Niños soldado – Nuestro Problema (II) “ Las niñas soldado” , por Miguel Serrano

19/10/2009 | Bitácora africana

Publicamos la segunda y última parte de la conferencia “Niños soldado, nuestro problema” que Miguel Serrano dió en Monterrey (México) a finales de septiembre de 2009 con motivo del Encuentro Mundial de valores y Cultura de la Legalidad .

Niñas Soldado

Los «Ejércitos Fantasmas» de Niñas

En las guerras, los niños son la presa más fácil. Pero, a las niñas, las guerras les arrebatan su niñez, su humanidad y sus propias vidas de un modo aun más cruel. Más de 300.000 niños menores de dieciocho años han sido usados como soldados en distintas guerras. De esos, un cuarenta por ciento (unos 120.000 niños soldados) son niñas. Niñas cuya situación, a menudo, pasa desapercibida ya que el foco de atención de la comunidad internacional se ha puesto, cuando así ha sido, en los niños soldados.

Las niñas no sirven tan sólo como combatientes activas, sino que también llevan a cabo otros servicios militares: desde labores de espionaje, hasta de limpiar y cocinar, pasando por la búsqueda de alimentos para los otros combatientes.
Lo peor, la mayoría de las niñas jóvenes, inclusive preadolescentes, son usadas como esclavas sexuales al servicio de los soldadoss o coaccionadas en supuestos matrimonios con los comandantes de grupos armados.

Algunas niñas se “alistan voluntariamente”, más intentando buscar lo que para ellas pudiera ser un refugio para el horror que las rodea, que porque en sí tengan algún interés en combatir o en la propia guerra. La mayoría no tiene ninguna opción y están desesperadas por escapar de la violencia y abusos. Alistarse es sencillamente una manera de intentar sobrevivir.

En Liberia, durante la guerra civil, entre 1989 y 1997, se calcula que alrededor de 21.000 niños formaban parte de grupos armados, y que, alrededor de 5.000 niñas combatían de manera activa en la guerra. El conflicto se reanudó en el 2000 y, para fines del 2003, el número de niñas soldados habían aumentado a 8.500 a medida que la violencia arrasaba en los países vecinos, a pesar de un acuerdo de paz en agosto del 2003. En Sierra Leona, una guerra contigua y con los mismos “actores”, los datos facilitados por UN son mucho más bajos aunque, a nuestro juicio, completamente falsos.

La República Democrática del Congo (DRC), también ha experimentado horrendos abusos de sus niños relacionados con la guerra. 12.500 niñas, pertenecen a grupos armados y también sirven a estas fuerzas irregulares del Congo en funciones de apoyo y labores sexuales. Mientras continúe la lucha, el proceso de desarme y desmovilización de niñas (y niños) soldados estará estancado.

A esto hay que añadir los casos probados de abusos y prostitución inducida a niñas en los campos de refugiados por parte de Cascos Azules de la ONU. Sexo por alimentos para ellas o para sus hijos. Desesperadas por sobrevivir, las niñas soldados fueron obligadas a traficar sus servicios sexuales para evitar mayores abusos y mutilaciones o, sencillamente, para permanecer vivas otro día u otra semana. El uso de ultraje, esclavitud sexual, prostitución forzada y «matrimonio», así como la violencia y mutilación en general, son armas típicas empleadas en contra de niñas soldados en todo el mundo.
En África, se da el caso de que muchas niñas soldado, como consecuencia de las vejaciones y abusos sexuales a que han sido sometidas, padecen enfermedades de trasmisión sexual y/o Sida. Algo que va a condicionar más negativamente aun su ya muy difícil vida.

JUSTICIA

En el año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el “Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos de la Niñez sobre el Uso de Niños y Niñas en Conflictos Armados”. Ratificado por más de 100 Estados, el documento prohíbe la participación y reclutamiento de menores de 18 años en cualquier tipo de grupo armado o servicio militar.

Según el último Informe Global publicado en 2008 por la “Coalición para Acabar con la Utilización de Niños Soldados”, todavía hoy decenas de miles de menores participan en hostilidades en, al menos, 86 países y territorios de todo el mundo. Esto incluye el reclutamiento ilegítimo y forzado de niños y niñas por parte de grupos armados, fuerzas gubernamentales y milicias, además del alistamiento legal en ejércitos en tiempos de paz.

