Madrid Rumbo al Sur : Hacia Imaoine.

10/11/2009 | Bitácora africana

JORNADA 11

MADRID RADIO AL SUR

De justicia es, y voy a hacerlo antes de continuar mis crónicas, citar a los miembros del taller de radio. Hasta bien entrada la madrugada, superando el cansancio, hemos estado terminando el primero de los programas que vamos a realizar durante este viaje. Ellos lo han hecho todo, sacando tiempo del poco que les dejan las marchas, los viajes, o la cura de sus ampollas. Ellos están tomando parte en todo el proceso de la noticia, desde su búsqueda hasta la realización formal de los materiales acumulados. El resultado, el primero de los programas, ya está colgado en la web de MRS y lo pueden escuchar.
Estos maravillosos periodistas, técnicos, comerciales, productores… que tantas satisfacciones me dan, tienen nombres y apellidos. Los chavales que han trabajado y seguirán trabajando en el taller de radio son:
Laura Sánchez, Jaime Caballer, Itziar Diego, Jesús Vázquez, Víctor Martínez, María Peinado, Marina Polo, Miguel Ángel Revuelta, Clara Álvarez, Álvaro Marín, María Lucaya, Patricia Moreno, Adrián Pividori, Elsa Valdivieso, Blanca De La Cámara, y Mercedes Contreras. Tutelando su labor, los dos ayudantes que se me asignaron, y sin os que hubiera sido absolutamente imposible llevar a cabo el trabajo. Roberto Torres y Rafa Villafañez se han acostado los últimos, ayudando a los chavales, y se han despertado los primeros, para servirles el desayuno o subir cajas a los camiones.

30 AGOSTO, 6:30. Duna Chegaga.

El Bien y el Mal.

Cuando anochece, las sombras del campamento se confunden con el perfil del paisaje en el claro cielo del desierto. Nosotros desaparecemos, el desierto nos engulle y vuelve a adueñarse de todo.
Hasta que amanezca somos la semilla enterrada que sobrevive a pesar de las duras condiciones, pero también el escorpión escondido en la arena.

Fauna no ibérica.

Ya ayer al llegar a la duna, y por la noche, mientras el grupo del Taller de radio montábamos nuestro primer programa, los gatos salieron a recibirnos. Algún gato que parecía tener tan sólo unos meses y que se nos acercan no sólo sin miedo, sino con descaro. Me despierto hoy en la ladera de una duna, y veo que comparto esterilla con uno de ellos, que ronronea y se sube por el saco de dormir.

Con la cara afilada como los gatos egipcios, atigrados y flacos, a estos gatos que dan ganas de adoptarlos sólo los miramos. Prudencia sanitaria.

Los gatos comparten ecosistema con unos grillos casi tan grandes como ellos, que por la noche atacan en bandadas cualquier punto de luz. También con una especie de tijeretas de las arenas que se mueven en ella con rapidez. Y, por supuesto, con las sempiternas moscas. Y con los camellos encima de los cuales ahora mismo pasean los chavales, entre las dunas, desafiando la ventisca de arena. Y, claro, con los invisibles por ahora alacranes, serpientes…

El amanecer en el desierto, espectáculo gracioso, se sustenta en una base biológica activa, bulliciosa, que no sale en las fotos.

The Sahara in me.

Los chicos recogen en botellas de plástico arena del Sáhara para llevarse como recuerdo. Esfuerzo en mi opinión evitable, porque en sólo unas horas la arena ha invadido ordenadores, material, calzado, bolígrafos, sacos de dormir, ojos, cámaras de fotos, uñas y mochilas. La arena forma una masilla negruzca con el sudor, con la mucosa de la nariz, con la cera de los oídos.

Hasta el más prosaico, hasta el menos romántico, va a poder decir que se llevó el desierto con él. El vendaval de arena hace que los pañuelos bereberes que se compraron por coquetería, adquieran verdadera utilidad práctica.

Objetividad.

