Nigeria: “Los disturbios étnicos no han debilitado la unidad de los Igbo”

24/11/2011 | Entrevistas

El secretario general de Ohanaeze Ndigbo [Organización socio cultural del pueblo Igbo, residentes en Suráfrica] el jefe Nduka Ella, habló con el periodista nigeriano Lawrence Njoku, en el estado de Enugu, sur de Nigeria, sobre por qué es necesario que el gobierno federal eduque al pueblo sobre los méritos y desméritos de la retirada del subsidio al combustible. También habló sobre el rol de los grupos étnicos en el refuerzo de la unidad de la Nación.

Extractos:

¿Qué aportan para el país la colección de grupos y sectas basados en la religión o en la etnia, como Boko Haram, MASSOB, OPC, etc?

Esto son productos de la mala administración y el mal gobierno. Estos grupos están emergiendo porque nuestro pueblo está perdiendo fe en el país gradualmente. Esto también ha dado lugar a la convocatoria de la conferencia nacional, para que podamos reunirnos y discutir el camino a tomar, para el país y para nuestros jóvenes. Así como creo que esta reunión de los grupos étnicos es muy importante, también creo que necesitamos mirar en nuestro interior para comenzar a abordar los disturbios y los errores que han mantenido al país bajo presión. Por ejemplo, la situación de Ndigbo es una razón para su lucha. En una federación de 36 estados y seis zonas geopolíticas, el sureste tiene cinco estados, que es la menor. Mientras que otras tienen siete estados. Todavía estamos sufriendo los efectos de la guerra civil. Más de 40 años después de que terminase la guerra, me pregunto de qué infraestructura federal podemos presumir. Coexistimos en una federación que ha destinado el menor número de consejos locales al sureste. Estos son problemas que incitan a la agitación y sé que aquellos de la otra parte también tienen sus problemas varios. Pero no estoy de acuerdo con los profetas del día del juicio final, que predicen que la nación se desintegrará por estos disturbios. El hecho es que están ahí, y nos indican que debemos ocuparnos de ellos, para poder tener una nación próspera.

¿Cómo empezó la militancia en el Delta del Níger?

Creo que empezó cuando los jóvenes de la región llegaron a Abuja durante la marcha de un millón de hombres, del difunto general Sani Abacha, y empezaron a hacer preguntas. En África, los líderes no se dan cuenta de que tienen que ser las puntas de la lanza. Es su búsqueda de interés económico propio lo que causa el problema. Los líderes deberían escuchar al pueblo y siempre estar dispuesto a ocuparse de sus problemas.

El difunto presidente Umaru Yar Adua tenía una mente analítica. Se sentaba y veía la necesidad que había que cubrir. Vio jóvenes que habían tomado las armas y apeló a su conciencia para que las abandonasen, y se transformasen en mejores personas, y los jóvenes le escucharon.

Durante las elecciones del pasado mes de abril, alguien dijo abiertamente que si el presidente Jonathan Goodluck ganaba las elecciones, el país se volvería ingobernable. Nadie ha cuestionado esa voz.

¿Está usted de acuerdo con la noción común de que los problemas de la nación de Nigeria son más grandes que los líderes de la nación?

Los líderes no pueden existir solos. Hay ciertas cosas que un líder no puede hacer. Atribuyo nuestros problemas al fracaso del sistema. Nuestro sistema no está funcionando y tenemos que ser sinceros con nosotros mismos. La conferencia constitucional dirigida por el juez retirado Aloysius Karibi-White, hizo recomendaciones antes de las elecciones de 1999, que llevaron a Olusegun Obasanjo al poder. Una de las recomendaciones de esa conferencia fue que Nigeria debería dividirse en seis regiones geopolíticas, para poder terminar con la dicotomía entre Norte y Sur. En 2005, algunos políticos del Sur dijeron que era la mejor cosa que podía pasar al país, ya que ayudaría a deshacerse de las constantes incursiones militares en la política, ya que cada zona tendría su comando policial y militar. Lo recomendaron y debería haber entrado en la constitución, pero los gobernantes militares lo ignoraron y promulgaron un decreto, que entró en vigor tras las elecciones, lanzando de ese modo a Obasanjo a la confusión, no supo cuál elegir hasta que dejó el cargo.

