Los mejores discos africanos de 2016 , por Afribuku

15/12/2016 | Bitácora africana

Autor: Javier Mantecón

Lo venimos vaticinando a largo de estos últimos años, la industria musical y en particular el formato LP está en decadencia. En África, en donde el LP nunca tuvo demasiado sentido conceptual si no fue para recopilar el mayor número de canciones posibles, su deterioro es evidente. Cada año se editan menos y menos LP´ s y es el formato single el que reina a través de youtube o soundcloud. Durante 2016 hemos notado mucho este descenso y, aunque los discos que presentamos son de una calidad incuestionable, es visible que el formato se edita casi exclusivamente para el público coleccionista de Occidente… en donde ya tampoco se venden discos.

afribuku_mejores_discos_16.jpg

Aun teniendo en cuenta esta circunstancia, el 2016 nos ha dejado grandes trabajos discográficos, de los que destacamos la fuerte presencia femenina. Los segundos trabajos tanto de Alsarah & The Nubatones y Noura Mint Seymali coronan nuestra lista junto al debut de las nigerinas Fatou Seidi Ghali y Alamnou Akrouni. En un año marcado por la ausencia de las grandes figuras de la música africana actual, exceptuando a Rokia Traoré y Youssour N´Dour, que bien podrían haber decidido no editar sus pésimos lanzamientos. Este espacio ha sido aprovechado para empacharnos de las excelentes propuestas de artistas como Abou Diarra, Bombino o Mabiisi, en la que el hip hop y la música Fra Fra se dan un abrazo que aún celebramos.

Quedan por poco fuera de nuestra lista Aziza Brahim, a pesar de que su nuevo disco “Soutak” nos encanta, y Blitz The Ambassador que, aunque salivamos con los singles de adelanto de su nuevo trabajo, este se editará a finales de año días después de confeccionar esta lista. En el apartado de recuperaciones históricas tan de boga en estos últimos años, señalamos la dificultad de seleccionar entre la enorme calidad imperante. Los cuatro trabajos que forman parte de la lista, aparte de por su calidad intrínseca, destacan por su peculiaridad. Sonidos olvidados que por fin podemos disfrutar.

Grandes discos una vez más, que nos muestran la gran diversidad y calidad de la música africana actual y pasada. Disfruten.

1. Fatou Seidi Ghali & Alamnou Akrouni – Les filles de Illighadad – (Níger)
Sahel Sounds

Estos últimos años la producción internacional nigerina ha sido eclipsada por ese torrente creativo que es Omara Moctar, Bombino, para el mundo del arte. Pero Níger continúa creciendo a nivel musical interno. Las enormes tradiciones haussa, songhai, kanuri o fulani son un pozo sin fondo, pero es quizá la tuareg la más exportada gracias al tirón de Bombino. El álbum de Fatou Seidi Ghali y Alamnou Akrouni es necesario. El impacto de Bombino y Tinariwen han relegado al olvido la verdadera tradición tuareg (ya muy influenciada por el poso contemporáneo), en la que son las mujeres las que llevan el peso compositivo e interpretativo. En este caso, el dúo centra sus esfuerzos artísticos en desarrollar un grupo de canciones de corte acústico moderno en el que una guitarra y una voz en tamasheq nos transportan directamente a pleno desierto, en donde el álbum fue grabado al aire libre. Un disco corto pero denso y relajante cuya guinda es “Tendé”, su último corte, en el que las polifonías vocales y los ritmos hipnóticos nos muestran lo que es la verdadera música del desierto. Bienvenidos a Níger.

2. Alsarah & The Nubatons – Manara (Sudán)
Wonderwheel recordings

Difícil papeleta la que le tocaba a Alsarah & The Nubatons tras la edición de su excelente disco debut “Silt”, que afribuku incluyó en lo mejor del año 2014. El efecto sorpresa de mezcla entre música sudanesa tradicional, pop, electrónica y letras reivindicativas se había desvanecido y, vque sólo dos años después anunciaran el lanzamiento de otro trabajo, no presagiaba buenos augurios. Error. “Manara” consigue contra todo pronóstico volver a dejarnos con la boca abierta. La calidad compositiva del álbum es simplemente sobresaliente. Menos efervescente que su debut pero más profundo, “Manara” nos conduce por un camino lleno de claroscuros en el que la música respira por sí misma, enigmática pero dejando espacio al oyente.

