«Eres visto como un demonio», declaró Zaharaddeen Muhammed, estudiante de Nigeria en la India. Zaharaddeen Muhammed, soñaba con estudiar en la India. No porque el segundo país más poblado del mundo tenga muy buenas universidades, sino más bien para descubrir una cultura que le había fascinado durante años.
«Soy un gran fan de Bollywood. No vengo por mis estudios porque hay bastantes y muy buenas universidades en Nigeria. Pero yo quería aprender más sobre la cultura india y quería interactuar con la gente de aquí», declaró al medio de comunicación qatarí Al Yazira. Pero su sueño se truncó rápidamente y se encontró con un racismo endémico.
«La gente me mira como si yo fuera diferente y es muy difícil ganarse su confianza. Trato de ser amable. Hablo Hindi con fluidez y soy simpático con todo el mundo. Pero cuando ofrezco galletas a los hijos de mis vecinos, no las aceptan», explicó
En los negocios es diferente
Un caso lamentablemente lejos de ser poco común en la India, donde muchos expatriados africanos van a trabajar o a continuar sus estudios. En la ciudad de Kirkee por ejemplo, puedes encontrar gente de Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Uganda. Pero a pesar de su gran número, India no es un país amigo de ellos», informaba un periodista.
El 29 de mayo, una multitud se dirigió violentamente contra los inmigrantes africanos en el pueblo Rajpur Khurd en la región de Chhatarpur e hirió a siete personas. The Indian Express informó que los atacantes, armados con bates de cricket, habían gritado insultos racistas.
Al más alto nivel del estado, India abre sus brazos a los líderes africanos. Del 26 al 29 de octubre de 2015, Nueva Delhi fue sede de la tercera cumbre India-África.
Una faceta de la India que Zaharaddeen Muhammed nunca verá. Al igual que él, Ibrahim Adam Djiji, un estudiante de negocios de Libia, escribió sobre la dificultad de integrarse localmente. «A menudo se nos ve cómo demonios, como vendedores de drogas o prostitutas», testifica.
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