MEND: anatomía de una milicia popular II

5/12/2006 | Opinión

MEND y sus métodos

Aunque el ataque de Okerenkoko proporcionó impulso inmediato para que se unieran varias milicias separadas durante décadas, de la vieja lucha de los Ijaw por la autodeterminación, en el MEND, podría decirse que la formación del propio Movimiento tardó varios años, que comenzaron con la breve revolución de Isaac Boro, en febrero de 1966.
El principal miembro fundador de MEND deriva del clan Gbaramatu, que estaba en el punto de mira cuando estalló la crisis de gobierno local de 1997, y por tanto se llevó la peor parte del ataque del helicóptero en febrero de 2006. Aún así, esta tesis es cierta sólo en la medida en que MEND sea vista como una organización formal, con una estructura de miembros delineada y una cadena de comandos. Pero, como hemos dicho antes, MEND no es tanto una organización sino una idea que respaldan muchos grupos civiles, comunales y políticos, cada uno de ellos con sus quejas específicas.

El resentimiento por las actividades del Gobierno y las compañías petroleras es muy profundo en todos los clanes de los Ijaw en el este, centro y oeste del delta. Un intrincado mazo de brazos del delta une estos clanes unos con otros desde Port Harcourt, en el este, hasta Warri, en el oeste. La explosión de la telefonía móvil y los servicios de internet en Nigeria, desde 1999, ha asegurado las comunicaciones y coordinación entre las unidades armadas que pueden estar afectadas, en minutos. Estas características están en el corazón de la asociación de dispares pero unidos en preocupaciones sociales, para crear MEND.
La Fuerza y el éxito militar de MEND hasta el momento residen en 4 factores cruciales.

Primero, ha intervenido bien en la búsqueda desde hace 50 años de justicia social y medioambiental en el delta del Níger, por los Ijaw. No hay un solo poblado en el delta donde no existan simpatizantes de MEND. Consecuentemente, el movimiento opera en un terreno extremadamente amable y cooperativo, capaz de organizar un ataque de rayos y después fundirse entre las aldeas sin ser detectados.

Segundo, MEND es una coalición permisiva de milicias armadas, guiadas por un liderazgo universitario. Este tipo de liderazgo en ningún modo limita la posibilidad de las diversas unidades para tomar sus propias decisiones y organizar ataques militares, independientemente de los demás. Las unidades planean sus ataques por separado, pero pueden coordinarse con otras unidades para unirse en una expedición cuando sea necesario. Por consiguiente están activos en todas las partes del delta, adoptando tácticas de atacar y huir, y haciendo difícil a las tropas federales encajarles en una zona y lanzar un ataque masivo contra ellos.
Tercero, los militantes de MEND luchan en un territorio familiar, habiendo pescado y cultivado en el entramado de brazos del delta, pantanos y pantanos de mangle que conforman el delta del Níger desde pequeños. El ejército nigeriano y la marina tienen maquinaria superior, pero a menudo se pierden en los riachuelos cuando montan un ataque o persiguen a los militantes, Interpretándose como impotencia o lo que es peor, vulnerabilidad ante un contra ataque. Varios soldados y efectivos navales han perdido la vida de esta forma.

Cuarto, MEND es un astuto manipulador de los medios de comunicación, y se ha asegurado de que su caso contra el Gobierno y las compañías petroleras haya sido clara y elocuentemente expuesta en los periódicos y la televisión de Nigeria y de todo el mundo. Su caso se vio beneficiado por los trágicos acontecimientos de 1990-1995 en la zona de los Ogoni, periodo durante el cual los oficiales de Shell trabajaban activamente con la junta de Abacha para desencadenar los tumultos y cometer asesinatos en masa, culminando con el ahorcamiento de Ken Saro-Wiwa y los ocho ogonis, el 10 de noviembre de 1995. Los periodistas y los activistas medioambientales en Nigeria, Europa del Este, y Norteamérica que participaron en la lucha de los Ogoni han acogido con entusiasmo el caso de MEND, incluso cuando piden a los militantes que abandonen las armas y retornen al camino del diálogo pacífico del los comienzos del IYC, en 1998.

Secuestros y armas

La elección que ha hecho MEND es el arma de los secuestros de trabajadores extranjeros de las petroleras. El cálculo es simple. El Gobierno nigeriano es notorio por su actitud arrogante cuando las vidas de sus ciudadanos están en peligro. Pero otros países, particularmente los Estados Unidos, Francia, Reino Unido e Italia, los cuales tienen enormes instalaciones petroleras en el delta del Níger, en las que operan sus ciudadanos, normalmente protestan a voz en grito cuando estos últimos son secuestrados. Por lo tanto, los trabajadores extranjeros de las compañías petroleras son los objetivos favoritos de los militantes. El secuestro más espectacular que hizo MEND, lo llevó a cabo en la terminal petrolera de Forcados de Shell, en febrero de 2006. Los militantes capturaron a nueve trabajadores extranjeros, empleados en Willbros, una compañía de ingeniería en contacto con Shell, se los llevaron rápidamente en lanchas motoras y tras dos semanas de complejas negociaciones entre los militantes, los líderes Ijaw, el Gobierno de Obasanjo, las compañías petroleras y los Gobiernos estadounidense y británico, los últimos 3 secuestrados (varios de ellos ya habían sido liberados previamente) fueron puestos en libertad el 27 de marzo.

