LOS VALORES DE TAHRIR EN CAIRO Y EN EL RESTO DEL MUNDO.

9/07/2012 | Editorial

Las revoluciones que siguen teniendo lugar en gran parte de los países árabes, demuestran la profunda necesidad de los valores humanos más universales, como son: libertad, dignidad, bondad, justicia y bien común, que han quedado simbolizados en la ya famosa plaza de Tahrir, en Cairo.

Desde Túnez, donde comenzó esta nueva revolución, potenciada ante todo por jóvenes educados, hasta las últimas elecciones presidenciales en Egipto y Libia, constatamos un compromiso nuevo para promover los valores humanos y democráticos más universales.

Es verdad que existen grandes incógnitas sobre el futuro desarrollo del mapa político, militar y religioso, no solamente en Egipto, Libia, Somalia o Mali, sino en todo el continente africano y en el resto del globo.

Se pueden constatar actitudes y comportamientos, bastante generalizados, que son fundamentalistas, violentos e inhumanos, como lo vemos ahora casi diariamente en el norte del Mali, Somalia y en diversos países del mundo.

Incluso, dentro de una misma religión, empresa o partido político, se dan fuertes tensiones y acciones injustas y violentas. Unos de los últimos episodios que han sacudido la conciencia universal, ha sido la destrucción de los centenarios mausoleos musulmanes de Tombuctú, norte del Mali, por grupos islamistas que se autodefinen como “defensores del Islam”.

Grupos fundamentalistas, hoy muy bien armados en gran parte por Arabia Saudí, luchan para imponer la “globalización del yihad”, no solamente en el mundo islámico, sino en todo el continente africano y en todos los pueblos. Es la locura de la sin-razón, de los yihadistas y de los que carecen de conciencia humano-social.

Está en peligro la libertad político-religiosa, el respeto de los derechos humanos más fundamentales, y también: el Bien Común.

A pesar de este peligro real, existen razones profundas para la esperanza, en Libia, Egipto y hasta en Somalia y norte de Mali.

Parece que en Libia, de las tres formaciones más fuertes: los islamistas del Partido de la Justica y de la Construcción (PJC), (rama de los hermanos musulmanes), los del El Watan, dirigidos por el militar Abdelhakin Belhay, y los liberales reunidos en coalición con el Consejo Nacional de Transición (CNT) Mahmud Yibril, son los liberales los que de momento van a la cabeza, según las encuestas. En dos o tres días conoceremos el resultado.

Los grupos fundamentalistas, como el Ansar Dine y otros grupos islamistas relacionados con Al Qaeda, parecen controlar por ahora el norte de Mali, pero prevalecerá la voluntad del pueblo.

En otros países de África, al parecer más pacíficos, como Uganda, Ruanda y R.D. del Congo, solo mantienen la aparente calma, producida por dictadores, “cum manu militari”, y apoyados por poderosos oportunistas de la UE y de USA.

Yo apuesto siempre por el sentido común de la mayoría, en todos los países del globo. Es cuestión de información, motivación y compromiso común.

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