En las Islas Canarias fueron incautadas las capturas de pulpo, calamar, lenguado, gamba y mero, presuntamente pescadas con mano de obra infantil.

El pescado se confiscó después de que una flota de canoas fuera avistada pescando alrededor del buque coreano “Marcia 707” desde el cual se trasladó la carga al barco frigorífico con matrícula de Panamá “Seta No 73”, según el informe de la Organización “Environmental Justice Foundation” –EJF.

Las Autoridades europeas incautaron cinco millones de unidades destinadas a todo tipo de negocios del continente tales como mercados, hoteles y restaurantes, tras las acusaciones de que fueron capturadas ilegalmente mediante la utilización de mano de obra infantil en el oeste de África.

Las cajas de pulpo, calamar, lenguado, gamba y mero desembarcaron en el puerto español de Las Palmas de Gran Canaria, representando la mayor acción contra la pesca ilegal llevada a cabo en la Unión Europea, después de entrar en vigor el pasado año la nueva normativa de Bruselas prohibiendo ese tipo de pesquerías.

Las capturas alcanzaron un peso de 1.100 toneladas y fueron valoradas en cuatro millones de libras esterlinas. Se encontraron en las bodegas de tres buques frigoríficos de bandera coreana, panameña y china (Taiwan).

Los barcos se dirigían a las factorías de despiece y comercialización desde donde la carga se iba a distribuir durante la Semana Santa en los mercados españoles y del resto de países europeos, aprovechando que en esa época las ventas de pescado se duplican en España.

Todo ello se debe a que la Unión Europea está llevando a cabo un plan de defensa de las capturas pesqueras en aguas protegidas para los pescadores de bajura de la región y que algunos de los tripulantes senegaleses de las canoas sólo tenían 14 años, habiendo permanecido hasta tres meses en la mar. Las redes de dichos pescadores locales habrían sido cortadas por la tripulación del barco factoría que incluso llegaron a atacarlos con barras de metal cuando trataron de recuperar sus aparejos.

“Dichos barcos podrían haber congelado totalmente las capturas para comercializarlas luego en la Unión Europea” comunicó María Damanaki, Comisaria para asuntos marítimos y de pesca, al periódico “The Guardian”. “La pesca ilegal es una pesadilla”. A causa de ella bastantes países pierden dinero, mientras nosotros discutimos sobre cómo ayudar al tercer mundo, si pusiéramos freno a la pesca ilegal una gran cantidad de ciudadanos de países pobres saldrían beneficiados”.

También dijo que la pesca ilegal atenta contra la sostenibilidad de los bancos de pesca y mantiene una estrecha relación con la delincuencia internacional. Se estima que Sierra Leona pierde por encima de los 29 millones de dólares al año a causa de esa piratería pesquera. La nueva reglamentación de la Unión Europea aspira a prevenir, impedir y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no regulada.

Los aduaneros españoles incautaron un cargamento de 500 toneladas procedente del buque surcoreano “Seta No 73”, según creen los investigadores de la Comisión Europea había llenado sus bodegas con pesca ilegal tomada en Sierra Leona. España también había bloqueado el cargamento del buque de bandera chino-taiwanesa “Haifeng 823” y del buque de armador taiwanés pero bandera panameña “Lian Run”, los cuales llevaban a bordo cerca de 600 toneladas de pescado. Se está a la espera de las explicaciones que deban dar los estados de esos pabellones y en qué lugares obtuvieron la pesca.

Las factorías de procesamiento pesquero de Gran Canaria están a la espera de sanciones y parte de la industria pesquera española se queja que la acción programada de las incautaciones tiene motivos políticos al acercarse la Semana Santa.

Estas acciones son el comienzo de una ofensiva contra la piratería pesquera planeada por Bruselas, quien podría obligar que a decenas de buques factoría pesqueros no se les permita descargar sus bodegas en Europa, el mayor mercado mundial de pesca. En un planificado “segundo golpe” la Unión Europea está investigando las actividades de 70 barcos de 11 países extra comunitarios y de 5 comunitarios de los cuales se sospecha que realizan acciones pesqueras ilegales.

Damanaki siguió contando que la alarma sobre las actividades del “Seta No 73” fue dada por un pescador del pueblo de Mania, en Sierra Leona, quien denunció la destrucción de 250 yardas de redes a la “Enviromental Justice Foundation”, organización benéfica británica que lleva a cabo un programa de supervisión comunitaria en la zona.

Este pescador había avistado una flotilla de canoas pescando alrededor del arrastrero con bandera surcoreana “Marcia 707”, en una zona de exclusión costera reservada para la pesca artesanal. Muchas de las boyas de señalización de los pescadores locales habían sido arrancadas y hundidas. E.J.F. informó que algunos de los tripulantes a bordo de las canoas tenían sólo 14 años y comentaron que habían sido reclutados en Senegal antes de pasar tres meses en la mar.

Cuando los pescadores de la zona y los representantes de EJF abordaron el arrastrero oxidado vieron a dos hombres, presumiblemente surcoreanos, sentados en una cubierta sucia y anegada. Creen que este barco recogía la pesca de las canoas para embarcarla después en el “Seta No 73”.

La tripulación del otro barco proveedor de parte de la carga incautada está acusada del ataque a un pescador local que intentó recuperar su red cuando se quedó enganchada en las artes de pesca del buque. Supuestamente fue golpeado con una barra de metal, abriéndole la cabeza, cuando se enfrentaron con la tripulación en la zona de exclusión de pesca.

“Esta investigación ha descubierto el robo bien organizado de los recursos naturales de los países más pobres del mundo – comunidades que dependen de la pesca como medio de vida y de subsistencia” dijo Steve Trent, director ejecutivo de IJF. Mientras los estados de esas banderas no tengan mejores sistemas de control de las actividades de sus barcos y los países costeros no se responsabilicen de la vigilancia de sus aguas, este latrocinio continuará.

En el caso del buque “Seta No 73”, la Comisión Europea está pidiendo una respuesta a las autoridades panameñas, pues estas proporcionaron los certificados de las capturas como legales y en el marco de los acuerdos pesqueros internacionales que protegen a ciertas áreas sólo para la pesca de bajura.

“El resultado más probable es que gran parte de las capturas sean ilegales” dijo Olivar Drewes, portavoz de la comisión. “La sanción definitiva es que puedan perder su licencia para desembarcar su carga de pescado en los puertos de la Unión Europea”.

Extraído de “Stop Illegal Fishing” el 20 de abril de 2011.

Traducido por Juan Carlos Solís Santander, para Fundación Sur.