Un proverbio latino dice: “quidquid recipitur, at modum recipientis recipitur” (Todo es percibido según la capacidad del receptor). La actitud del recipiente es lo más determinante en la valoración de palabras, relaciones y acciones. Es evidente que otros elementos son también muy importantes en la aprobación o rechazo de algo o alguien, como: la manera de presentarlo, la relevancia del tema, calidad de relación, circunstancias etc.
La actitud de gran parte de la sociedad actual hacia “lo religioso” y hacia “misiones” es bastante negativa. Para algunos, “los misioneros” son como una especie extraña del pasado en vías de extinción!
En la época colonial, algunos misioneros-as tomaban actitudes arrogantes y actuaban como poseedores de la verdad. Incluso se llegaba a veces a pensar que “fuera de nuestro camino” no existe ni verdad, ni progreso ni salvación posible. Esto, gracias a Dios, pertenece al pasado, al menos para la mayoría!
En mi experiencia de 43 años como misionero en Uganda sobre todo, he experimentado algo muy diferente. Me siento profundamente agradecido por la suerte de haber podido convivir, trabajar juntos y gozar de la calidad humana de tantas personas y familias en Uganda. Mi casa, mi país y mis mejores amistades están allí. Con ellos-as he compartido y gozado la mayor parte de mi vida. Esa experiencia nada tiene que ver con lo “arcaico”, pues es lo más grande de la vida.
Cuando uno mira y se relaciona con los demás, de cualquier cultura que sean, en total igualdad, respeto y aprecio mutuos, la acogida está garantizada y el enriquecimiento es siempre mutuo.
África no necesita “limosnas”, solo quiere y exige relaciones de respeto y acuerdos económicos justos. La “ayuda” puede ser necesaria en momentos de emergencia pero siempre ha de ir acompañada de la justicia. Con frecuencia, los imperios financieros hablan de “ayuda” a los países en desarrollo, pero en realidad lo único que están haciendo es devolverles lo que es suyo. Si pagaran lo justo, los sistemas financieros no necesitarían ser tan agresivos o dar “ayuda”. Este sistema capitalista, también en África, sigue robando a los que menos tienen, para enriquecer a una minoría.
Si los gobiernos e imperios financieros gestionaran los recursos de forma mas justa y con verdadero espíritu misionero-solidario, no veríamos a 25.000 niños muriendo CADA DIA por mala nutrición. Tampoco veríamos a 300 millones de africanos sin acceso al agua potable. Se detendrían los 300.000 millones de euros que se sacan de España en fraude fiscal, etc. Esto es “lo arcaico, inhumano, retrogrado e injusto”!
Vamos a dar prioridad a los retos y sufrimiento de la Humanidad para gestionar más justamente todos los recursos disponibles y capacitar a dodos los seres humanos para una vida digna.
Para esto, sí que merece la pena vivir y trabajar en África.
