bélgica ha terminado con un rotundo fracaso para el dictador ruandés.

Porque, como han desvelado los medios de comunicación belgas, no se podía reunir con las autoridades belgas a su antojo. Estas últimas, educadamente, han alegado “problemas de agenda” para justificar su rechazo, Paul Kagame, inmediatamente después anuló su participación en las Jornadas Europeas de Desarrollo, y se hizo reemplazar por la ministra ruandesa de Exteriores.

El diario “L’oeil du Patriote” invita a los patriotas congoleños de todo el mundo, a movilizarse para que sean puestos en libertad los manifestantes congoleños y ruandeses que todavía están en las cárceles belgas, tras los incidentes que empañaron el día de la manifestación contra Paul Kagame. Según un testimonio de Bélgica, algunos de ellos han sido golpeados de nuevo. Un cámara ha desaparecido y sus familiares siguen sin tener noticias suyas. Nuestros compatriotas dicen que encuentran particularmente sospechoso que, por lo que ellos saben, el pueblo congoleño no ha sido tenido en cuenta ni estaba representado en estas Jornadas en las cuales su verdugo, Paul Kagame, presidente de Ruanda, debía comparecer.

¿No es una vergüenza que las víctimas congoleñas y ruandesas que reclaman justicia duerman en la prisión o estén en el hospital, mientras que el Hitler africano, a pesar de un informe de la ONU de más de 600 páginas sobre los crímenes cometidos en la República Democrática del Congo, todavía esté en libertad y continúe llevando a cabo sus pillajes, violaciones y masacres en la región de los Grandes Lagos?!

Candide OKEKE

Kongo Times

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