Los mismos equipos, nuevos trucos en el inicio de la temporada de piratería

13/10/2010 | Crónicas y reportajes

Tan pronto como las tormentas pasan y el mar se calma, una nueva temporada de piratería comienza en los mares de Somalia, con secuestradores merodeando cada vez más lejos para ser más astutos que los cada vez más preparados buques mercantes y navíos.

Los piratas salen nuevamente en septiembre con sus lanchas, anclas pequeñas y fusiles para añadir la costa de Somalia a una vitrina de trofeos flotante, que ya sobrepasa los 20 buques secuestrados y 400 marineros.

Sin embargo, lo que marcó a esta temporada agitada de apertura, fueron dos ataques fallidos que vieron a los secuestradores derrotados, no por guardias armados o artilugios de alta tecnología, sino por simples cuartos de seguridad.

El fin de semana, los piratas abordaron el carguero griego MV Lugela en el Océano Índico, pero se vieron frustrados al encontrar a la tripulación ucraniana encerrada en un cuarto de seguridad y los motores inhabilitados.

Incapaces de pedir rescate por los marineros o dirigir el barco de vuelta a la base, los piratas abandonaron el navío.

Nick Davis, un experto en piratería del Merchant Maritime Warfare Centre (MMWC) con base en el Reino Unido, explicó que esos cuartos de seguridad eran baratos y eficaces.

«Se necesita un maestro fuerte y un refugio bien aprovisionado, para que alguien pueda sentarse allí durante cinco o siete días y esperar a la caballería», dijo. «Si los piratas tienen un barco oscuro sin tripulación, ellos buscarán otro.»

Sin embargo, hizo hincapié en la importancia de contar con el funcionamiento del equipo de comunicaciones en el refugio.

A principios de septiembre, los piratas abordaron un barco de propiedad alemana en el Golfo de Adén. Frustrados por no encontrar a la tripulación, llamaron al operador del buque, quien les dijo que éste no funcionaba y que la tripulación se encontraba «de vacaciones».

Marines de los EE.UU. llegaron y capturaron a los piratas, pero luego tuvieron que destruir el barco por dentro, lo que requirió tres horas de serrado y soldadura para llegar al cuarto de seguridad donde los marineros, que estaban en cuclillas, no sabían que estaban siendo rescatados.

Davis estima que la mitad de los buques que navegaban en el vasto océano Índico no estaban equipados con tales recintos.

Un amplio botín

Los bandidos del mar tienen un amplio botín en un área que ahora se extiende hacia el este hasta las Maldivas y al sur hasta el Canal de Mozambique.

El despliegue naval de lucha contra la piratería de la Unión Europea, también ha extendido su área de operaciones hacia el este para continuar llenando las cárceles y los tribunales de Kenia y Seychelles con los sospechosos.

A pesar del creciente hablar de un tribunal internacional contra la piratería, no hubo señal de que la multitud de voluntarios para una carrera en la piratería estaba desapareciendo, a pesar de los intentos de las regiones centrales de Somalia por conseguir apoyo para otras alternativas.

Hans Tino Hansen, Director General de Inteligencia con sede en Dinamarca, dijo que los piratas tenían la capacidad de capturar más buques, sin embargo se enfrentaron a una escasez de negociadores capacitados que manejen las negociaciones y aseguren los rescates.

«Últimamente, algunos negociadores de los piratas han estado manejando varios casos y esto complica la comunicación», dijo.

Algunos casos se prolongaron debido a que se trajeron nuevos negociadores, con poca experiencia y con un inglés muy básico, explicó Hansen.

El principal cambio desde la temporada anterior es la captura de lo que era el principal centro de piratería en el país, Harardhere, por Hezb al-Islam, un grupo de insurgentes islamistas, que se comprometió a terminar con la piratería.

«Ahora sólo hay un barco fuera de la costa de Harardhere y la mayor parte de los piratas se han mudado», dijo Mohamed Moalim Ulusow, un anciano local.

«La Sharia islámica no es algo que los piratas quieren cumplir», dijo, refiriéndose a la inclinación de los piratas por el alcohol y las prostitutas.

Muchos de los altos jefes se trasladaron al norte de Hobyo, en donde actualmente no hay lugar para buques, no obstante los grupos de piratas continúan operando.

La mayoría de los barcos capturados son de la costa de Garaad, en el estado separatista del norte de Puntland.

«Hemos decidido cambiar a Hobyo y otras áreas como Garaad en las que podemos actuar libremente», dijo Abdi Yare, jefe pirata de la localidad de Hobyo.

Ali Agawayne, un pirata con base en Garaad, argumentó que el hecho de que de los islamistas estén al mando de su antiguo bastión, no afectaba en el éxito de sus operaciones.

«Nos mantenemos fuertes y en los próximos meses esperamos tomar muchas barcos usando nuestras aguas ilegalmente», dijo.

JEAN-MARC MOJON | Kenia

(Mail & Guardian, Suráfrica, 28-09-10)

Traducido por Allison Bohórquez, para Fundación Sur.

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