Nuevo terreno de juego para narcotraficantes e islamistas radicales, por Paquita Reche, mnsda

23/12/2009 | Bitácora africana

En el nº 2552 de la revista Jeune Áfrique de diciembre 2009, p. 43, podemos ver una caricatura acompañada de unas líneas. Ilustración y resumen de lo que está pasando en la zona sahelo-sahariana de Mali: “El Far west Saheliano”. Raptos, avión lleno de cocaína, tráficos de toda suerte. La banda Sahelo-sahariana es un nuevo terreno de juego de los traficantes de droga y de islamistas radicales”.

Mali aparece como nuevo camino de la droga. Desde hace un tiempo se venía diciendo que África del Oeste se estaba convirtiendo en plataforma del narcotráfico de América Latina hacia Europa. Se hablaba sobre todo de países como Guinea Bissau, Guinea Conakry, Liberia y Cabo Verde como vías de ese tráfico. El descubrimiento en noviembre de 2009 de un boeing 707 calcinado en pleno desierto y las trazas dejadas por los 4×4, que venían de Níger, en los que han hecho desaparecer la carga, así lo hace pensar. En una rueda de prensa, el responsable regional de ONUDUC, (Oficio de la ONU contra la droga y el crimen) Alexande Schmidt, explicó que según las investigaciones de la INTERPOL, un avión procedente de Venezuela, había aterrizado en una pista artesanal a 15 Km. de Gao y antes de descargar cocaína y otros productos ilícitos y había caído al querer despegar. El avión fue incendiado por los traficantes, para borrar las pistas. La droga se esfumó, era la primera vez que se tenía noticia de un envio de cocaína de tal magnitud transitando por África, una carga estimada de 10 toneladas de cocaína. Se teme que los señores de la droga hayan encontrado en esta zona inhóspita y muy poco habitada, a causa de las condiciones extremas de vida, un camino ideal para todos los tráficos. Varios factores juegan en su favor.

En la inmensidad del desierto es fácil escapar y “perderse”. La presencia y el poder del Estado están muy lejos. Estamos viendo desde hace años los intentos fracasados del gobierno para erradicar la rebelión tuareg. Le faltan medios, su ejército es poco numeroso y mal equipado. Basta con echar una mirada al mapa de Mali, para ver la extensión de sus fronteras con Mauritania, Argelia y Níger y la dificultad, por no decir imposibilidad, de poner puertas al desierto y controlar una zona de casi 600.000 km2. Las condiciones geográficas son favorables a las operaciones de traficantes y de terroristas, es cierto, pero también lo son las condiciones socioeconómicas. El contexto de miseria y pobreza de las poblaciones es tan grande que no es difícil comprar complicidades y silencios. Ha sido más fácil seguir la pista del avión por los restos encontrados de él que por la traza de la cocaína desaparecida. La tripulación del avión también se ha volatilizado. Se piensa que han salido por un vuelo regular desde Bamako. De tipo europeo y sin papeles no han podido hacerlo sin complicidades. Una investigación está en curso.

Los islamistas de Al-Qaïda han encontrado refugio y operan impunemente en la zona que se podría llamar “tierra sin ley“. En ella no sólo reinan los rebeldes tuareg, sino que estos últimos años, islamistas de Al-Qaïda han encontrado refugio y operan impunemente. Desde el nacimiento de Al-Qaïda en el Magreb Islámico (AQMI), los djihadistas del mundo entero encuentran un refugio aquí. Jeune Áfrique ha publicado varios artículos sobre la situación y las reacciones de varios estrategas y observadores del fenómeno. Dos grupos distintos de Al-Qaïda del Maghreb islámico funcionan en el norte del Mali. En varias ocasiones hemos podido oír o leer noticias de raptos de diplomáticos, turistas y personal humanitario, todos occidentales. El 29 de noviembre de este año 2009, los secuestrados fueron tres cooperantes españoles de una ONG catalana a su paso por Mauritania. La mayoría se han resuelto con un rescate. Los rescates les sirven para financiar sus actividades y propaganda para obtener nuevos miembros y fondos extranjeros.

Según el periódico “Le Pays” de Burkina Faso, matones y terroristas se dividen el trabajo: “La toma de rehenes se ha convertido en un negocio, un juego lucrativo, aunque sea peligroso. Hay quienes toman rehenes y hay quienes los compran. Los primeros son los matones deseosos de mejorar su vida. Los segundos son los terroristas motivados por la ideología islamista y el odio a Occidente. Esta cínica división del trabajo, esta dualidad da un nuevo rostro al terrorismo que tiene lugar desde hace tiempo en esta zona… Los secuestradores, organizados en bandas, eligen bien sus objetivos, que después venden a los grupos ideológicamente comprometidos, bien organizados y poderosos. Por lo tanto, los secuestros se cometen por bandidos comunes en busca de dinero, pero que en realidad están sub contratados. Con esta subcontratación realizada, la nebulosa Al-Qaeda reivindica el secuestro. A partir de ahora, este será el escenario clásico” (30-11-2009). Durante 2008-2009, occidentales de varios países han sido secuestrados en el Sahel y encaminados al norte de Mali. Hasta octubre de 2009 sólo un turista británico fue asesinado, los otros fueron liberados, probablemente después de haber pagado un rescate.

Soumeylou Boubèye Maïga, antiguo ministro maliense de la defensa, decía en una entrevista: “Los djihadistas llevan, al norte de Tombouctou, una política de incrustación territorial de lo más eficaz para desestabilizar Argelia, que es el principal proveedor de crudo de USA”. Se pueden ver barbudos, de origen argelino o mauritano, circular en 4×4 muy bien equipados: teléfonos por satélite, sistemas de interferencias de radio, rampas para lanzar roquetas, que no se podrían tener sin complicidades de algunos países. Algunos se preguntan si la causa de estos apoyos, no sería la amistad de Mali con el Frente Polisario y apuntan a Marruecos. Una hipótesis que habría que probar. Es cierto es que AQMI se gana amigos sobre el terreno, ya que, financia pozos y perforaciones, dan ayuda en medicinas y alimentos. Algunos jefes se han casado con nativas, creando alianzas entre familias. No es de extrañar que se ganen el silencio o la complicidad de poblaciones que carecen de todo. Varios testigos señalan la fascinación creciente que jóvenes berabiches de Tombouctou o chamanama de Gao sienten por los djihadistas. Esto no deja de ser bien inquietante, por las consecuencias que pueda tener.

AQMI podrá difícilmente ser neutralizado sin la ayuda de escucha y vigilancia. Alguna colaboración puntual y discreta existe, pero, parece que Amadou Toumani Touré, presidente del Mali, no estaría dispuesto a establecer una base militar permanente americana o internacional si los otros países de la zona sahelo- sahariana no lo piden. Ha manifestado el deseo de una cumbre de jefes de Estado de la región.

Autor

  • Reche, Paquita

    Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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