Los Estados Unidos y las guerras en el Sahel, por Gary K. Busch (Parte 6/6)

28/07/2017 | Opinión

Parte de la Iniciativa de Operaciones de «Paz Global» (GPOI) Benín, Botsuana, Burkina Faso, Etiopía, Gabón, Ghana, Kenia, Malaui, Malí, Mozambique, Namibia, Níger, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sudáfrica, Tanzania, Uganda y Zambia.

El Programa de Formación y Educación militar Internacional (ACOTA) (anteriormente African Crisis Response Initiative) (ACRI) parte de “Glopal Peace Operations Initiave (GPOI) comprenden: Benín, Botsuana, Burkina Faso, Etiopía, Gabón, Ghana, Kenia, Malawi, Mali, Mozambique, Nigeria, Senegal, Sudáfrica, Tanzania, Uganda y Zambia.

El programa International, Military Training and Education ( IMET) lleva oficiales militares a academias militares en EE.UU. y a escuelas de adoctrinamiento en países estratégicos: Botsuana, Etiopia, Ghana, Kenia, Nigeria, Senegal y Sudáfrica.

El Centro Africano para Estudios Estratégicos (ACSS) (anteriormente Centro Africano de Estudios de Seguridad) parte de la Universidad de Defensa Nacional, Washington proporciona adoctrinamiento para los oficiales militares africanos de la «futura generación». Esta es la «Escuela de las Américas» para África. Toda África está cubierta.

El Programa de Ventas Militares Extranjeras vende equipamiento militar estadounidense a países africanos a través de la Agencia de Cooperación para la Defensa de la Seguridad. Principales receptores son: Botsuana, Etiopía, Ghana, Guinea, Malí, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Zimbabue.

African Coastal and Border Security Program provee barcos patrulleros rápidos, vehículos, equipamiento de vigilancia electrónico y equipamiento de visión nocturna a estados costeros.

El Combined Joint Task Force –Horn of Africa (CJTF-HOA) Military Command basado en Camp Lemonier en Yibuti, está destinado a eliminar rebeliones en Etiopía, Somalia, y Somaliland y controlar Eritrea. Etiopía, Kenia y Yibuti.

Joint Task Force Aztec Silence (JTFAS) lucha contra el terrorismo en África Occidental y del Norte. El Programa de colaboración EUCOM y Commander Sixth Fleet basada en Sigonella, Sicilia, y la base aérea de Tamanrasset, en el Sur de Argelia, Gulf of Guinea initiave, US Navy Maritime Partnership Program entrena a militares africanos en seguridad de las plataformas petroleras en el puerto y en el mar en: Angola, Benín, Camerún, Congo-Brazzaville, Congo-Kinshasa, Guinea Ecuatorial, Gabón, Ghana, Nigeria, Santo Tomé y Príncipe y Togo.

Tripartite Plus Intelligence Fusion Cell con sede en Kisangani, República Democrática del Congo, para supervisar la «seguridad regional», es decir, asegurar el acceso de EE.UU. y de Israel al oro, diamantes, uranio, platino y coltán del Congo-Kinshasa, Ruanda, Burundi, Uganda.

Acceso a bases de Cooperative Security Locations (CSLs) y Forward Operating Locations (FOLs) y otras instalaciones en Gabón, Kenia, Malí, Marruecos, Túnez, Namibia, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Uganda, Zambia, Argelia.

África Command (AFRICOM) Headquarters para todas las operaciones militares de los EEUU en África en Stuttgart.

Africa Regional Peacekeeping (ARP) Liason con African “peacekeeping” military dirige East Africa Regional Integration Team: Sudán, Etiopía, Somalia, Uganda, Kenia, Madagascar, Tanzania. El Equipo de integración regional de África del Norte: Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia. Equipo de Integración Regional de África Central: Congo (Kinshasa), Congo (Brazzaville) y Chad.

Regional Integration Teams: Sudáfrica, Zimbabue, Angola.

West Africa Regional Integration Team: Nigeria, Liberia, Sierra Leona, Níger y Sáhara Occidental.

Africa Partnership Station (APS). Visitas de puertos por USS Fort McHenry y High Speed Vessel (HSV) Swift. Parte de US Navy´s Global Fleet Station. Capacitación y enlace con personal militar local para asegurar la seguridad de la producción de petróleo en: Senegal, Liberia, Ghana, Camerún, Gabón, Santo Tomé y Príncipe.


El contribuyente estadounidense está pagando por el neocolonialismo francés.

francafrique-3.jpgEl ejército estadounidense está involucrado en más de 34 naciones en África en la lucha contra el terrorismo y el crecimiento de las diversas organizaciones afiliadas a Al-Qaeda e ISIL en la región. Uno de los problemas clave en llevar a cabo esta batalla en curso es que la situación política en cada país francófono está determinada por las necesidades de la françafrique de mantener al presidente elegido en el poder; que no es necesariamente lo que los africanos quieren. Un buen ejemplo es Malí, donde los franceses intervinieron militarmente en enero de 2013 para detener un levantamiento de varios grupos militantes en el norte.

