Nuevo grupo rebelde del Congo despierta el miedo a la violencia

10/05/2010 | Crónicas y reportajes

Mbandaka, Congo – Eric Nkumu Bunita fue a la guerra armado con tan solo algo de agua y hierbas que pensaba que le protegerían de los disparos. La carrera de este flacucho de 27 años como combatiente para el nuevo movimiento rebelde del Congo duró apenas cuatro semanas.

Capturado después de que el grupo atacase la capital de la provincia de Ecuador situada en el noreste del país, Nkumu ahora sólo puede señalar dos heridas de bala que marcan su brazo.

El último movimiento rebelde del Congo, que según Nkumu recibe ordenes de un hechicero exiliado, está abriendo un nuevo frente en lo que era un rincón relativamente pacífico de esta gran nación de África Central, que ha sido brutalizada durante mucho tiempo, por grupos rebeldes violentos.

Se calcula que 100 personas han sido asesinadas y unas 200.000 han tenido que abandonar sus casas en más de seis meses de enfrentamientos en los que los rebeldes han derrotado a las tropas del ejército congoleño en diferentes ocasiones, según la ONU.

Los expertos afirman que esta nueva rebelión del país está ganando el apoyo de militantes armados fieles a Jean-Pierre Bemba, un señor de la guerra procedente de la provincial de Ecuador que está siendo procesado en la Corte Penal Internacional, al igual que otros soldados descontentos que han sido desmovilizados sin cobrar beneficios.

El malestar de la región más pobre del Congo comenzó como un conflicto inter tribal localizado, por una disputa que existe desde hace décadas, por los derechos de pesca. Ahora un cóctel venenoso de agravios locales en Ecuador resulta un mal presagio para el Congo, mientras que el presidente Joseph Kabila exige que las tropas de la ONU se retiren antes de las próximas elecciones presidenciales que tendrán lugar en septiembre de 2011.

John Holmes, el principal responsable de la ONU para asuntos humanitarios, visitó Mbandaka durante el primer fin de semana de mayo y advirtió en una entrevista con The Associated Press que una retirada inmediata de las fuerzas de paz de la ONU, conocidas como MONUC, podría empeorar la situación del Congo.

“Si retiráis ese elemento de estabilidad que forma la MONUC, otros conflictos que están ahora controlados por la presencia del MONUC podrían descontrolarse y os encontraríais a vosotros mismos en una situación mucho más peligrosa” afirmó Holmes.

El ejército del Congo asegura que la situación en la provincia de Ecuador está “bajo control”, restando importancia a las implicaciones de los ataques, que han provocado un despliegue de recursos por parte de la misión de paz más grande y más cara de la ONU en el mundo y han avergonzado al presidente.

Esta es la nueva convulsión que enturbia la República del Congo, cuyos habitantes han sufrido varias guerras civiles sucesivas, desde 1996 hasta el 2002, que devastaron la nación rica en minerales y que atrajeron a su territorio a los ejércitos de media docena de países africanos.

Además de la miseria, los ciudadanos del este del Congo continúan haciendo frente a los frecuentes ataques de grupos de milicias, como los hutus ruandeses, que cometieron el genocidio de 1994 en dicho país. La ONU informa de que al menos 8.300 violaciones fueron cometidas en el este del Congo el año pasado, una media de 160 violaciones a la semana.

Y en el noreste del Congo, el brutal Ejército de Resistencia del Señor LRA, la insurgencia de Uganda desde hace más de 20 años, ha traspasado las fronteras generando terror. Algunos grupos de Derechos Humanos culpan a este grupo de masacres durante las cuales las víctimas fueron asesinadas a machetazos y niños obligados a matar a otros niños.

El nuevo grupo, que se hace llamar Nzobo Yalbo según Nkumu, se alimenta de las quejas sobre marginación de la provincia de Ecuador existentes desde que su ciudadano más famoso, el antiguo dictador Mobutu Sese Seko, fue derrocado en 1997 por una rebelión que dividió al país entre varios señores de la guerra.