3. Noura Mint Seymali – Arbina (Mauritania)
Glitterbeat records

En Mauritania existe un instrumento tradicional, el ardine, tocado únicamente por mujeres, pasado de madre a hija, que ha generado un estilo muy personal. Noura Mint Seymali toca el ardine y respeta su tradición, pero también le gusta jugar con otras músicas. Tras su alucinante primer disco “Tzenni” que nos conquistó a base de ritmos hipnóticos, la artista edita “Arbina”, más enfocado y certero que su debut. A su imperial voz, la red laberíntica creada por los riffs de su marido y guitarra Jeiche Ould Chighaly, una base rítmica a base de bombas y un ardine que cincela cada una de las canciones con su peculiar estridencia melódica, se unen unas composiciones tan eficaces como “Na Sane”, “Suede Koum”, “Tia” o “Arbina”. Un estupendo segundo disco que eleva la carrera de esta grandísima artista a cotas que ningún artista mauritano había alcanzado aún a nivel internacional.

4. Mabiisi (Burkina Faso /Ghana)
Akwaaba records

En muchas ocasiones las fusiones musicales producen situaciones incómodas. Los participantes no se nutren del arte ajeno y cada uno aporta lo que sabe sin trabajar una estructura musical conjunta. Mabiisi es el proyecto que proponen SteveO, uno de los grandes trovadores Fra Fra de Ghana, junto con uno de los mejores artistas del hip hop africano, Art Melody. Este último, oriundo de Burkina Faso, buscaba un proyecto para volver a sus raíces y, en vez de mirar hacia adentro, en la riquísima cultura dioula de la que proviene, tendió puentes a otra tradición, la Fra Fra, muy influenciada por la Haussa, pero vecina de Burkina Faso. ¿El resultado? Un kologo frenético marcando el ritmo, melodías guturales Fra Fra y Art Melody desplegando su rap seco y contundente. No es sólo que funcione, es que la pregunta que se plantea al escuchar “Mabiisi” es ¿por qué el hip hop no mira más hacia adentro en vez de intentar fotocopiar el ejemplo norteamericano? Un disco fabuloso, bien planteado, adictivo, puro y exploratorio. ¿Quién da más?

5. Debo Band – Ere Gobez (Etiopía – E.E.U.U)
FPE records

El ethiojazz ha sido uno de los grandes redescubrimientos del mundo de la última década. La serie Ethiopiques y la reactivación de sus grandes estrellas, como Mulatu Astatke, enamoraron a medio planeta. Tanto es así que, al igual que el afrobeat, bandas no originarias de Etiopía se rinden ante la riqueza de su música para reinterpretarla a su manera. Debo Band es un combo formado por músicos norteamericanos y etíopes que, tras un prometedor debut discográfico, nos atan los cordones de los zapatos de danza y nos empujan a la pista de baile en su segundo disco “Ere Gobez”.

Hablamos más acerca de la Debo Band aquí.

6. Bombino – Azel (Níger)
Partisan records

Seguimos enamorados de Omara Moctar, alias Bombino, por una sencilla razón: su nuevo disco es otra maravilla. Tras su debut “Agadez”, el moderno “Nomad” y la reedición de sus alucinantes maquetas acústicas “Agamgam”, “Azel” nos devuelve a un Bombino que parece haber vuelto a sus orígenes sencillos pero habiendo aprendido una valiosa lección por el camino: la composición melódica. Sus canciones son más tarareables que nunca y sus estribillos, infecciosos. “Timtar”, “Iwaranagh” o “Ashudah” no se nos quitan de la cabeza. Pero no sólo eso, el álbum nos obsequia con esas joyas acústicas que parecían cosa del pasado y que Bombino ha ido recuperando en sus directos. “Naqqim Dagh Timshar”, “Inar” o “Igmayagh Dum” son golosinas con sabor a dátil en el que recuperamos a un Bombino que creíamos perdido. Y no olvidemos los cortes más rockeros marca de la casa como “Tamditine Tarhanam”, “Timidiwa” o la inicial “Akhar Zaman”, en la que la batería mantiene ese ritmo machacón que tanto nos gusta. Otra gran obra de este gran artista nigerino de origen tuareg que vive un momento dorado y cuya inspiración parece no apagarse.