Es importante señalar que desde que MEND empezó a tomar rehenes a principios de este año, ninguno de ellos ha resultado herido. Los oficiales del Gobierno han querido presentar este aspecto de las actividades de MEND como un chantaje sistematizado, reclamando que los militantes por lo general obtienen rescates mediante amenazas a los retenidos y al Gobierno antes de liberar a los rehenes. Mientras es cierto que hay elementos al margen en el delta del Níger, que han tomado el secuestro como una aventura lucrativa y comercial, no han de confundirse con los militantes de MEND. El objetivo del movimiento es fundamentalmente político para atraer la atención de los gobiernos occidentales y de los medios de comunicación del mundo entero sobre el delta del Níger, cuando capturan estos prisioneros, y para explotar la publicidad que se genera de este modo para anunciar sus quejas y demandas al Gobierno nigeriano.

Es, sin embargo, en los ataques a las instalaciones de Shell cuando MEND no ha mostrado ningún tipo de moderación, como muestra del profundo enfado que sienten por el cruel trato de la compañía hacia los Ijaw y otros grupos étnicos del delta del Níger, desde que comenzó a producirse petróleo en la región, en 1956. Los oficiales de Shell participaron en los ataques militares sobre las comunidades el delta a lo largo de los 80 y 90. En mis entrevistas con diversos militantes, el pasado agosto, dieron la lista que parecía interminable de los pueblos que habían probado las armas de Shell: Iko, Umuechem, Ogoni, Nembe, Kaima, Odi…

El ataque de MEND a la plataforma de carga de petróleo de Forcados, fue tan audaz como paralizante. La petrolera se vio obligada a suspender la producción del 19 % de su producción diaria. Las estaciones fluviales del canal Cawthorne de la Compañía, y la de Odidi II, también fueron destruidas. Los oleoductos explotaron en pedazos por todo el delta, y los trabajadores de Shell estaban amenazados de con una muerte lenta y dolorosa.

Chevron Texaco, Elf y ENI no escaparon de la vista de MEND. Sus instalaciones también sufrieron ataques, y su personal secuestrado rutinariamente. A la altura de abril con continuos ataques de MEND, se había recortado un cuarto de la producción de petróleo de toda Nigeria, y la plataforma marítima de Shell, la gigante Bonga, también protegida por barcos y barcos armados, fue considerada como un objetivo potencial de MEND. El Doctor Edmund Daukoru, un antiguo empleado de Shell, y desde 2003 ministro de petróleo de Obasanjo, estaba tan preocupado que corrió a Washington a encontrarse con Sam Bordman, el secretario americano de energía, para hablar de los medios y recursos para que tomase el problema de MEND de su mano.

En respuesta a lo que ellos estimaron que sería una inminente invasión por fuerzas especiales de los Estados Unidos, MEND, el NDPVF de Asari Dokubo y la Brigada de los mártires y la Coalición para la acción militar en el Delta del Níger, CMND, dos nuevos grupos que emergieron posteriormente para complementar las antiguas actividades militares, anunciaron la formación de un Consejo Unido Revolucionario, y aseguraron que utilizarían misiles buscadores de calor que acababan de adquirir para atacar y deshabilitar la plataforma de Bonga. Dado que ya habían atacado con éxito varias plataformas marítimas en el pasado, este anunció desató el pánico en el mercado internacional. Combinado con las ya escasas provisiones del resto del mundo, particularmente en Oriente Medio, donde la producción de crudo se ha reducido significantemente en el corredor de Iran e Irak, los precios de dispararon, alcanzando 72 dólares por barril.

Los comunicados de prensa de MEND no sólo están calculados para crear el mayor pánico posible en los mercados internacionales de petróleo. También están diseñados para equilibrar las preocupaciones de las compañías estadounidenses y europeas, gigantes que han realizado fuertes inversiones en la floreciente industria de petróleo y gas en el Golfo de Guinea, con el delta del Níger en su epicentro, para presionar más aún al Gobierno nigeriano. A la cabeza del equipo están Merrill Lynch, Societe Generale, Bank of American Securities, Credit Suissie First Boston, Morgan Stanley, UBS Investments, Goldman Sachs, J. P. Morgan y Lehman Brothers. Es importante que estas compañías financieras, que entre todas han invertido alrededor de 15.000 millones de dólares en la industria de gas y petróleo nigerianos (esto no incluye las inversiones directas de las compañías petroleras e industrias relacionadas), mantuvieron un encuentro con funcionarios del Gobierno nigeriano, en noviembre de 2005, cuando informes confidenciales de la embajada americana en Abuja indicaban que el Gobierno de Obasanjo estaba perdiendo control muy rápidamente en el delta del Níger frente a milicias de jóvenes emergentes.

