Mas fuerza para Kagame, menos para la libertad de expresión

15/07/2015 | Opinión

La situación de libertad de expresión en Ruanda empeora. Mientras que Paul Kagame, el actual presidente de Ruanda, se sigue haciendo más fuerte, la libertad de expresión en el país se hace más débil.

El fundador del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que llegó al poder en 2003, ha conseguido que millones de ciudadanos firmen una petición para que se enmiende la constitución permitiéndole así presentar su candidatura a un tercer mandato, ya que la constitución actual solo permite un máximo dos mandatos de siete años por presidente. Claro que la clave de su éxito se debe al continuo encarcelamiento de opositores como Victoire Ingabire, y una continua privatización de los medios de comunicación. ¿Cómo no va a ganar jugando así de limpio?

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Victoire Ingabire, la presidenta y candidata presidencial del partido político ruandés de las Fuerzas Democráticas Unidas (FDU), cuya candidatura presidencial amenazó con acabar con el reinado del presidente de Ruanda, fue condenada el 13 de diciembre de 2013 a 15 años de prisión. No solo ha sido condenada sin ninguna explicación, sino que parece ser que se han olvidado de los derechos que tiene como presa, y se han decidido por un trato medieval, que ni tan siquiera le permite la entrada de su abogado. La señora Ingabire ha solicitado una audiencia con la dirección de la prisión para averiguar las razones detrás de estas medidas draconianas adoptadas contra ella, pero el director se ha negado rotundamente a hablar con ella.

El progreso de Ruanda hacia una prensa más libre ha tenido una vida corta. En mayo, Fred Muyvunyi, el director de la Comisión Mediática de Ruanda (CMR), huyó del país por miedo a ser detenido o atacado. Esta decisión muestra un retroceso al año 1994, cuando terminó el genocidio y la radio empezó a promover sentimientos de violencia étnica, incitando al FPR a tomar el control de los medios de comunicación. No fue hasta 2013, casi dos décadas más tarde, que se permitió crear la CMR, que permitiría proteger a los periodistas ya que era un cuerpo regulador autónomo. El director Muvunyi hacía las siguientes declaraciones: “Somos un cuerpo regulador autónomo que responde a la libre opinión de los periodistas. La ley dice que cualquier persona que no esté satisfecha con nuestras decisiones puede ir a la corte, pero hemos informado de 20 casos y nadie ha ido a ningún sitio”. Quizás sea gracias a su éxito y determinación que el director fue amenazado, obligándole a huir.

A medida que la CMR ganaba más popularidad, Kagame tenía más miedo. Por eso, en marzo, el cuerpo gubernamental de la Autoridad Regulatoria de Ruanda (ARR) fue el encargado de ocuparse de que no se emitiese ningún “programa ofensivo” hacia la integridad nacional. Y así fue como la CMR dejó de ser un cuerpo regulador autónomo y quedó en manos del gobierno. Tal y como informó Muvunyi, la estrategia utilizada para derrotar a un oponente de forma que parezca legítima es “acusándote de traición, destrozando así tu imagen de cara al público”.

Actualmente existen en Ruanda algunas estaciones de radio que han liderado debates sobre si el presidente Paul Kagame debería ser autorizado para cambiar la constitución. Sin embargo, no son debates abiertos, ya que estas estaciones de radio serían también silenciadas como han sido todas las voces independientes del país.

Claudia Velilla Zuloaga

[Fundación Sur]

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