Louis Michel defiende la acción de Leopoldo II en la República Democrática del Congo

24/06/2010 | Opinión

El anterior ministro de Exteriores de Bélgica, el alegre Louis Michel, acaba de prestar su voz para defender la controvertida acción “civilizadora” de Leopoldo II en el Congo.

El monarca Leopoldo II albergaba ambiciones más allá de los límites de su pequeño reino de Bélgica. Gracias a su destreza y habilidad diplomática, “el genio” se pudo hacer con la propiedad de una extensión de 2.345.000 kilómetros cuadrados en el continente africano, con todas sus riquezas del suelo y del subsuelo. Al igual que con la gente que vivía allí.

Esta ambición para Bélgica, efectivamente fue muy beneficiosa para este país, que salió de la segunda guerra mundial sin una deuda excesiva. La salud financiera de Bélgica no se vio afectada por la crisis, especialmente gracias a esta colonia, el reino de Leopoldo II se construyó sobre un colchón de seguridad económica. Desgraciadamente, nadie puede decir que el beneficio de Leopoldo II para Bélgica lo haya sido también para los congoleños. Louis Michel lo reconoce: “Leopoldo II es un héroe con ambición para un pequeño país como Bélgica”.

En el debate interno de Bélgica, Louis Michel justifica “la acción civilizadora” del monarca. De hecho, para el ex comisario europeo de la Ayuda al Desarrollo, el régimen inhumano instaurado por Leopoldo II en el Congo está justificado. Además, casi llega a declarar su voluntad de que se repita esta explotación en el siglo XXI. La lógica especuladora de Louis Michel está al límite de la inmoralidad. Louis Michel justifica los beneficios obtenidos por parte de Bélgica gracias a la colonización y a la tiranía de Leopoldo II en el Congo. No tiene en cuenta los horrores sufridos por los “indígenas” a los que se había llevado la civilización en bandeja real.

¡Es difícil de creer que el que dirigió, metido de lleno en las elecciones de 2006, pueda comportarse como un revisionista-negacionista de la historia común de los dos países! Una historia en la que se vertió sangre, sobre todo de una parte, para el enriquecimiento reconocido de los otros, según los analistas congoleños.

¿Cómo comprender que Louis Michel intente justificar los brazos cortados, llamados “caucho rojo”, impuestos como castigo a los que no habían recolectado lo suficiente para el enriquecimiento de la corona? Este cinismo no hubiera podido durar mucho tiempo, salpicado por las polémicas estériles alimentadas por el mismo Louis Michel y su otra versión, Karel De Gucht [el comisario europeo de Comercio]. Una distracción regularmente sacada a la palestra con el fin de hacer creer a las antiguas víctimas de Bélgica, que defienden la causa congoleña.

Los contenciosos belga-congoleños, han de volver más tarde o más temprano a la mesa de negociaciones, es la única manera en que se puede corregir la crueldad belga en terreno congoleño. El pillaje de los recursos, sustentado por estas atrocidades no es cuantificable. Un simple reconocimiento habría sido suficiente en lugar de meter regularmente el dedo en las heridas todavía abiertas, de una Bélgica arrogante, cada vez que se trata de los congoleños. Es lo mismo que se está viviendo en la concesión de visados, por no poner más que un ejemplo.

BIENVENU MARIE BAKUMANYA.

(Le Potentiel, RDC, 23-06-10)

[Fundación Sur]

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