Minerales del este de la RDC: el doble juego de los británicos

5/11/2010 | Opinión

El gobierno británico ha optado por proteger sus empresas, a pesar de su implicación demostrada en el comercio ilícito de los minerales del este de la RDC. Al mismo tiempo Gran Bretaña apoya el plan de estabilización y reconstrucción del este.

Ya es un secreto de polichinela. Varios estudios detallados en las zonas conflictivas del este de la RDC han establecido la implicación de las empresas británicas en el comercio ilícito de minerales, con la conclusión de que la causa inmediata de las tensiones recurrentes es precisamente este comercio ilícito.

Global Witness ha llegado a la conclusión de que Gran Bretaña es responsable, por su silencio, del drama que azota el este de la RDC. En su informe último titulado «Frente a un fusil, ¿qué hacer?», describe la manera como empresas británicas se dedican al comercio de minerales que provienen de los beligerantes en la zona. Una de las empresas citadas es Thaisarco, quinto productor de estaño del mundo, que forma parte del gigante británico de los metales AMC. El suministrador principal de Thaisarco es Panju, que vende la casiterita y el coltan que proviene de las minas controladas por las FDLR. Otra empresa citada en el informe es Afrimex.

Se esperaba que el gobierno británico reaccionara ante estas revelaciones sancionando las empresas implicadas en esta desestabilización de la RDC; tanto más cuanto desde hace un tiempo financia un plan de estabilización y reconstrucción (Starec). Pero, Londres ha optado por el silencio; silencio culpable; ha preferido asegurar la protección de sus empresas, provocando la indignación de Global Witness. “Es lamentable, dice en un comunicado, que no se sancione a empresas británicas que comercian ilícitamente con los minerales (…) cuando hay evidencias”. El gobierno no ha querido dar nunca los nombres de dichas empresas para que sean incluidas en la lista de entidades objeto de sanciones. Gran Bretaña ha optado por su nacionalismo en detrimento de la justicia. ¿Qué mensaje da perdonando a sus empresas, co-responsables de crímenes cometidos en el este del Congo? Diversos informes ya han demostrado que una mano invisible alimenta los conflictos, pero Gran Bretaña se hace el sordo e ignora todas las recomendaciones formuladas por la ONU para desactivar a los “hacedores de guerras”.

Global Witness piensa que “que las empresas que han sacado o sacan provecho de un conflicto tan brutal deberían ser objeto de sanciones por parte de las Naciones Unidas”, según la resolución 1857 del Consejo de Seguridad del 22/12/2008. Pero Gran Bretaña finge ignorar estas disposiciones y Kinshasa no reacciona.

(A partir de Le Potentiel 04/11/2010)

Traducción de Ramón Arozarena.

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