MIRAR EL FUTURO CON CONFIANZA

14/09/2011 | Editorial

El día 8 de Septiembre recordamos el día mundial del VOLUNTARIADO.

En este editorial no me refiero al abanico multicolor de la realidad compleja y global de todos los estilos y formas que incluye el voluntariado en este momento. Considero ante todo la raíz misma de todo voluntariado, que para mi constituye el principal motivo de esperanza.

Gracias a la capacidad humana de darse y entregarse voluntariamente para apoyar a otras personas necesitadas, podemos mirar el futuro con confianza.

Algunas personas depositan toda su confianza en la tecnología y la economía para transformar la sociedad y recrear una nueva calidad de vida y de relaciones en la familia humana. Otras personas creyentes ponen toda su esperanza en la fe, convencidos de que solo la fe nos puede liberar del egoísmo humano. Incluso dentro de estos dos grandes grupos de creyentes y no creyentes existen una infinidad de variantes. Pienso que ya es hora de integrar la ciencia con la fe y la tecnología con la confianza en Dios. Las dos se necesitan y enriquecen mutuamente.

La razón de mi confianza en la vida y en el futuro de la familia humana se basa ante todo en la Humanidad misma, en los seres humanos que hemos sido creados para amar, ser amados y cuidarse de los más empobrecidos. Cuando mutilamos esta vocación de ser humanos y de humanizar nuestras relaciones y estructuras, con frecuencia re-emplazamos los seres humanos con “ídolos” de posesiones, animales y hasta con ritos religiosos mágicos y apoteósicos.

Creo en el futuro de la humanidad gracias a la bondad, gratuidad y generosidad del corazón humano creado por un Dios que es Amor. Ser “voluntario” para cuidarse de los demás requiere una mente y corazón humanos y humanizados, no por los ritos de domingo y viernes, sino por unas relaciones humanas llenas de gozo, gratuidad y espíritu de familia.

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