7. Dhafer Youssef – Diwan Of Beauty And Odd (Túnez)
Okeh records

Dhafer Youssef es un artista ampliamente reconocido en el mundo del jazz, aunque su verdadera especialidad sea el toque el oud y cante heredero de la tradición muecín. Su música, que ha ido evolucionado magistralmente desde “Malak”, su primer disco lanzado en 1998, nos sorprende a cada paso. En “Diwan of Beauty and Odd” encontramos a un Youssef más jazzístico que de costumbre: su preciosista voz continúa bañando su música en un halo espiritual, pero los teclados y batería forman la verdadera base de este trabajo discográfico. Es quizá la ausencia de su magnífico oud lo que más deberíamos echar de menos, pero no es así. El disco está tan bien estructurado y resuelto que no falta ni sobra nada. El artista parte de la dialéctica entre lo bello y lo extraño para desplegar unas composiciones basadas en el jazz sin perder el sonido oriental influenciado por las formas sufíes que ha desarrollado durante toda su carrera.

8. Vieux Kanté – The Young Man´s Harp (Malí)
Sterns Africa

Si Abou Diarra (también presente en esta lista) representa la evolución sónica del Kamale Ngoni a través de otras sonoridades, Vieux Kanté es quien guarda los secretos de la tradición de este instrumento al mismo tiempo que lo moderniza estructuralmente. Ciego de nacimiento, Noumoussa Soumaoro (nombre real de Kanté) y fallecido en 2005, reinventó la técnica de ejecución de su Kamale Ngoni, hecho que abrió un mundo para infinidad de músicos. Su manera de pulsar y percutir las cuerdas aún son un referente en Malí y especialmente en Sikasso, ciudad de donde era oriundo Kanté. Pero su impresionante versatilidad e inventiva en la ejecución de su instrumento no servirían de nada si no la utilizara para crear grandes canciones. Once años después de su muerte, el sello Stern Africa recupera sus grabaciones para lanzarlas en un espectacular trabajo que recopila lo mejor de su discografía editada a nivel local en Bamako, en donde residió hasta su muerte. Una tardía pero necesaria justicia poética para este gran artista.

9. Gino Sitson – Body & Voice (Camerún)
Buda Musique

Gino Stison es una leyenda de la experimentación vocal. El camerunés afincado en Estados Unicos lleva décadas dedicado a encontrar los límites de las polifonías y armonías de la voz humana, rebuscando en la tradición africana y ajena, como el góspel norteamericano. Su nuevo disco “Body & Voice” es un complejo compendio de cantes en el que a sus cuatro octavas vocales añade un elemento percusivo: su cuerpo. Un viaje alucinante de voces, ritmos y coros del que es imposible escaparse. Cortes como “Bamisphere”, el explícito “Two Hands, Two Cheeks, One Mouth” o “Ngoyok´” nos transportan a atmósferas imposibles pero naturales simultáneamente. Para escuchar con el alma abierta.

10. Abou Diarra – Koya (Malí)
Mix et Métisse

Abou Diarra es un caso típico de artista cuyo primer trabajo resulta refrescante y que, tras el éxito inical, se desinfla pierdiendo por el camino el norte… y sus raíces. Por suerte, el maliense ha sabido corregir esta tendencia. Su debut “An Kala Belebele” fue un fantástico compendio de canciones en las que las bases de su kamale ngoni estaban fuertemente asentadas, pero su segundo trabajo “Sabou” supuso un verdadero jarrón de agua fría insípida teñida de melodías que no llegaban a ninguna parte. El difícil segundo disco lo llaman. En “Koya”, su tercer trabajo, Diarra parece haber querido dar un triple salto mortal sin red contando con un plantel de “featurings” que bien podría haber desembocado en un pastiche insoportable. Nicolas Repac (samples), Vincent Butcher (harmónica) y el gran Toumani Diabaté (kora) aúpan a crear en “Koya” un mosaico divertidísimo. Y aunque en menor medida el kamale ngoni sigue estando presente, pero lo más importante, las canciones, son fantásticas. “Koya blues”, “Djarabi”, “Sougou Mandi” o “Labanko” muestran cuatro registros muy diferentes entre sí en los que Abou Diarra se siente comodísimo. Un artista versátil que habrá que seguir de cerca y cuyo “Koya” supone un paso firme en su prometedora carrera.

