Malam Nuhu Ribadu, el antidepresivo que Nigeria necesita

7/10/2010 | Opinión

Nigeria está deprimida política, social económica y, lo que es más importante, éticamente. Una depresión que es histórica y crónica. Obviamente, una nación que está enferma, necesita medicación. Quiero decir medicación en forma de un personaje nacional, un héroe que restaure en la masa de la ciudadanía desposeída un ardiente sentimiento de fe, orgullo y patriotismo nacional en su país. La prolongada depresión de Nigeria toca dos facetas cardinales, la esperanza y el optimismo. Por muy vibrantes y energéticos que puedan ser los nigerianos, la esperanza y el optimismo en la política y el desarrollo naciones, siguen siendo muy pesimistas. Esto es por lo que en este momento de su historia, Nigeria necesita una máquina excavadora moral para sanear la basura de la corrupción, que mancha toda la nación.

Malam Nuhu Ribadu posiblemente sea el hombre para este puesto. Su pensamiento reformista y energía atrae una perspectiva única a la vida socio-política y económica de la nación. Él representa el final del antiguo orden político y una fresca introducción a una nueva Nigeria. Su visión del país es muy moderna, un aceptado enfoque a la justicia del siglo XXI, transparencia y rendición de cuentas. Ribadu no es perfecto. Pero seguro que está más cerca de la perfección que todos los demás aspirantes a la presidencia. En este momento crucial en Nigeria, necesitamos alguien lo suficientemente fuerte para sacarnos de la aparente zanja de cinismo nacional e incertidumbre. Ribadu es competente y capaz. Defiende a la gente común. Su historial valida estos hechos. Él ha luchado contra las estructuras de poder omnipresente que existen en Nigeria. Con alguien como él de presidente de Nigeria, creo firmemente que los nigerianos en la diáspora se animarán a terminar con sus años de pesimismo y exilio y volver a casa para construir un buen país.

Soy consciente del hecho de que la emergencia de Nuhu Ribadu como aspirante presidencial ha desatado implacables críticas de los más fieros escépticos de Nigeria. Sus críticos dicen que no es más que un simple policía con un apetito insaciable de poder y control. Tal vez alguien que no puede dar con un simple equilibrio lógico entre el arte de la política nacional y la compleja realidad de gobernar en una matriz sociopolítica y económica como Nigeria. Dicen que no es más que otro personaje engañoso y multicolor del teatro político de Nigeria. Algunos elementos buscan esquemáticamente claves irrealistas para maniatarle permanentemente como la mano derecha de Obasanjo, como alguien hecho a mano por la represión política.

Estos antagonistas han intentado diluir y quizá trivializar la valiente contribución de Ribadu a la nación de Nigeria, la lucha contra la corrupción que es lo que más grabado tienen millones de nigerianos, local e internacionalmente, en su psique. Hasta lo que hay escrito en la historia moderna de Nigeria, fue Ribadu el primero que comenzó a combatir la corrupción de una forma pragmática. Un trabajo que hizo tan bien que Nigeria comenzó a tener una señal de imagen positiva por todo el mundo, por primera vez después de tantos años de corrupción e inercia.

Hilary Ike Ugwu

Nigerian Village Square

Fundación Sur

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