Mozambiquear, Por Carlos Ordoñez Ferrer

7/01/2009 | Bitácora africana

Tengo aquí un amigo que todas las mañanas arranca su jornada laboral “mozambiqueando”. Dice que es lo primero que hace al llegar a su oficina. Y cuando se da cuenta de que hay algo nuevo para “mozambiquear” comienza el día con buen resabio. Eso me dice.

Una amiga se levanta con diez minutos de antelación para encender el ordenador antes de que los niños se despierten, “y así poder mozambiquear a gusto”.

Es lindo que “mozambiquear” sea un verbo hermanado a echar una sonrisa, a poner al día algún recuerdo, a preguntarse cómo seguirá, qué será lo siguiente. Un verbo que en alguna de sus conjugaciones se aproxima mucho a ese intraducible “Saudade”.

”Mozambiquear” también es indignarse con lo indigno, querer pegar un grito cuando ya no se puede más, denunciar lo doloroso y sentir un leve temblor que sea terremoto con lo sutil, con lo probable, con una mirada, un silencio…

Y es más cosas “mozambiquear”. Es sentir sin esfuerzo empatía por el desarraigado. Aguantar la mirada cuando alguien te dice que tiene hambre, y retener su dolor para arrojarlo aquí y que desde el primer mundo también se sienta esa incomodidad de sobrevivir a los ninguneados. Para no olvidar. Para eso.

Pero “mozambiquear” también va de la mano del buen humor como bandera reivindicativa, de la duda como consigna orgullosa, de la belleza sin costo, de la mano amiga, del tiempo que vuela atrapado en un espacio de placer y sobre todo, de la gente querida.

En estos días “mozambiquear” navega cerca de la isla incertidumbre . Quiero huir del “dime lo que temes y te diré lo que provocas” pero no puedo evitar cuestionarme si estaremos haciendo bien las cosas. Me pregunto si no debería haberme opuesto frontalmente a que viniera Edna hasta aquí ahora. Diga lo que diga quien lo diga.

“Mozambiquear” era aventurarse en una experiencia vital y contarlo.

“Mozambiquear” según va sucediendo. Y lo que ahora sucede es que Edna está embarazada. Pasamos de la alegría al miedo a la ruleta rusa sin estación de paso.

Ayer me aseguraba Sabulía “cuando la mujer embarazada tiene picaduras en los brazos es bueno. Eso quiere decir que la criança va ha salir fuerte”. Desgraciadamente no es cierto. Algunas creencias son peligrosas.

Estos días “Mozambiquear” es también esa tensión. Ese miedo.

Autor

  • Ordoñez Ferrer, Carlos

    Carlos Ordoñez Ferrer como él dice "Antes fui realizador de televisión. Ahora soy activista, viajero y escribidor. Es mejor para la salud" .

    Colaborador de MUGA El Centro de Estudios y Documentación sobre Inmigración, Racismo y Xenofobia, MUGAK, impulsado desde SOS Arrazakeria, Organización que viene desarrollando su labor desde 1995.

    Carlos Ordoñez Ferrer ha pasado nueve meses en Mozambique tiempo en el que ha escrito su blog Mozambiqueando que a partir de ahora podremos encontrar en nuestra página web

    De vuelta a España realizó el Master "Información Internacional y países del Sur" de la Universidad Complutense de Madrid

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