11. Dawda Jobarteh – Transitional Times (Gambia)
Sterns Africa

Dawda Jobarteh es nieto del gran korista gambiano Alhaji Bai Konte. Proveniente de familia de griots, Dawda contra todo pronóstico se inclinó por la percusión, siendo reconocido como uno de los mejores tocadores de calabaza de su país. Se mudó a Dinamarca y allí sus raíces tocaron a su puerta. Dawda tomó la kora sin haber sido nunca profesional del instrumento, aunque habiendo conocido sus secretos desde temprana edad. En 2011 edita su primer disco “Northern Lights, Gambian Nights”, cuya influencia de la música europea y el jazz es más que evidente. Ahora toca el turno a “Transitional times”, un disco bajo un manto acústico y sereno. Kora moderna, en la que las escalas tradicionales mandingas se unen a otras extranjeras, aunque siempre manteniendo el arpa como epicentro. Se trata de un álbum muy variado pero bien hilado y exquisitamente ejecutado. A revisiones como “Kaira” (tradicional) o “Transition” (John Coltrane) se unen delicias como “Dauda”, el mbalax de “All One” (con colaboración del gran Alain Pérez) o la psicodelia de “Jamming in the Fifth Dimension”. Hablamos en afribuku de la modernización de la kora como instrumento, ahora habrá que añadir a Dawda Jobarteh como nombre de referencia.


Recopilatorios

Bitori – Legend Of Funana? (The Forbidden Music of The Cape Verde Islands)
Analog Africa

Incluir este disco entre lo mejor de 2016 es ciertamente tramposo. Esta compilación de la leyenda del Funaná, Bitori, fue originalmente editada en 1997 después de largos años de ostracismo que tuvo que vivir su autor. En 2016, Analog Africa reedita esta pieza mayúscula y fundacional del Funaná en vinilo quizás oliéndose su potencial para ser remezclado en los clubs. Bitori era un músico proveniente de Santiago cuya música fue ninguneada durante décadas por la crítica portuguesa y, lo que es peor, prohibida por el gobierno colonial, quien consideraba que sus letras y sus bailes incitaban a la subversión. Poco a poco la presión colonial fue desapareciendo hasta la llegada de la independencia del país en 1975, cuando el Funaná estaba ya ampliamente extendido por todo el archipiélago. Aún con el apoyo popular, no fue hasta mediados de los 90 cuando Bitori grabó las primeras canciones de Funaná en un disco lanzado en 1997. Y aquí están, remasterizadas para la ocasión. Ocho pepinazos en los que el acordeón que tanto le costó pagar a Bitori nos levantan los pies del suelo a través de fraseos y ritmos hipnóticos. Una locura musical que eleva el ánimo hasta a un muerto.

Varios Artistas – Togo Soul 70
Hot casa records

Tras infinidad de recopilaciones que han desenterrado joyas de Etiopía, Benín, Kenia o Ghana y que empiezan a mirar a Senegal y Malí (el día que se abra la caja de Pandora congoleña nos quedaremos con la boca abierta), le toca el turno al más olvidado de África Occidental: Togo. Aunque diminuto, Togo según conocíamos es portador de una cultura tradicional y contemporánea muy rica, sobre todo en teatro y literatura. Hasta ahora. “Togo Soul 70” viene a poner los puntos sobre las íes y demostrar que su escena de música funk y soul poscolonial no tuvo nada que envidiar a las que brotaron es sus países vecinos. Los 70 fueron pero que muy funkies en Togo. Ahí tenemos a Gabelo, Bella Bellow o D.K. Pillo para recordárnoslo. “Togo Soul 70” es un viaje al pasado reciente de Togo que no deberíamos perdernos y que nos recuerda la cantidad de música de calidad mayúscula que el continente produjo en la segunda mitad del siglo XX.

Varios Artistas – This is Kologo Power! A Bolgatanga Ghana Compilation (Ghana)
Sahel Sounds

Sí, en afribuku somos fans confesos de la música Fra Fra. Le dedicamos un artículo a este estilo, este año Mabiisi entra en lo mejor de nuestra lista y King Ayisoba lo hizo también en 2014. Y es este último, el gran responsable de que hablemos hoy de música Fra Fra, el que impulsó junto a Arnold de Boer del grupo The Ex, esta iniciativa que tanto se ha hecho esperar. Por fin se lanza al mercado internacional la primera recopilación de música únicamente hecha a partir del kologo, el instrumento base de la música Fra Fra. Sólo tendremos acceso a nueve de los más de 85 artistas contabilizados en Bolgatanga (epicentro de la escena) y, aunque ya conozcamos a dos, (Prince Buju, quien ya editó un trabajo internacional anteriormente, o el propio King Ayisoba) esta compilación sabe a miel. Podemos al fin escuchar en condiciones a Agongo, a Amoru, a Barnasko o Atimbila. Grandísimos artistas con un talento descomunal que asoman sus kologos al mercado internacional. Esperemos que esta compilación abra las puertas a este grupo de trovadores y podamos tener el privilegio de acceder a más música Fra Fra en el futuro. Kologo Power!

Original en : Afribuku

Autor

  • afribuku

    Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

    @afribuku

Más artículos de afribuku