Ponga en contexto la agitación de Ndigbo, en la actual democracia.

Con el final de la guerra civil, en 1970, se esperaba que los Ndigbo ocupasen el lugar legítimo que les correspondía en Nigeria. Pero ese no es el caso, hoy en día. Si la gente fuera justa, nadie marginaría la tierra de los Igbo. Los Ndigbo han llegado a ser lo que son después de la guerra mediante un trabajando mucho y muy duramente. Aunque después de la guerra, el eslogan utilizado era “no hay vencedores ni vencidos”, hoy, más de 40 años después, ese no es el caso. Las pruebas están ahí. Las carreteras en el sureste son las peores en la federación. Todas las administraciones desde 1999 han prometido un segundo puente sobre el Níger, durante la campaña, pero sigue siendo una ilusión. Nuestra preocupación ahora mismo es la unidad. La Ohanaeze está haciendo campaña para recabar apoyos a la unidad de nuestro pueblo, porque si actuamos con una sola voz, nadie nos quitará nuestros verdaderos derechos.

El liderazgo de Ohanaeze, organización de la que usted es secretario general, está en su última vuelta ¿qué legado deja el actual régimen?

Estamos intentando dejar una nueva consciencia para los Ndigbo, intentamos decirles que pueden volver a tener su control si logran hablar con una única voz. Parte del problema de los Ndigbo es que el interés individual de los miembros está sometido a los intereses colectivos del pueblo. Los Ndigbo pueden asumir la presidencia en cualquier momento que lo deseen y esta dirección de Ohanaeze les está guiando hacia ello. Queremos hacer que nuestro pueblo sea parte y parcela del país por eso insistimos, en que el poder debe rotar se acuerdo con las seis zonas geopolíticas del país. Nosotros apoyamos al presidente Jonathan en base a esta confianza y cualquiera que diga lo contrario no está siendo justo con este país. Esta Ohanaeze está liderando la lucha para que en 2015 se permita que un hombre igbo lidere este país como presidente y sólo así se puede decir que pertenecemos de verdad. Hemos cumplido nuestras obligaciones; estamos en todas partes desarrollando otras zonas del país, aún así, nuestros esfuerzos no están siendo apreciados. Queremos un juego limpio en forma de igualdad entre todos los estados de la federación.

¿Cuánto tiene de realista esta campaña para producir el presidente de Nigeria en 2015?

Estamos en una carrera y sabemos que se han diseñado deliberadamente ciertas estrategias para que los Igbo no levanten cabeza ni política ni económicamente. Un ejemplo es el número de estados en el país. Sin embargo no estamos perturbados, no estamos desmoralizados porque la situación sea esta. Estamos luchando por la presidencia en 2015, por derecho. Hemos empezado y no hay marcha atrás.

¿Cuál es la postura de Ohanaeze ante el plan del gobierno Federal de quitar el subsidio al combustible?

Los que defienden este asunto tienen sus razones y los que lo atacan también tienen sus razones. Todavía no conocemos los detalles de esto. No sabemos cómo se llevará a cabo lo que se ha llamado la retirada del subsidio. Lo que debería preocuparnos en este momento es que nuestros líderes salgan y hagan todo lo posible para educar a la gente, para explicar cuáles son las ventajas y desventajas de la retirada del subsidio al combustible. Un problema es que nuestras instituciones son débiles y esto ha provocado la pérdida de confianza. Si nuestros líderes creen que quieren ayudar al pueblo retirando el subsidio al combustible, son ellos los que deben explicar cuáles son los beneficios de ello y por qué es necesario hacerlo. Con esto, nos hubiéramos ahorrado la polémica que se ha generado. El gobierno debe estar dispuesto a proporcionar los detalles a los ciudadanos y aclarar los rumores sobre la eliminación del subsidio. Esto ayudaría a resolver el problema.

