Notas sobre Zanzibar, por Julio Teigell García

25/06/2009 | Bitácora africana

Sólamente el nombre de Zanzibar es capaz de evocar a muchos viajeros los sueños de aventuras, de exploraciones a tierras salvajes y de cuentos de “Las mil y una noches”. Y la realidad no decepciona al viajero aburrido de los circuitos turísticos tradicionales, que tiene aquí una oportunidad de visitar una tierra que en muchos aspectos no ha llegado al siglo XX y donde uno todavía puede asomarse a tiempos pasados.

Zanzibar, que incluye la Isla principal llamada Unguja y la isla de Pemba, durante siglos atrajo a marinos, comerciantes y aventureros de todo el Mundo y la labor del siglo XIX, cuando los europeos iniciaron la exploración y colonización de Africa, Zanzibar fué la puerta de entrada al Continente.
Livingstone, Burton, Stanley y Speke iniciaron aqui sus viajes de exploración y pasaron tiempo en la Isla. Hoy día, lejos de los conflictos políticos del pasado, Zanzibar da la bienvenida a una nueva generación de “exploradores”, los que buscan conocer la rica herencia cultural de las islas, reflejada en su arquitectura, sus paisajes y las costumbres tradicionales de sus gentes.

Zanzibar es la cuna de la cultura Swahili, nacida de la asimilación de costumbres aportadas por el flujo de gentes venidas de horizontes diversos que dieron lugar a una cultura urbana original basada en el comercio con los paises ribereños del Océano Indico, facilitado por los monzones, el “Kaskazi”, que solo del noreste a primeros de Noviembre y el “Kusi” que sopla del suroeste a principios de Junio. A la llegada del Kaskazi en los puertos de Arabia, del Mar Rojo y el Golf Persico se hacían al mar los “dhows” que transportaban telas, cerámicas y productos manufacturados para volver a sotavento del Kusi con marfil, esclavos o palos de manglar.

Lo más importante y regular de las aportaciones culturales fué la de los Bantúes, procedentes del sur y el interior de Africa, ellos modelaron la lengua y la raza. La segunda aportación en importancia es la de una minoría dominante, los árabes y persas (shirazis) que trajeron la religión: el Islam, la tecnología, las relaciones comerciales y las leyes. Y que compartieron el poder económico con indios y pakistaníes. También los portugueses aportaron su influencia y aunque no colonizaron permanentemente las tierras mas al norte de Cabo Delgado, en la actual Mozambique, influyeron también culturalmente con gentes venidas de su colonia de Goa, que ocuparon durante tiempo posiciones importantes en la economía de las Islas.

Conviene recordar aqui la importancia de la lengua en la formación de la “comunidad de intereses” de las ciudades estado de la costa Swahili: Zanzibar, Mombasa, Malindi o Kilwa. En un continente, atomizado por una Babel de lenguas, el Kiswahili emerge a partir del siglo X como la lengua del comercio, la lengua en la que se pueden ententder las gentes. Actualmente mas de 70 millones de personas hablan Kiswahili y es la lengua nacional de Tanzania y oficial en los paises de Africa del Este.

Para el viajero que llega del Continente, la Ciudad de piedra es su primer contacto con Zanzibar. Un lugar de callejuelas estrechas donde solo se peude circular a pié, en burro o en bicicleta, de bulliciosos bazares, mezquitas y grandes casas de estilo árabe con puertas de madera tallada en ricas filigranas con refuerzos de bronce.

El Museo Nacional puede ser un buen lugar de partida para hacer una visita cultural. Aún pequeño, contiene en sus salas inforamación sobre la rica Historia de las Islas. Recuerdos del tiempo de los Sultanes, de los primeros exploradores y del Protectorado Británico. Podemos seguir por la casa de Livingstone, donde vivió varios meses en 1.866. La Casa de las Maravillas y sus porches y balconadas talladas, con inscripciones del Corán y junto a esta, el Fuerte Arabe, recientemente restaurado. Otro edificio impresioante es el Dispensario de Ithnaasheri y los Baños persas de Hammamni, con sus suelos de marmol y antiguas zonas de masaje y baños.

Ecos de un Zanzibar mas siniestro, el de la trata de esclavos, se pueden econtrar en la Casa de Tippu Tip, notorio explorador del interior de Africa en sus correrias en busca de mercancia humana y marfil. El mercado de esclavos en la cercana plaza Kelele y la Catedral Anglicana pueden ser el fin de la visita antes de acercarnos al puerto de Dhows (Barco tradicional de vela latina) con su penetrante olor a aceite de clavo.

Después de la Revolución de 1964 Zanzibar se convirtió en un Estado Comunista, asociado a la Tanganyika de Julius Nyerere y alineado con el Bloque del Este en tiempos de la Guerra Fria y así permaneció durante 20 años. Recuerdo de aquellos tiempos cercanos son los monstruosos edificios de viviendas construidos por alemanes orientales y en los que deberia vivir una población proletarizada y artificialmente alejada de la Zanzibar de siempre. Afortunadamente estos edificios hoy se caen a pedazos y pronto serán solamente parte de un mal recuerdo.

Un recorrido por la Isla es también una gratificante experiencia. Viajamos a través de plantaciones de árboles de clavo, de canela, de vainilla y nuez moscada. A un lado y otro de la carretera en nuestro camino aotros lugares históricos, como las ruinas de Kizimkazi o de Mahurubi podemos contemplar pequeñas “shambas” (granjas) con casitas tradicionales y un pequeño terreno de cultivo flanqueado por cocoteros y habitado por gentes vestidas de colores tradicionales.

A la vuelta el bosque de Jozani, una pequeña reserva de apenas 10 km2, con árboles centenarios nos muestra el último reducto de especies singulares como el Colobo Rojo de Zanzibar el Antílope Suni, de talla diminuta o quien sabe si el leopardo de Zanzibar, que hoy día se cree extinguido.

Las aguas que rodean Zanzibar ofrecen algunos de los mejores lugares para el buceo, la navegación o la pesca de altura. Impresionantes formaciones de coral y las aguas calientes del Trópico albergan una multitud de peces de colores, mientras aguas afuera prosperan tiburones, barracudas o merlines de tamaños recod.

Las playas de arena blanca, flanqueadas de cocoteros son la perfecta postal del anuncio de una marca de ron. Nungwi al norte, Matembwe, Pwani Mchangani, Bwejuu o Jambiani al este albergan magníficos hoteles bien integrados en el medio, poco o nada masificados, el lugar perfecto para perderse lejos del mundo.

Autor

  • Teigell Garcia, Julio

    Julio Teigell nacido en Asturias hace 56 años ha pasado mas de veinte de ellos en África , desde aquel viaje en Land Rover iniciado un día de septiembre de 1985 cuando recorrió África durante seis meses desde Mauritania a Kenia en compañía de su hermano Nacho . Sus comienzos como guia turístico en Congo y Kenia y posteriormente como empresario de turismo en Kenia y Tanzania con Kibo safaris y Tanganyika Wilderness Camps , su vida siempre ha estado ligada a Äfrica y a la naturaleza africana.

    Militante anti caza, defiende y demuestra que las políticas conservacionistas de los animales en la naturaleza son necesarias para el desarrollo de los paises africanos

Más artículos de Teigell Garcia, Julio
Africana nº 220: África Hoy

Africana nº 220: África Hoy

  El informe que presentamos pretende ser la foto real de África hoy. Un reto complicado. El autor del mismo, el P. Bartolomé Burgos,...