Los Héroes de la Bondad y de la Paz en África prevalecerán sobre los señores de la guerra

5/11/2018 | Editorial

Una importante lección de la Historia es que los pueblos, aunque sufran experiencias de extrema crueldad, siempre llegan a levantarse sin dejarse abrumar por el dolor y la violencia vivida, porque la muerte nunca tiene la última palabra.

En medio de estas experiencias de tortura y abusos que hemos presenciado entre los pueblos africanos de diferentes países como: Uganda, con el dictador Amín Dada, RDC, con los grupos armados de la región del Kivu, los genocidios de Ruanda y el de la RDC, guerras civiles en Sudán del Sur, Mozambique, Burundi, etc., lo que más me ha impresionado no ha sido la terrible crueldad de unos grupos armados, sino la inmensa resiliencia, solidaridad y ánimo, para afrontar el reto y reconstruir la convivencia.

Los señores de la guerra: grupos armados, minerales de sangre, gobernantes corruptos, tráfico de personas, recursos, drogas y armas, nunca tendrán la última palabra.

Mientras haya mujeres, como: Nadia Murad, Diane Rwigara, Vitoire Ingabire, Theresa Kachindamoto, Hulo Guillabert, Victoria Nyanjura y Oumou Sall-Seck, etc. y hombres como: Nelson Mandela, Desmond Tutu, Denis Kukwege, etc. que con sus acciones cotidianas construyen una África mejor, sabemos que esta cultura africana de la vida, de la solidaridad y de la convivencia pacífica, prevalecerá al final.

Siempre podemos contar con tantos Héroes de la paz y Heroínas de la dignidad humana, que saben dedicarse a la causa del prójimo, especialmente los más empobrecidos, sacrificándose a sí mismos y a sus propios intereses. Son todo un ejemplo para muchos gobernantes.

Nos abruman tantas personas asesinadas en los conflictos que cada día tienen lugar en diversas regiones de África. Seguimos consternados por los últimos genocidios de Ruanda, con unas ochocientas mil víctimas, y de la RDC, donde entre 6 y 8 millones de personas, según Informes de la ONU, perdieron sus vidas. Sin embargo, sabemos que estos pueblos están afrontando semejantes crímenes con un valor y deseos de reconciliación y de superación que son todavía más extraordinarios.

Conocemos a muchas personas en cada país africano que han sido testigos valientes y elocuentes de reconciliación y trabajo compartido para construir una nueva sociedad, donde pueden convivir en armonía y trabajar juntos para el bien común.

África se niega a dejarse abrumar por la crueldad. África renueva su confianza y su esperanza para regenerar un nuevo compromiso por la integración social y el desarrollo sostenible para toda la ciudadanía.

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