¿Cómo se siente cuando prácticamente todos los comentarios en el país califican mal al actual gobierno sobre el estado de la nación?

Todo el mundo tiene su opinión sobre cómo le ha ido al país durante los últimos dos años. Están los que creen que los líderes ni lo han intentado y otros creen lo contrario. Yo soy de los que creen que lo hemos hecho bastante bien, teniendo en cuenta de dónde veníamos. La unidad del país parece haber alcanzado a todo el mundo, de otro modo, han pasado tantas cosas en el país que hubieran desgarrado el país en pedazos, pero el cordón umbilical nos mantiene unidos.

Como Nación, hay algo de lo que carecemos y nos está afectando en cada esfera de nuestra vida: es la indisciplina. Si somos disciplinados, la corrupción desaparecerá. Habrá leyes y la gente obedecerá las leyes sin coacción. Tenemos leyes que no podemos hacer cumplir. Así, nuestro mayor problema en 51 años es la indisciplina, y debemos intentar resolver esto, para hacer avanzar el país. Necesitamos hacer algunas cosas bien. Los que defienden la conferencia nacional soberana, saben que tenemos varios grupos étnicos en el país, y todavía hay gente que cree que ha nacido para gobernar y otros nacen para sufrir. Existe un juego muy injusto en este país y esto nos llevó a la guerra. Lo he dicho muchas veces, la indisciplina causó la guerra.

¿Cuándo cree usted que la corrupción, que ha penetrado en todos los sectores de nuestra vida nacional, empezará a degenerar?

Estoy más interesado en como exorcizar el demonio de la corrupción en nuestras vidas. Corrupción es un nivel de indisciplina, Necesitamos permitir que nuestras leyes funcionen para nosotros. Necesitamos asegurarnos de que la gente, no importa lo altamente situada que esté, debe someterse a las leyes. ¿Cómo tienes reglas en vigor y a gente haciendo cosas como si no existiera la ley? Las cosas no deberían ser así.

Cuando la gente está ocupada amasando riqueza pública en nombre de los políticos y la gente les aplaude, ¿cómo vamos a combatir la corrupción? Necesitamos comenzar por el principio y hacernos preguntas. Hasta el momento en que los nigerianos empiecen a permitir que los servicios tengan prioridad sobre las adquisiciones personales, no podremos salir del caos actual.

Deberíamos dejar trabajar a nuestras instituciones, las agencias anti corrupción lo están intentando, pero es nuestro pueblo el que siempre será la pieza en el engranaje del progreso. Pero aún así, el gobierno debe ser sincero y estar a la altura de sus responsabilidades. Al nivel al que estamos, se supone que no vamos a apoyar más tiempo de boquilla, porque hoy nada funciona en Nigeria. La gente ha intentado proporcionar infraestructura, pero unos cuantos individuos que se han encontrado metidos en estas cosas están reteniendo las cosas para ver qué pueden sacar de ello. Debemos demostrar con el ejemplo; hacer hincapié en el principio fundamental de la directiva política, como establece la constitución.

Lawrence Njoku.

Publicado en The Guardian, Nigeria, el 27 de octubre de 2011.

N.T.
* En marzo de 1998, un grupo de movimientos orquestaron la marcha de un millón de hombres, a celebrar en Abuja. Recorrieron el país de principio a fin, pagando a gente a la que llevaron como al ganado en tren hasta la capital y guiados a formar parte de la mítica “one million man march”, para convencer al general Sani Abacha, de que se presentase otra vez, como civil, a la presidencia. Abacha murió en junio de ese año, a la edad de 54 años.

Fundación Sur

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