Las tácticas de choque de MEND habían dado sus resultados inicialmente. Oficiales de Chevron y Shell habían apoyado los ataques militares a las comunidades locales durante todos los años 90, insistiendo en que los intereses de sus empresas les obligaban a ofrecer apoyo logístico y financiero a las tropas de Nigeria, en su legítimo esfuerzo por proteger los pozos de petróleo del delta de los “sinvergüenzas”. Pero al acelerarse los ataques a sus instalaciones , en el oeste del delta, durante 2003 y 2004, como consecuencia de los cuales murieron trabajadores de la compañía, (tres nigerianos, dos americanos y sus guardias), acabando con la producción de 140.000 barriles al día, alcanzando su punto más alto en abril de 2006, los ejecutivos de Chevron en California empezaron a reconsiderar la política de ley marcial, y posteriormente emitieron un comunicado sin precedentes, afirmando que la compañía no apoyaba las soluciones que se estaban tomando contra la milicia para restaurar la paz en el delta del Níger.

También desplegaron rápidamente un nuevo ‘Memorando Global de Entendimiento’, que prometieron que abordará los problemas de desarrollo en las empobrecidas comunidades con una fuerza renovada. Fred Nelson, Director de las operaciones de Chevron en el oeste de África, declaró ante los periodistas a principios de junio, que “la fuerza bruta no funciona a largo plazo. Nuestra estrategia es el diálogo con las comunidades para resolver sus problemas. Si podemos resolver sus problemas el tema de la seguridad se desvanecerá”. Los portavoces de MEND reconocieron esta nueva postura pacífica como una victoria.

La milicia también pretendía, con mucho tiento, beneficiarse de las actividades de otras milicias, que aunque no estaban tan bien organizadas ni eran tan políticamente coherentes como ellos, compartían protestas similares y organizaban regularmente sus ataques a las compañías petroleras y a los soldados del Gobierno. Estos grupos paralelos tienen una desconcertante colección de nombres, y fraguan alianzas y coaliciones tan rápido como las disuelven. Los más destacados son: Movimiento de Liberación Sur-sur, SSLM, Movimiento para la Soberanía del Estado del Delta del Níger, MSSND, DE Gbam, Níger Delta Vigilante y Meninbutus, entre otros. Algunos de estos grupos provienen de estudiantes cultos que se realizaron plenamente con el retorno de las políticas electorales a finales de los 90. Los políticos en los Estados de Rivers, Delta y Bayelsa enseguida comenzaron a presionarles para que se pusieran a su servicio y arrancases votos a punta de pistola, una tendencia que posteriormente se convirtió en ‘servicios’ de atracos a los oleoductos, intimidación de los compañeros estudiantes en las universidades y otras altas instituciones por todo el delta del Níger, y los enfrentamientos entre las comunidades locales en áreas como Ogoni, Okrika y Kalabari.

Los portavoces de MEND deploraban regularmente las actividades de estos cultos, cuando se apartaban del objetivo político explícito de perseguir la causa de autodeterminación y reparto equitativo de los beneficios petroleros, pero a la vez corren a defender a los mismos, cuando los soldados y cargas policiales les atacan injustificadamente.
El pasado 1 de julio, el MEND, que había acabado siendo la Unión del Consejo Revolucionario emitió un ultimátum dirigido al Presidente Obasanjo para que les entregase al Comisario de policía del Estado de Rivers, para un juicio justo. La policía había atacado y matado a tres jóvenes Ijaw en la ciudad de Abonema, en el este del delta, la policía posteriormente dijo que eran miembros del culto involucrado en asaltos de bancos comerciales en Port Harcourt. MEND no aceptó esta acusación, insistiendo en que los jóvenes asesinados eran patriotas Ijaw, que habían caído en el campo de batalla. Cuatro días después de que expirase el ultimátum, los militantes atacaron las instalaciones de la remota región de Sangana, y en un alarde de profesionalismo y bravuconería, secuestraron a cuatro marineros.

Las hazañas militares de MEND no han hecho mella en las capacidades ofensivas de las Fuerzas Armadas de Nigeria. Pero han desmoralizado a las tropas, y forzado a los periodistas locales y a otros comentaristas públicos a comenzar a hacer preguntas sobre la disposición para el combate y sobre todo la efectividad del ejército y la marina.
De manera más importante, MEND ha transformado la imagen de los Ijaw, es más, ha transformado la imagen de todas las comunidades locales del delta del Níger, de las desventuradas e inactivas víctimas que se habían popularizado en la prensa, siempre los receptores de las atrocidades llevadas a cabo por el Gobierno y las compañías petroleras, a un bloque político cada vez más organizado y firme, capaz de devolver los ataques a los que les acosan.

Ike Okonta

* Ike Okonta es un investigador sobre políticas africanas contemporáneas en la Universidad de Oxford. Es coautor de «Where Vultures Feast: Shell, Human Rights and Oil».

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