En el marco internacional, se han tomado las primeras medidas para determinar la responsabilidad penal individual de quienes hagan uso de menores en hostilidades. En el 2002 entró en vigor el Estatuto de la Corte Penal Internacional (CPI). En este contexto, Thomas Lubanga, fundador y cabecilla de la Unión de Patriotas Congoleses, ha sido llevado ante este tribunal Internacional acusado de crímenes de guerra por la utilización de menores de 15 años en las filas militares de esa fuerza rebelde. Este juicio marcará un hito en el mundo en general, y en la República Democrática del Congo en especial, donde, en muchas ocasiones, responsables de terribles crímenes han salido impunes.
El caso de Sierra Leona

Hace tan sólo un mes, el Tribunal Especial de Sierra Leona condenó a tres ex comandantes del RUF (Revolutionary United Front) a penas de entre 25 y 52 años de cárcel por los crímenes cometidos durante la guerra. Entre esos crímenes estaba el uso de niños como combatientes. El general Sisa, comandante de Edwin, ex-soldado en Sierra Leona y ahora becado por la ONG que presido para estudiar en Almería y que ahora me acompaña, fue condenado a 52 años; los otros dos, a penas de 25 y 29 años. ¡Menos es nada! El ex presidente de Liberia, Charles Taylor, el principal instigador de la guerra de Liberia y de Sierra Leona, junto con el fallecido Foday Sankhor, está siendo juzgado desde 2007 en La Haya. Veremos en qué acaba esta historia.

Desarme, Desmovilización y Reintegración –DDR-

Muchos países, en un intento por luchar contra el problema de la reinserción, han adoptado Programas para el Desarme, la Desmovilización y la Reintegración de los Niños Soldado (DDR). De esta manera, cuando una guerra o conflicto acaba, este tipo de iniciativas intenta reintegrar a los/as niños/as ofreciéndoles una alternativa de vida y ayudándoles a reanudar su convivencia en la comunidad. Con apoyo psicosocial, educación, formación profesional y proyectos para obtener ingresos, cuentan con una oportunidad para seguir adelante.
Sin embargo, uno de los problemas del DDR es el hecho de que muchos niños y niñas que han vivido este tipo de experiencias tienen miedo a revelar su identidad y, por lo tanto, no se registran en los programas. Les da pánico el rechazo. Además, la falta de financiación y una planificación deficiente han provocado que los resultados de estas iniciativas no hayan sido todo lo buenos que se hubiera deseado.
En este sentido, los Compromisos de París , a los que se adhirieron 78 países, marcan una serie de directrices y proporcionan orientaciones para el desarme, la desmovilización y la reintegración de menores reclutados o utilizados en conflictos armados. Fueron aprobados durante una conferencia ministerial, celebrada en febrero de 2007, organizada por UNICEF y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia.
DDR y Niñas Soldado

Programas de «Desarme, desmovilización y reintegración» han tenido muy poco éxito con las niñas soldados porque, por lo regular, las mujeres se tropiezan con censura y rechazo. Ya se encargaron sus verdugos, los comandantes, de estigmatizarlas ante sus familias y tribus en el momento de su secuestro.
Normalmente sus familias y las tribus las rechazan como «impuras» e «inmorales» o inclusive como «prostitutas» que han manchado el honor de la familia y de la tribu. Esas niñas que regresan con hijos encontraron un rechazo y aislamiento aún mayor que los niños. No olvidemos nunca que esos niños que traen son “niños de sus enemigos”, hijos de quienes cometieron hechos terribles en el territorio o la aldea.

Una vez que las niñas son marcadas socialmente como prostitutas y soldados, sin ningún apoyo familiar ni social, ni medio para ganarse la vida, seguirán siendo víctimas y se verán obligadas a recurrir a la prostitución como único medio de vida para ellas y para sus hijos.
Para ellas se deberían articular programas DDR mucho más ambiciosos y realistas y, sobre todo, con bastante más duración; es más, en muchos casos, sin límite temporal. ¿Por qué poner límite a la recuperación cuando el horror no lo tuvo?

Sierra Leona

“¿Está el enemigo? ¡Que se ponga!”

Había un humorista en España, exiliado, precisamente en Mexico, el gran Gila, que parodiaba la guerra, como bandos que contactan a través de un viejo teléfono, una guerra de “andar por casa”, una guerra, en definitiva, de risa.

Pero la guerra de verdad no es de risa, salvo para quienes, por encima del horror y de la tragedia, deciden tomársela de ese modo o para quienes embadurnados de su propia cobardía e impotencia deciden camuflar la verdad.

Puse antes el ejemplo del humorista. Pondré ahora el ejemplo de estos últimos: Naciones Unidas y su misión en Sierra Leona, UNAMSIL. Un horror de guerra civil de once años se zanja, para ellos, en medio de una oda de autobombo con las siguientes cifras de su propia secretaria de prensa: Desarmados y reinsertados: 75.000 combatientes; de ellos, 6.845 niños, -entre los cuales, sólo había 506 niñas- y, por ultimo, 4.651 mujeres. Todo un éxito si esas cifras se acercaran, de lejos, a la realidad.