Como precio de esta ayuda, Francia firmó un nuevo acuerdo de defensa con Malí, que le permitiría mantener una considerable presencia militar en el país. Las once páginas del acuerdo, en su mayoría declaraciones generales, dicen que las tropas militares y funcionarios franceses podrán permanecer en Malí, construir bases militares, actuar, si es necesario, con tropas malienses, etc., durante los próximos cinco años. El plazo de cinco años, tal como está escrito en el documento, es renovable.

Este fue un gran triunfo para Francia. Desde la inauguración del primer presidente de Malí, Modibo Keïta, Mali se había resistido a los aspectos militares del Pacto Colonial. El último soldado francés salió de Malí en 1961. Keita se negó a firmar los protocolos de defensa. Keita no permitió bases militares francesas, ni tropas en suelo nacional. Incluso después de que los franceses le hicieron asesinar por el teniente Moussa Traore, los malienses continuaron rechazando el pacto de defensa. Los sucesores de Traore, Alpha Oumar Konare y Amadou Toumany Toure, también se negaron, a pesar de la enorme presión diplomática y económica. Lo más que Francia pudo conseguir en Malí fue un acuerdo de cooperación militar de 1985 que permitió a Francia dar entrenamiento militar y asistencia técnica a las tropas malienses.

Ahora, después de enrolar tropas francesas para luchar contra las fuerzas Islámicas en el Norte, Francia asumió el control militar de Malí. Después de derrotar a los invasores y expulsarlos de Tombuctú y otras ciudades del norte y desarmar a las facciones de las rebelión, los militares franceses despacharon al ejército maliense de Kidal, la ciudad central de la región septentrional de Azawad. El territorio es reclamado por diferentes grupos rebeldes, pero está, de hecho, bajo el control, sobre todo, del Tuareg MNLA (Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad). Francia permitió a los rebeldes ocupar el área, reorganizarse y más tarde ganar un lugar en la mesa de negociaciones de posguerra.

Francia ha apoyado abiertamente al MNLA desde hace mucho tiempo y ha insistido en que sean parte en las negociaciones con el gobierno maliense que no quiere negociar con los rebeldes Tuareg. Entonces los franceses pusieron en la agenda la división de Malí en dos partes, a pesar de la negativa de Malí. Hubo un corto intervalo de paz y las hostilidades comenzaron de nuevo. Los franceses se dieron cuenta de que ya no podían costearse los gastos militares de la guerra de Malí y convencieron a la ONU de enviar tropas de paz a Malí. En diciembre de 2013 Francia anunció una reducción del 60% de sus tropas desplegadas en Malí a 1.000 en marzo de 2014. Se acordaron acuerdos provisionales de paz, pero se rompieron rápidamente. En agosto de 2016 continuaban los ataques contra fuerzas extranjeras. Más de 100 soldados de paz han muerto desde el despliegue de la misión de la ONU en Malí en 2013, por lo que es uno de los lugares más mortíferos para la ONU.

Los franceses estaban satisfechos de que la mayor parte de los gastos para la captura de Malí en la web de françafrique estaban siendo pagados por la «comunidad internacional» (la ONU, Estados Unidos y la ECOWAS). En 2015, la Unión Europea también se unió para promover las ambiciones de Francia. Francia consiguió su pacto militar con Malí y el control del país. Esto parecía una idea tan buena que los franceses ampliaron sus ambiciones de perseguir las opciones militares de la Operación Barkhane con base en Chad para cubrir Malí, Burkina Faso, Mauritania y Níger y asegurarse de que los costos de esta expansión del alcance de la françafrique se estaban pasando a la «comunidad internacional; la mayor parte (directa o indirectamente) a los contribuyentes de los Estados Unidos.
La misma situación surgió en Níger y en República Centroafricana. Los franceses intervinieron militarmente en disputas domésticas que crearon y asumieron, de hecho, el control de los países. Defendiendo que se trataba de una batalla contra el «terrorismo», los franceses pudieron pasar los costos de la reocupación de sus antiguas colonias utilizando dinero de las tasas de los contribuyentes europeos, de las Naciones Unidas y, sobre todo, de los estadounidenses. Ambos países africanos siguen en guerra con enemigos domésticos en conflictos creados por Francia y perpetuados por las políticas francesas para reinstalar los rigores de françafrique; Todo ello en nombre de la lucha antiterrorista. La ONU, la UE y los EE.UU. no tienen oportunidad de decidir quién es el enemigo en el África francófona; esto lo decide Francia. Ellos sólo tienen que pagar por ello y usan sus militares para entrenar a los soldados que mantienen la françafrique.

Tal vez la actual reunión de la OTAN en Bruselas dejará claro al nuevo gobierno de Macron que Estados Unidos es capaz de elegir a sus propios enemigos y, como en la época de de Gaulle, Estados Unidos no está en el negocio de preservar el dominio neocolonial francés en el continente.

Gary K. Busch

Fuente: Pambazuka News

[Fundación Sur]


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