NUEVO CURSO CON RENOVADO COMPROMISO POR LA JUSTICIA SOCIAL

3/09/2014 | Editorial

Toda violencia en nombre de cualquier ideología, o religión convertida en ideología, es una ofensa a Dios y la Humanidad.

Mientras los crimines más crueles y escalofriantes se cometen ante las cámaras de TV, pronunciando con odio algún nombre de Dios, para intentar imponer su ideología y atemorizar al mundo, también escuchamos voces de líderes religiosos musulmanes rechazando semejante fanatismo.

El pretendido nuevo califato islámico del norte de Irak sigue mostrando una crueldad sin límites por parte de los “Jihadistas”, ensañándose con crueldad insólita sobre las personas más vulnerables: mujeres y niños-as.

Al mismo tiempo es bueno escuchar las voces humanas y sensatas de la mayoría de los líderes religiosos, políticos y de la sociedad islámica.

El rey de Marruecos Mohamed VI acaba de publicar un decreto real el 1 de Julio separando los ámbitos políticos y religiosos, lo cual supone una revolución en el mundo islámico.

Los habitantes de los países islámicos en Oriente medio y África del norte, se muestran cada vez más inquietos frente al extremismo de los grupos islamistas.

En Líbano y Siria hasta el 92% de la gente entrevistada viven con miedo de los islamistas. En Túnez hasta un 80%, en Turquía como un 50%, en Nigeria hasta una 72% se declaran preocupados por el avance de los islamistas. (Ver: ACRE)

Si colaboramos con la inmensa mayoría de los pueblos, también con los islámicos, que buscan y desean la paz y la buena convivencia intercultural, podremos superar las actitudes irracionales y fundamentalistas que desgraciadamente disponen de medios económicos a su alcance para seguir controlando regiones enteras por el terror.

¡Cómo podemos permanecer impasibles y parados para permitir que se imponga el terror y la violencia, cuando la inmensa mayoría de la humanidad queremos justicia, paz y bienestar para todo el mundo?

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