Según la UNAMSIL, 55.000 excombatientes recibieron beneficios de reintegración, enseñanza, apoyo laboral, etc.

Surgen preguntas. Por ejemplo: ¿cuánto tiempo se mantuvieron esas ayudas?, ¿qué ayudas específicas se crearon para niños? ¿Y para niñas? ¿Y para las mujeres en general? ¿Se tuvieron en cuenta los daños especialmente horrorosos sufridos por las niñas? ¿Se tuvo en cuenta a los «hijos» de esas niñas soldado, también víctimas? ¿Que nivel de éxito mostraban pasado el plazo prudencial de 4 años? No se evalúan resultados a los 6 meses. No se evalúan, salvo que se quiera maquillar dichos resultados.

Para confirmar el nivel de éxito obtenido, por ejemplo, con las niñas soldado, sólo tenemos que pasear al atardecer por los chiringuitos de la playa de Freetown, capital de Sierra Leona, y allí «disfrutan» de sus trabajos como prostitutas. Todo un éxito para UNAMSIL.

Con las mujeres… Es famoso su altísimo nivel de «empoderamiento» en la sociedad civil sierraleonesa: simplemente, ¡no existen!
¿Los chicos? ¡Otro éxito! Más del 80%, en paro, vagabundeando por las calles y sin más oficio que el trapicheo y la pequeña delincuencia.
Cito textualmente a UNAMSIL:

«Los esfuerzos para reintegrar a los combatientes y proporcionarles empleos decorosos no tuvieron el mismo éxito que el desarme y la desmovilización. La mayoría de los ex combatientes ha pasado ya a nutrir la numerosa reserva de desempleados, y si la economía no genera más empleos, la presencia de ex combatientes vagando por las calles seguirá siendo uno de los principales problemas a los que el Gobierno tendrá que buscar solución».

Menos mal que, al menos, en este campo, reconocen su fracaso, aunque no aportan ninguna propuesta, medida o programa para paliarlo.

Los resultados y los costes reales de esa campaña de Desarme, Desmovilización y Reintegración, en general, no son más que una auténtica mentira.

DESARME

A lo constatado personalmente en Sierra Leona, añadiré datos de UNAMSIL:

Durante el inicio de la campaña – fase de Desarme- se intervinieron 42.330 armas. (No especifican si cortas, largas, automáticas o no, pero, por lo conocido, suponemos que se tratará, en su mayor parte, de fusiles de asalto semiautomáticos Ak y similares, pistolas de diversos calibres y lanzagranadas del tipo RPG-7). Se intervienen también la friolera cantidad de 1,2 millones de cartuchos (balas). (Se entiende que de los calibres utilizados comúnmente por esas armas antes mencionadas).

Si ya era bastante sospechoso que los combatientes fueran unos 30.000 más que las armas. ¿Con qué combatían? Lo que roza el patetismo es que, si hacemos una simple división de las balas entre las armas, tocan a 28,3 municiones por arma intervenida.
Un arma semiautomática, en modo ráfaga, tarda en disparar esas balas apenas unos segundos. No tenían que haber intervenido: ¡la guerra se hubiera acabado sola -al menos en su fase de uso de armas de fuego- en unas horas! A lo sumo, unos días, siempre y cuando las cifras fueran verdaderas y no sólo una estupidez de un burócrata sobrepagado con ganas de volver a su casa y quizás ya desde ella.

Pero la misión de UNAMSIL no sólo era el llamado DDR. Consistía también en la estabilización democrática del país y el arreglo de sus infraestructuras básicas. En lo primero, se les puede reconocer algo de mérito. El país parece estable políticamente. Se han celebrado elecciones y éstas han sido, aparentemente, democráticas.
Pero donde “triunfa” nuevamente Naciones Unidas, sin el más mínimo margen de dudas, es en la reconstrucción de las infraestructuras básicas. Para los escépticos … unos datos.

UNAMSIL terminó su mandato en diciembre de 2006. Le sucede para consolidar sus logros, la recién creada Oficina Integrada de las Naciones Unidas para Sierra Leona (UNIOSIL). Pues bien, los datos prometidos: Tras los 6 años de trabajo de UNAMSIL y los tres de UNIOSIL, las infraestructuras básicas estas asoladas o son inexistentes. En la capital Freetown no hay alumbrado eléctrico, salvo, y desde hace unos meses, en dos pequeñas zonas de la capital. No hay red de agua potable, ni de pluviales y alcantarillado en condiciones mínimamente salubres. El cólera allí es endémico. De la malaria, mejor ni hablamos.

