Mme. Umu Sall Seck una alcaldesa valiente en Malí, por Antonio Molina

15/04/2013 | Bitácora africana

El 22 de marzo se cumplió un año del golpe de Estado militar del capitán Amadú Haya Sanogo y sus secuaces. Podemos decir que 2012 fue el “annus horribilis” para el Malí, que vio tambalearse su joven democracia de apenas 20 años.

Primero, los tueregues, nacionalistas irredentos y luego los islamistas de todo pelaje, que se aprovecharon de la ingenuidad de los separatistas del Azawad y se apropiaron de los dos tercios del país: el norte desértico y pusieron a Malí contra el muro.

Si no hubiera sido por la fulminante intervención del ejército francés, hoy estarían los grupos armados afiliados a Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y los energúmenos del MUYAO con los de Ansar Ed-Din, etc… paseándose o peleando por las avenidas de Bamako.

UN PUEBLO SUFRIDOR DESAMPARADO

El pueblo de Malí, sobretodo en las regiones ocupadas, sufrió la imposición violenta de la Charía y quien pudo se escapó a los países vecinos: Níger y Burkina Faso, que han recibido a la mayor parte de esos refugiados. Otros huyeron hacia el sur, estableciéndose en Bamako y alrededores de la capital, donde pululan los desplazados de las zonas ocupadas, que ahora muy poco a poco regresan.

LA SITUACIÓN ACTUAL

Después de la intervención francesa la calma va reviniendo al sur del país. Las tropas de la CEDEAO y de la MISMA no poseen el entrenamiento, ni el material sofisticado de los franceses. Hay cerca de 500 militares extranjeros, instructores del ejército maliense en restructuración, la mayor parte franceses, pero también hay unos 50 españoles y de otras nacionalidades.

Los terroristas con el auxilio y colaboración de ciertos malienses simpatizantes del Islam fundamentalista, tienen un conocimiento del desierto, que no tienen los soldados venidos de Nigeria, Costa de Marfil, Togo, Burkina Faso y Níger.

En este período de limpieza de restos de milicias camufladas entre la población civil

Hay que temer los atentados provocados por esos infiltrados y también la sociedad plural y multiétnica maliense está expuesta a un “genocidio recíproco”, donde los “pieles claras” (árabes y fulanis en particular) sean objeto de persecución y linchamiento, como si todos hubieran sido colaboradores de los terroristas.
Es con este telón de fondo que aparece una señora alcaldesa, que merece todo nuestro respeto y admiración.

UNA EXCELENTE ADMINISTRADORA LOCAL

Desde 2004, en que fue elegida alcaldesa, Mme. Umu ha ido consiguiendo muchas metas: Centros de salud y maternidad, red de escuelas, Registro Civil y un Centro Polivalente, que era su perla de la corona.

Allí las mujeres, que en otros tiempos se dedicaban a “cortar a las niñas” (practicar la ablación de los órganos genitales femeninos –MGF-) al cesar en su actividad, prohibida por la ley, habían encontrado trabajo. Ahora ganaban su vida honradamente. Unas fabricaban jabón artesanal, otras cuajaban quesos y yogures, o preparaban alimentos para el ganado, pues son familias de fulanis pastores.

QUIEN ES Mme. UMU SALL SECK

Una mujer de belleza rmoniosa, de “rostro pálido” o mejor “moreno claro”, pues es hija de padre fulani y de madre ífogha. Va a cumplir 45 años. Su mirada irradia determinación y valor.

Es alcaldesa de Gundam, región de Tombuctú. El 13 de abril de 2012 tuvo que abandonar su ciudad, empujada por sus conciudadanos. A la mañana siguiente, Gundam caía en manos de los rebeldes del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawid (MNLA), rápidamente suplantados por los islamistas tuaregues de Ansar Ed- Din.

El Centro Polivalente, fruto de tantos esfuerzos e ilusiones, se convirtió de la noche a la mañana en el cuartel de los islamistas. Decía Mme. Sall Seck: “Han roto todo el material y el mobiliario, se han llevado por la fuerza todo lo que tenía algún valor: los ordenadores, las mesas, los teléfonos y hasta los telares manuales en donde las mujeres aprendían a tejer el algodón nacional…”

UNA ALCALDESA INCANSABLE

Durante los meses de su exilio forzoso, Mme. Uma no ha parado de visitar las regiones vecinas del Níger y de Burkina Faso; además estuvo varias veces en Europa, sensibilizando a los organismos de cooperación y a las ONG’s para que le ayuden a reparar los daños provocados y poder continuar la acción social que desarrollaba el Centro Polivalente de Gundam.

Es miembro activo del Colectivo de los Alcaldes del Norte de Malí y ha sido una de las que apoyaron desde un principio la acción francesa fulminante.

Ahora su preocupación son también los cientos de mujeres y adolescentes, que fueron violadas y apaleadas por los islamistas mientras que ocuparon la ciudad, pues aplicaban una Charía demencial…a su antojo, para los demás.

CONCLUSIÓN

La sra. Umu Sall Seck es una “piel clara”, a pesar de ser respetada y amada por la población de Gundam, no está al abrigo de cualquier intento de asesinato por parte de esos restos de “milicias islamistas”, que se esconden infiltrados entre la población.
He aquí su mensaje para terminar:”Reparar el tejido social va a ser una tarea dura, pero no tengo otra alternativa. En tanto que alcaldesa elegida por mis conciudadanos, mi dolor y sacrificio no cuenta. Lo que importa es el bien común de toda la comunidad. Lo que cuenta es nuestro país, el Malí.”

Autor

  • Molina Molina, Antonio José

    Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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