Este nombre significa “nuevos grupos militares”, en lengua lingala, al utilizar el plural hace alusión a una variedad de diferentes partidos involucrados. También se conoce como Movimiento de Liberación Independiente de los Aliados. Aunque, según el gobierno congoleño también se conoce como Nzobo ya Lombo, o pueblo bandido y, están dirigidos por el hechicero Ibrahim Mangbama.

Hace un mes, este nuevo grupo rebelde de Ecuador atacó la capital de la provincia de Mbandaba, derrotando a una pequeña fuerza de paz de la ONU que custodiaba el aeropuerto y venciendo a decenas de soldados del ejército del Congo, para saquear otros objetivos estratégicos – la administración general, la oficina del gobernador y su residencia.

Un “casco azul” de Ghana y un piloto de Suráfrica fueron asesinados en el aeropuerto, según la ONU. El gobierno afirmó que habían resultado muertos nueve insurgentes, cuatro soldados y dos policías. Un grupo de Derechos Humanos y otros testigos indicaron que no se sabe cuantos ciudadanos murieron ahogados mientras intentaban huir hacinados en canoas que se hundieron y volcaron, al atravesar el río hasta la vecina República del Congo, Congo Brazzaville.

Tropas del gobierno respaldadas por “cascos azules” de la ONU retomaron la ciudad al día siguiente, según el Coronel Polycarpe Boyongo. Los soldados ejecutaron al menos a 18 personas acusadas de proporcionar información a los rebeldes, según el departamento congoleño de la Asociación Africana para la Defensa de los Derechos Humanos – cargos que han sido negados por Boyongo.

Un rebelde señaló que Odjani, hijo del hechicero, que fue quien dirigió el ataque al aeropuerto les dijo que iban a apoderarse de la capital de la provincia y luego marcharían hasta la capital del Congo, Kinshasa, situada en el suroeste, a través de los casi impenetrables bosques sin carreteras.

“Nos dijo que su padre sería presidente, él sería general y nosotros seríamos sus soldados” afirmó Nkumu.

Ese sueño de ir hasta Kinshasa puede parecer exagerado, pero cosas más raras han sucedido en el Congo. El padre de Kabila, Laurent Kabila, dirigió un ejército respaldado por Uganda y Ruanda a través de un país del tamaño de Europa occidental en ocho meses, en el año 1997, y acabó con una dictadura de 30 años.

El sector congoleño de la Asociación Africana para la Defensa de los Derechos Humanos culpa en parte a la frustración local que se ha acumulado en Ecuador entre los arrestos y detenciones de aquellos vinculados a Bemba, otro hijo de Ecuador que está siendo juzgado en La Haya por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

El grupo de derechos humanos acusa al gobierno del Congo de agravar el conflicto que ha conducido a la rebelión, citando “la indiferencia culpable del estado frente a los gritos de alarma de la población”.

También acusa a la coalición política del Presidente Joseph Kabila de contribuir a la desestabilización de la provincia de Ecuador por permitir una administración local corrupta y legitimar a autoridades locales que el grupo dice que llegaron al poder ilegalmente en unas elecciones muy controvertidas.

Según el ministro congoleño de Comunicación, Lambert Mende, se piensa que al menos un legislador provincial y dos legisladores nacionales han apoyado a los rebeldes. Pero Mende afirma que las motivaciones de estos rebeldes siguen sin estar claras y acusa a los medios de comunicación de sensacionalizar el malestar del país.

Nkumu cuenta que él decidió unirse al grupo porque una enfermedad había matado a todo su ganado, no tenía ningún medio para mantener a sus dos hermanos pequeños y Odjani prometía dinero a cualquiera que le ayudará a apoderarse de Mbandaka.

“No tengo nada así que no tenía nada que perder”, dijo a AP desde fuera de una prisión improvisada donde los soldados retienen a 65 presuntos rebeldes, entre los cuales se encuentran 18 menores.

Michelle Faul

Publicado en la Web por IOL el 03 de mayo de 2010 a las 22:24:04

Traducido por Beatriz Aymat Basoa, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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