Después de desayunar, los chicos se dispersan por el bucle sin fin de dunas. Algunos buscan vistas y horizontes que ensanchen el espíritu, otros buscan lugares discretos que les sirvan de retrete.
Fines distintos pero, siendo objetivo, la misma imagen. Nada es lo que parece, y casi nada parece lo que es. Lo objetivo, lo medible, lo racional, por sí solo no explica las cosas. Hay que preguntar.

Columna eterna.

Los “Desert rats” de Montgomery, el “Afrika Korps” de Rommel, la caballería de Masinisa, la guerrilla de Lawrence de Arabia, las centurias norteafricanas de Escipión, no tuvieron más magnífica estampa que la columna de a pie de los expedicionarios de MRS, siguiendo a los camellos en cuyas grupas se van rotando los chicos.

Situado en lo alto de una duna, les veo a lo lejos, y ellos desaparecen cuando descienden la siguiente duna, para volver a aparecer en el ascenso de la de más allá. Les veo difusos entre la arena levantada por el vendaval.

Imaginando, el viento trae a mis oídos órdenes, arengas y voces en un buen número de lenguas, vivas y muertas.

30 AGOSTO, 11:45. Convoy hacia Imaoine.

Distintos por naturaleza.

Se me asigna un grupo de chicas y buscamos nuestro todoterreno local. Casualmente resulta ser el de Ibrahim, el mismo que ayer. Me recibe con una sonrisa y sube las mochilas a la baca.

Ayer los chicos pedían velocidad al chófer y hablaban de coches. Hoy las chicas hablan del nombre que le pegaría tener a cada una. Las naturalezas de los distintos son las que son, y eso es bueno.

Ibrahim me señala una construcción a lo lejos, en la planicie desértica. Es una escuela hospital financiada con dinero alemán, creada para atender a los nómadas bereberes que atraviesan estas tierras. Escuela hospital que, me cuenta, nunca ha funcionado, porque los nómadas, por naturaleza, no se detienen el suficiente tiempo.

La naturaleza de cada uno es la que es, y eso es bueno.

Fauna invisible.

Agotados por el largo viaje en vehículos todoterreno y, posteriormente, en nuestros autobuses, paramos cerca del paraje denominado “de Imaoine”. Tenemos andando unos cuantos kilómetros hasta donde nos dirigimos. Es de noche y se nos advierte de que en la zona hay víboras y escorpiones. Hemos de ponernos las perneras de los pantalones cortos, y observar, a la hora de despertarnos, el interior de nuestras botas.

Curro, del equipo de la organización, comenta con buen tino que si él fuera serpiente, se haría el muerto antes que acercarse a nuestras botas.

Rendidos tras la marcha, extendemos esterillas y sacos frente a una enorme sombra, frente a una pared rocosa que nos protege.
Desde la pared, los ojos de antiguos antílopes, toros, elefantes y cabras, nos observan, con el escepticismo de quien, a lo largo de los siglos, ha visto de todo.

Ramón Huarte Cronista Oficial de MRS 2009

http://www.madridrumboalsur.com

Autor

  • Madrid Rumbo al Sur

    La expedición "Madrid Rumbo al Sur" es una oportunidad excepcional para los jóvenes de la Comunidad de Madrid de viajar para conocer África. Los objetivos son: la promoción del conocimiento de África y de los africanos de la Comunidad de Madrid, la sensibilización de la juventud madrileña hacia los desafíos del desarrollo y la oportunidad de conocer sobre el terreno las actividades de cooperación al desarrollo promovidos por la Comunidad de Madrid. Para ello, los jóvenes madrileños ganadores de esta 3ª edición del concurso "Madrid Rumbo al Sur", realizarán una ruta por África Occidental, por países en los que la Comunidad de Madrid está actualmente desarrollando proyectos de Cooperación.

    Bitácora Africana irá publicando las crónicas del viaje realizado durante el verano de 2009 por tierras de Marruecos por los jovenes madrileños que se embarcaron en este emocionante viaje de aprendizaje y cooperación.

    http://www.madridrumboalsur.com

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