Todo el mundo espera su caída, tras las grandes manifestaciones del día 2 de febrero, reclamando su marcha, pero Mubarak no cede. Solamente, en una reacción de bestia herida, ha respondido violentamente, el día 2, con acciones contra las manifestaciones que podrían llevar a Egipto al caos.
Se está al borde peligrosamente una guerra civil en el país de los faraones. El día 2, miércoles, el día después del discurso en el que Mubarak anunció que no tiene intención de presentarse a las próximas elecciones presidenciales, por lo que se entiende que planea quedarse en el poder hasta octubre, el régimen egipcio ha desplegado sus tropas por las calles. Una manifestación pro-Mubarak ha hecho su aparición, después de los acontecimientos ocurridos en El Cairo. Los partidarios de Mubarak se dirigen con fuerza a la plaza de Atahrir (plaza de la liberación), ocupada desde hace días por los anti-Mubarak. A pesar de la presencia del ejército, lo que debía ocurrir, ocurrió: violentos enfrentamientos entre los dos bandos en los que los pro – régimen cargaron, a lomos de caballos y camellos, contra sus adversarios. Esto dará lugar a peleas violentas, causando cientos de heridos. La violencia no perdonó a numerosos periodistas de diversas nacionalidades que se encontraban allí. Hicieron aparición los cócteles molotov. Dos de estos artefactos explosivos dieron contra el Museo Central de El Cairo, que pudo quedar convertido en humo, si no hubiera sido por la intervención del ejército, que extinguió el incendio. Los enfrentamientos entre los dos bandos continuaron todo el día, y no fue hasta el comienzo de la noche de ayer, [día 2] cuando la policía comenzó a cargar contra los pro – Mubarak particularmente belicosos. De cara a esta escalada peligrosa, la comunidad internacional ha condenado, a coro, “el recurso a la violencia”. Washington, por supuesto, pero también la Unión Europea, la ONU, la OTAN, Londres y muchos otros.
Pero, esta vez, el régimen egipcio ha respondido a las interpelaciones diplomáticas de una manera por lo menos “enérgica”. El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores egipcio tuvo esta fulgurante “salida” a última hora de la tarde: “Eso que dicen los partidos extranjeros sobre “un periodo de transición que comience inmediatamente, en Egipto, queda descartado”. Hossam Zaki cree que “eso pretende inflamar la situación interior”. Prosiguió a un nivel más virulento: “es muy lamentable ver que los países extranjeros occidentales como los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, incluso Turquia, que buscan su papel en cualquier circunstancia, metan la nariz en los acontecimientos de Egipto. Muy seguro de sí mismo, asestó de nuevo: “Yo les invito (a todos estos países) a meterse en sus asuntos. Estos países se creen con permiso, de una manera osada y sin precedentes, a hablar en nombre del pueblo egipcio y adoptar las reivindicaciones de ciertos partidos. Esto es totalmente rechazado por Egipto, tanto gobierno como pueblo”. Con este discurso, evidente de alguien que no tiene nada que perder, cabe esperarse lo peor. Mubarak, esto ya es una certeza, hará todo lo que esté en su mano y todo lo posible para conservar su reinado hasta el final.
Una explosión generalizada es un riesgo real el todo momento. Y ya, un riesgo importante la mañana del viernes. La oposición que no retrocede, ya no, de hecho ha hecho un llamamiento para que el viernes sea “el viernes de la partida”. Directamente afectado por la evolución de la situación en Egipto, el primer ministro israelí ha expresado toda su inquietud, el día 3: “Es posible que ninguna de estas dos fuerzas prevalezca sobre la otra durante mucho tiempo, y que la inestabilidad y la incertidumbre continúen durante años”, para él, “hay dos mundos, dos mitades, dos visiones. La del mundo libre y la del mundo radical. ¿Cuál prevalecerá en Egipto? La respuesta es crucial para el futuro de Egipto, de la región y nuestra, aquí en Israel”, declaró Netanyahu ante el parlamento, sin olvidar de paso recalcar “la voluntad del régimen iraní de un Egipto que vuelva a la edad media”. Algo que sin duda, es también la postura de Washington. Declaró por otro lado.
Kamel Amarni
(Le Soir d’Algérie, Argelia, 03-02-11)