La red de asistencia sanitaria es básica y está prácticamente soportada por organizaciones religiosas y/o humanitarias. Aunque, el actual gobierno está haciendo un notable esfuerzo en mejorar la atención básica a niños, la mortalidad infantil tiene caracteres de genocidio. Tres de cada diez niños morirán antes de cumplir 5 años.

La red de carreteras es prácticamente inexistente y la que hay está en unas condiciones sólo apta para los vehículos 4×4.

Como vemos la comunidad internacional, liderada por Naciones Unidas, ha obtenido un éxito rotundo. Diría que impagable, si no tuviera la certeza de que la factura pagada por todos nosotros, habrá sido muy alta. ¡Enorme!, en relación a los resultados obtenidos.

No se me olvida. Sierra Leona es el último país (167) en el Índice de Desarrollo Humano publicado por las propias Naciones Unidas.
Valores y cultura de la legalidad.

Para finalizar mi intervención me gustaría trasladarles alguna reflexión.
El problema, siempre referido al maltrato y las vejaciones a la infancia, no es otro que una pérdida general de valores, un deterioro sistemático, una caída en picado, del “nosotros” en aras de un egoísta “Yo”.

Voy a contarles una pequeña historia. Se trata del doctor Januz Korzack. Un pediatra responsable del cuidado de los niños retenidos dentro del orfanato del ghetto de Varsovia durante la ocupación nazi. Las autoridades nazis deciden mandar a los niños al campo de exterminio de Treblinka. Janusz sale del orfanato con sus niños (casi 200), cantando y sonriendo, ante las miradas atónitas de todos. Les dice a los niños que no teman, que no les harán daño y que él estará en todo momento con ellos. Les hace reír y cantar. Llegan al tren que les ha de llevar al campo de exterminio y un coronel de las SS le ofrece a Janusz salvarse (era un pediatra de renombre mundial). Janusz se niega: Quiere seguir ayudando a sus niños.

El coronel nazi le dice: “¿sabe usted dónde va este tren?” El doctor le contesta: “Sí, sí lo sé. Por eso me quedo con ellos”. Janusz korchak y los 198 niños murieron en las cámaras de gas en algún momento de agosto de 1942. Murió por aliviar, aunque sólo fuera un poco, el sufrimiento de esos niños. Murió por mantener y defender unos valores universales que nos hacen a todos sentirnos orgullosos de él. Frente al doctor, frente a un hombre justo, encontramos un canalla, un oficial nazi capaz de ordenar deportar, para su asesinato, a 198 niños por el crimen de ser judíos.

Miren ustedes. Por cada canalla que es capaz de dañar a un niño, hay también un hombre justo, un Januz Korzack, capaz de pelear, incluso morir, por proteger lo más grande y hermoso que tenemos en este planeta: los niños.

Lo que deberíamos hacer es alentar esos valores. ¡Poner en valor el valor!, no el dinero. Intentar, cada cual desde su foro o ámbito de actuación, hacer la magia diaria que supondría extraer, de la nada, la posibilidad de elegir y de vivir para quienes ahora no tienen nada, los niños esclavizados, los niños que no tienen a nadie.

Bueno, nos tienen a nosotros, a todos nosotros.

Y como decía la Madre Teresa de Calcuta “ Los niños son como las estrellas, nunca hay demasiados” Yo les pediría a ustedes que evitaran que esas estrellas se acabaran.

Vídeo de la conferencia

http://www.todossoninocentes.es/video/play.php?vid=115

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Autor

  • Serrano, Miguel

    Soy un Andaluz nacido en Murcia en 1958. Casado padre de dos hijos
    Informático de formación y profesión. Funde Todos Son Inocentes en septiembre de 2001 como medio de dar una respuesta y a la vez intentar canalizar la de otros contra una lacra social que debería de avergonzarnos a todos “la esclavitud infantil”.
    He dirigido, dentro de la ONGD las campañas contra la pornografía y prostitución infantil
    Redacte el “Manifiesto de lucha contra la esclavitud Infantil” .
    He participado como director o ponente en numerosos cursos de universidades de Verano.
    También en foros nacionales e internacionales relacionados con los derechos de la infancia y en particular contra el uso de niños/as como soldados.
    Desde 2006 dirijo el programa de becas a ex niños soldado y las actividades de la ONGD en Sierra Leona.
    Como pasión confesable, además de los niños, solo mi excelente gusto futbolístico que me liga al Atlético de Madrid y me abona al sufrimiento perpetuo.

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