Mujeres saharauis “Sin las mujeres los derechos no son humanos”, por José Carlos Rodríguez Soto

4/01/2011 | Bitácora africana

Red  Deporte  y cooperación

“Sin las mujeres los derechos no son humanos”, reza una de las leyendas que a modo de mural adornan los pasillos de la sede de la Unión Nacional de Mujeres, en la wilaya “27 de octubre”, uno de los cinco campamentos de refugiados donde viven cerca de 200.000 saharauis en las inmediaciones de Tinduf (Argelia). Allí nos recibe Fatma Mehdi, secretaria general de esta organización que fue fundada en 1974. Desde el comienzo de la conversación queda patente que los slogans que proclaman la igualdad de la mujer y exhortan a que los hombres compartan las labores domésticas son mucho más que buenas declaraciones. En el sencillo pero amplio local donde nos acoge se gestan infinidad de cursos de capacitación para mujeres, conferencias que se debaten en foros internacionales y políticas de género.

Por eso la señora Mehdi se siente orgullosa de la labor de este organismo: “Las primeras mujeres administradoras y policías de los campamentos fueron formadas aquí”. En la administración política de la República Áraba Saharui Democrática hay tres ministras, un 34% de parlamentarias y un 24% de representación en la administración local. Sin embargo, piensa que aún falta mucho por hacer en cuestiones de liderazgo, autoestima y comunicación asertiva por parte de las mujeres: “Por ejemplo, siempre hemos tenido derecho al voto, pero no todas las mujeres lo valoran, porque muchas no votan cuando hay elecciones o prefieren votar a un hombre”. La Unión Nacional de Mujeres busca también capacitar a las mujeres para que gocen de independencia económica: “sin un poder económico las mujeres no tienen libertad. Tenemos muchos programas de microcréditos, muchos de ellos financiados desde el País Vasco y Cataluña”.

La salud es otro tema importante, y por eso imparten también numerosas charlas a mujeres sobre cuestiones como las causas de la anemia, cómo llevar una vida sana durante los embarazos y cómo llevar una alimentación sana. No podía faltar el interés por el deporte, una actividad que sirve no sólo para combatir la obesidad, sino también como “un medio de afianzar la posición de libertad que tiene la mujer en la sociedad saharaui”.

Y es que, a diferencia de otras sociedades árabes, aquí la mujer ha gozado siempre de un status envidiable: “La cultura saharaui, con muchas cosas en común a la mauritana, es muy conocida por su respeto a las mujeres, y esta es una gran diferencia con respecto a otras sociedades árabes donde mezclan cultura y religión, lo que no es el caso en nuestra tradición”. Esta posición predominante alcanzó cotas más altas durante los años del exilio, “cuando los hombres estaban en la guerra y fueron las mujeres quienes se ocuparon de la organización de los campamentos”. Mehdi reconoce que cuando entró el vigor el alto al fuego de Naciones Unidas “la gente pensaba que el contencioso del Sáhara Occidental tendría una solución inmediata, y organizamos muchos debates de mujeres en los campamentos y en otros países preparándonos para volver a nuestra patria”.

Han pasado los años y ante la situación de estancamiento que se vive actualmente, reconoce que “la única opción es la lucha, ya que el plan de paz la ONU dura ya 19 años y no ha producido ningún logro por lo que se refiere a la independencia”. Reconoce, sin embargo, que “la lucha sí ha producido otros resultados, como por ejemplo, que Marruecos reconoce que el Polisario es la parte con la que hay que negociar”. Piensa también esta mujer que los recientes incidentes de la parte ocupada, a pesar de la represión marroquí, “son parte de una campaña de reivindicaciones sociales en el Sáhara ocupado que han conseguido abrir los ojos a muchos ciudadanos marroquíes, que están empezando a darse cuenta de que los beneficios del crecimiento económico de su país no llega a la gente”.

La Unión Nacional de Mujeres es miembro de varios foros internacionales, notablemente de la Organización de Mujeres Africanas y de la Internacional Socialista. Como contrapunto, Mehdi lamenta el rechazo que sufren por parte de organismos árabes internacionales: “En la Organización de Mujeres Árabes no nos vemos aceptadas, porque es una organización que está muy controlada por los gobiernos de sus países y éstos nos ven a las mujeres saharauis como un peligro para ellos”.

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Autor

  • Rodríguez Soto, José Carlos

    (Madrid, 1960). Ex-Sacerdote Misionero Comboniano. Es licenciado en Teología (Kampala, Uganda) y en Periodismo (Universidad Complutense).

    Ha trabajado en Uganda de 1984 a 1987 y desde 1991, todos estos 17 años, los ha pasado en Acholiland (norte de Uganda), siempre en tiempo de guerra. Ha participado activamente en conversaciones de mediación con las guerrillas del norte de Uganda y en comisiones de Justicia y Paz. Actualmente trabaja para caritas

    Entre sus cargos periodísticos columnista de la publicación semanal Ugandan Observer , director de la revista Leadership, trabajó en la ONGD Red Deporte y Cooperación

    Actualmente escribe en el blog "En clave de África" y trabaja para Nciones Unidas en la República Centroafricana

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