Los migrantes forzados son víctimas del poder opresor

14/01/2019 | Editorial

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Desde el poder opresor solo se puede crucificar a los demás, como lo delata la misma historia de la humanidad.

Con todos los medios y recursos disponibles en la actualidad, podríamos hacer frente y superar hoy día, los retos más importantes de la humanidad. Sin embargo, parece que es justamente lo contrario, lo que está ocurriendo.

Y la razón más profunda de tanta opresión y destrucción material, humana y ecológica, según el papa Francisco y otros pensadores, es que: “el ser humano de hoy no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia”. (L.S.105)

La buena gestión debe estar al servicio de los derechos humanos, de la justicia social y de la paz. Pero cuando las personas que la ejercen, no la ven como un servicio a la comunidad humana, dicha gestión se convierte en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción.

Muchos líderes ejercen el poder, para perpetuarse en él y enriquecerse. Incluso lo ejercen con xenofobia, racismo, destrucción del planeta y una exportación ilimitada de los recursos de los países vulnerables y empobrecidos. En esta situación, grandes poblaciones se ven obligadas a ir al exilio.

Buscamos líderes que trabajan por el futuro de los jóvenes, de toda la sociedad y del bien común. Hoy nuestra sociedad necesita artesanos de justicia social, de un desarrollo sostenible y de la paz.

Controlar y explotar a las personas y países más vulnerables, privándoles de lo necesario para una vida digna, con la fuerza de las armas que les vendemos, es el comportamiento más cruel y destructor que se pueda conocer en la raza que se llama humana.

Denunciaremos a los dirigentes opresores, de cualquier clase o país, para que respondan por las consecuencias de sus actividades depredadoras. Seguiremos buscando a dirigentes profesionales e íntegros, para gestionar los recursos de cada pueblo, con profesionalidad, responsabilidad y ética.

Necesitamos un compromiso real, personal y corporativo, para promover un Desarrollo Sostenible para todos.

Así conseguiremos integración social y buena convivencia. Construyamos un 2019 de nuevas oportunidades de paz con nosotros mismos, paz con los demás, con los refugiados, con las personas que sufren alguna agresión, y paz con la Naturaleza.

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