Navidad, un día cualquiera para los pobres de Zimbabue

23/12/2010 | Crónicas y reportajes

Para los zimbabuenses comunes esta Navidad les traerá una mezcla de placer y dolor, con las tiendas que un día estuvieron vacías, llenas de alimentos y bebidas, pero la mayoría de las familias no pueden sino preguntarse cómo podrían pagar por ello.

En Zimunya, un pueblo 280 kilómetros al este de la capital, Harare, unos cuantos dólares bastarían para garantizar una celebración especial, pero mucha gente por aquí está resignada a pasar el 25 de diciembre como cualquier otro día.

Webster Kurwaisimba, de 38 años, sin trabajo y con una familia de cuatro, no puede permitirse el lujo de mimar a sus seres queridos con regalos. Lo mejor que puede esperar es una comida decente. “Sé que ya estamos casi en Navidad, pero no tengo dinero y las cosas son muy duras por aquí”, dice. “Mi principal preocupación es cómo me las ingeniaré para conseguir dinero para pagar la escuela de los niños, antes de que las escuelas vuelvan a abrir el año que viene”.

Kurwaisimba perdió su trabajo en la ciudad cercana de Mutare, y se volvió a Zimunya cuando una de las principales cadenas de venta al mayor del país, cerró varias sucursales y despidió a decenas de trabajadores, en 2005.

El antes comprador de cosas que recibía a la gente tras un mostrador, ahora es visto siempre a los lados de una carretera cercana, levantando un bol de champiñones salvajes a los viajeros que pasan, para que se los compren. Un buen día, lleva a casa 6 dólares.

Crisis de una década de duración

Si logro ganar 10 dólares, será suficiente para comprar pan, leche y probablemente pollo. Eso serán las Navidades para mí. Si no puedo ganar ese dinero, asistiremos a los servicios de la iglesia durante todo el día”.

Una cena de Navidad media en Zimbabue comprende pollo y arroz y una caja de cerveza y refrescos para los adultos. Los niños con suerte disfrutarán del lujo de galletas, dulces y patatas fritas.

Para una familia media de siete, el pollo costará 7 dólares, el arroz 2 dólares, una caja de bebidas 9 dólares y una caja de cerveza 20 dólares. Un paquete de dulces cuesta 2 dólares y las galletas, 3.

La economía de Zimbabue se está recuperando lentamente de casi una década de crisis, durante la cual los supermercados estaban vacíos por la hiperinflación, que llegó a alcanzar los 231 millones por ciento, obligando a subir los precios de los artículos básicos.

La crisis llevó a los dos principales bloques políticos del país a formar un gobierno de reparto del poder, para intentar arreglar la economía. En 2009 finalmente se pusieron de acuerdo para deshacerse del dólar zimbabuense, totalmente falto de valor, adoptando el dólar estadounidense en su lugar.

Los escasos artículos empezaron a estar disponibles, aunque para la mayoría de la gente en las zonas rurales, muchos bienes siguen siendo un lujo.

Para los comerciantes, sin embargo, que durante años han visto sus estantes vacíos por falta de suministros, la época festiva de este año será un boom.

Poca esperanza de un respiro

Benard Tinorwiraishe, propietario de una tienda de ultramarinos en el distrito agrícola de Nyazura, tiene el almacén hasta arriba de aceite de cocinar, leche en polvo, carne enlatada y pan, todo aquello que escaseaba cuando la crisis estaba en su punto álgido. “No me puedo quejar”, dice Tinorwiraishe atendiendo a la entrevista a la vez que a los clientes que entran por goteo en la tienda. “Este año todos los productos están disponibles”.

Pero por cada comerciante de por allí hay cientos de ciudadanos normales que tendrán un día duro con poca esperanza de un respiro.
Las viudas Hilda y Margaret Nhukarume, utilizarán el día de Navidad para dar gracias al señor por haberlas ayudado a mantenerse durante una año difícil sin sus maridos.

Se quedaron solas con siete hijos cada una y también cuidan de dos niños de su marido, de un matrimonio anterior.

Gasto de consumidores

“No tenemos ningún plan”, dice Hilda, la más joven de un matrimonio polígamo.

“No podemos permitirnos comprar ropa a los niños para que se pongan el día de Navidad. Nos gustaría poder, pero no podemos. Estaremos contentas si tenemos 5 dólares para comprar harina de maíz. Será simplemente un día más, a menos que un alma caritativa nos ayude.”

El Consejo de Consumidores de Zimbabue, CCZ, un organismo de control de consumidores, dice que la cesta de la compra para una familia media ha subido en diciembre hasta 144.19 dólares desde noviembre, cuando costaba 142.77 dólares.

El Consejo dice que esta subida ha sido causada por los minoristas que suben los precios para beneficiarse del gasto de los consumidores en Navidad.

Con los funcionarios, que son la gran parte de los zimbabuenses que tienen empleo formal, y que ganan una media de 150 dólares al mes, pasa lo mismo, muchos tienen poco o nada de sobra para unas Navidades tradicionales rurales.

“Antes, muchos en las zonas rurales obtenían una rica transferencia de los miembros de su familia que trabajaban en granjas, minas o ciudades, que o venían de visita, o enviaban dinero”, cuenta un economista independiente, John Robertson. “Ahora todo está muy difícil para la gente en general. El dinero escasea y los gastos son altos”.

(News 24, 23-12-10)

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