Los Pueblos necesitan una Gobernanza competente y responsable

11/11/2019 | Editorial

Los Pueblos necesitan una Gobernanza competente y responsable

Tanto en África, como en Europa y en el resto de continentes, el reto más crucial que debemos afrontar todos los pueblos y países es el reto de elegir y sostener una gobernanza que promueva la dignidad de cada persona y el bienestar común.

La realidad de muchos países de Asia, África y América Latina, delata como algunas sociedades siguen siendo explotadas y oprimidas por dictaduras militarizadas.

Otros países están gobernados por líderes corruptos que administran los recursos del país como si fueran propiedad privada, dejando a la mayoría social sin acceso a los recursos indispensables para una vida digna.

La inmensa mayoría de los gobiernos está controlada por el sistema capitalista neoliberal, en el que lo que único que vale es el lucro a toda costa, sometiendo al ser humano a ser un mero consumidor o mercancía. En este proceso estamos abusando de los recursos naturales existentes, poniendo en peligro a todo el planeta.

El ser humano moderno no dispone todavía de la cultura necesaria para enfrentarse a esta crisis existencial, de la mayoría social, en todo el globo.

Gran parte de la sociedad y sus líderes, ponen hoy su confianza en la salvación del paradigma tecnocrático. Piensan que la ciencia y la tecnología son la única solución a los graves problemas de hoy: paro, hambre, violencia, tráfico de personas, etc.

Es cierto que la energía nuclear, la biotecnología, la informática y otras capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo.

Los partidos políticos suponen una carga muy pesada para el presupuesto nacional. La sociedad no necesita tantos políticos, sino más bien los gestores competentes y responsables, que sean necesarios.

“El hecho es que el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia” nº.105

Podemos disponer de tecnología, pero si le falta una ética sólida, una cultura y una conciencia que realmente lo lleven a respetar y a promover el desarrollo integral de todo el ser humano y el bien común, no avanzaremos hacia un desarrollo integral y sostenible.

El movimiento tecnocrático, se originó en EEUU durante las décadas de 1920-30. Aboga por un sistema social donde el bienestar humano se optimiza mediante el análisis científico y el uso extendido de la tecnología. Los tecnócratas abogan por la tecnocracia, “gobierno de la técnica”, esto es, una forma de gobierno en la que los científicos y demás expertos toman las decisiones al servicio de la humanidad, sin consideración de la ética y los valores humanos.

La filosofía tecnocrática nació de la Ilustración y la Revolución Industrial, sobre todo del positivismo que depositó su fe en la razón humana y el avance científico como fuentes del futuro bienestar de la humanidad y resolución de todos los problemas sociales. Esto demostró ser falaz. La tecnocracia en pleno jamás se ha aplicado, por lo que no existen ejemplos como tal de un modelo de gobierno 100 % tecnocrático, pero sí pueden señalarse tendencias tecnocráticas dentro de las democracias capitalistas o incluso de modelos nada democráticos como pueden ser las dictaduras capitalistas.

El tecnócrata por definición es un especialista en economía, demografía, urbanismo, industria o gestión pública, entre otros ámbitos, que emplea sus conocimientos y experiencia en la gestión de asuntos públicos. Esto puede ayudar a evitar el populismo o la demagogia.

Por tanto la tecnología, aunque esencial y beneficiosa en todos los ámbitos de la vida, es insuficiente para potenciar un desarrollo integral y sostenible.
Toda gestión eficaz de recursos requiere dos cualidades fundamentales, que son: competencia (ciencia) y responsabilidad (ética)
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Esto requiere, además de un currículo educativo integral, adecuado y consecuente, la elección de líderes que sean gestores competentes y responsables.

La gobernanza que necesitamos en todos los países y continentes ha de estar en manos de líderes profesionales o competentes y, además, responsables o íntegros.

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