Los europeos no están realmente preparados para ayudar en el Sahel, a pesar de los planes de la UE. En 2015, cuando Angela Merkel hizo el gran gesto de enviar armas a los rebeldes Kurdos que combatían a Isil, se enteró de que sus aviones de carga no podían despegar. En ese momento, los militares alemanes confesaron que sólo la mitad de sus aviones de transporte Transall estaban en condiciones de volar. De sus 190 helicópteros, sólo 41 estaban listos para ser desplegados. De sus 406 tanques Marder, 280 estaban fuera de uso. En el año 2016 se constató que menos de la mitad de los 66 aviones Tornado de Alemania estaban en condiciones de volar. La flota francesa Transall está desfasada y pocos están siendo reemplazados.
Esto coincide con la debacle del esfuerzo militar europeo para llevar a cabo la guerra por su cuenta, comenzando en Kosovo. Los europeos querían demostrar que tenían alguna capacidad militar independiente. La cantidad de bombas, misiles y otros dispositivos tácticos utilizados en las primeras dos semanas de la campaña de Kosovo excedió el almacenamiento total de arsenal de la totalidad de la Comunidad Europea. La cantidad gastada por día en el bombardeo de Kosovo, incluidos los costos indirectos, ascendió a más de 12,5 millones de dólares. Habría sido mucho más barato comprar Serbia que bombardearla. La OTAN podría haber ofrecido a cada serbio 5.000 dólares por cabeza, más gastos de mudanza y aún así ahorrar dinero. Bajo las reglas de la OTAN, Estados Unidos estaba obligado a pagar dos tercios de estos costos.
Esto era igualmente cierto en Libia. Los europeos (que se llaman OTAN) se quedaron rápidamente sin municiones, bombas y dinero. Estados Unidos gastó casi 1.500 millones de dólares en la primera oleada de ataques de los franceses y británicos. Como dijo el Secretario de Defensa, Gates, en su discurso, «A pesar de más de 2 millones de soldados uniformados – sin contar el ejército estadounidense – la OTAN ha luchado, a veces desesperadamente, para sostener un despliegue de 25.000 a 45.000 soldados – no sólo de hombres en el terreno, sino en activos cruciales de apoyo como helicópteros; aviones de transporte; mantenimiento; Inteligencia, vigilancia y reconocimiento; Y mucho más”.
Continuó:
«Tenemos el espectáculo de un centro de operaciones aéreas diseñado para manejar más de 300 salidas al día luchando con dificultad para lanzar alrededor de 150. Además, la alianza militar más poderosa de la historia con sólo 11 semanas en una operación contra un régimen mal armado, en un país escasamente poblado, se encuentra con que muchos aliados están empezando a carecer de municiones, lo que obliga a Estados Unidos, una vez más, a compensar la diferencia».
Ese es el punto clave en el análisis de la lucha contra el terrorismo en el Sahel. A pesar de los buenos deseos de los franceses y de otros europeos, el éxito depende de una activa participación y compromiso de los Estados Unidos. Los franceses han solicitado el apoyo de los militares estadounidenses (a través de la OTAN) en su ambición de conservar el control de su antiguo imperio colonial Africano.
Hay un lado irónico en el hecho de que Francia requiera la ayuda de la OTAN para apoyar sus políticas neocoloniales. Francia dejo de ser miembro de pleno derecho de la OTAN en 1966, y permaneció fuera por décadas. La razón de la retirada de Francia fue que Francia creía que la OTAN no ofrecía apoyo militar suficiente. El esfuerzo de Francia para desarrollar su propia capacidad de defensa fuera de la OTAN, incluido el desarrollo de su propio arsenal nuclear en los años sesenta, tenía como finalidad asegurar que el ejército francés pudiera operar más libremente en sus propios conflictos coloniales y postcoloniales. Bajo de Gaulle, Francia había intentado comprometer a su favor a la OTAN en sus conflictos coloniales. De Gaulle pretendía que Argelia era parte de Francia y, por lo tanto, formaba parte de la OTAN. Por lo tanto, la OTAN debía intervenir para ayudar a Francia a eliminar los movimientos de independencia de Argelia. Después de que los británicos y los estadounidenses se negaran a colaborar con el colonialismo francés, De Gaulle expulsó a las tropas de la OTAN de Francia creando un ejército más independiente. Ahora que ha vuelto a la OTAN está haciendo la misma petición a sus socios que hizo De Gaulle.
Los alemanes lideran la EUTM Mali que entrena a las fuerzas armadas de Malí y EUCAP Sahel Mali, que está entrenando y asesorando a la policía, la gendarmería y la Guardia Nacional del país. La Misión Eucap Sahel, bajo el mando del diplomático alemán Albrecht Conze, está coordinando la ayuda europea a la región. Gunther Nooke, representante de Angela Merkel en África, comisario para África del Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, ha propuesto un «Plan Marshall Alemán» para África para aliviar un continente que lucha contra bandas terroristas en la región, junto con una sequía que está causando hambruna masiva. Sin embargo, aún no se ha asignado dinero a dicho plan.
Los Estados Unidos tienen sus propios intereses estratégicos en la lucha contra los terroristas islámicos en el Sahel porque representan un peligro importante para los intereses comerciales de los Estados Unidos en la zona; Una amenaza para la estabilidad política en África en su conjunto que ha producido una marea humana de refugiados; Y, lo que es más importante, este terrorismo en el Sahel produce una importante fuente de ingresos para las estructuras terroristas internacionales de Al-Qaeda, Daesh y la miríada de subgrupos de éstos en Oriente Medio y África.
Los Estados Unidos han aceptado apoyar los esfuerzos franceses y europeos para combatir el terrorismo en el Sahel, pero no han querido comprometer a las fuerzas regulares estadounidenses a luchar en el terreno. Ha ofrecido capacitación, equipamiento y participación de las Fuerzas Especiales en programas militares en el Sahel y frecuentemente organiza ejercicios de masas para asegurarse de que los entrenados permanezcan así.
La presencia militar estadounidense en África
Estados Unidos está en guerra en África y lo ha estado durante muchos años. Los Estados Unidos han tenido experiencia práctica en guerras africanas. América ha estado participando en guerras en África desde los años 50, en Angola, la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán, Etiopía, Marruecos, Libia, Yibuti por nombrar solamente algunos países. En algunos países utilizaron tropas estadounidenses, pero en la mayoría de los casos los Estados Unidos financiaron, armaron y supervisaron el apoyo de las fuerzas indígenas. En su apoyo a las fuerzas anti-MPLA en Angola, envió armas y equipamiento a la opositora UNITA. En la República Democrática del Congo, Larry Devlin, de la CIA, era un ministro no oficial del gobierno de Mobutu; Estados Unidos dirigió su propia fuerza aérea en el Congo en WIGMO. Los pilotos estadounidenses apoyaron a las fuerzas sudafricanas en Kwando, Fort Doppies y bases en Encana en el Caprivi de WIGMO. En estas bases también se podían encontrar soldados de Rhodesia del Sur (en sus DC3) y tropas alemanas, francesas, portuguesas y otras tropas de la OTAN.
Una de las bases más grandes se encontraba en Wheelus Field, en Libia. La base aérea Wheelus estaba situada en la costa Mediterránea, justo al este de Trípoli, Libia. Con 4.600 estadounidenses, el embajador estadounidense en Libia lo llamó «a Little América”. Durante la Guerra de Corea, Wheelus fue utilizado por el Comando Aéreo Estratégico de los Estados Unidos, convirtiéndose más tarde en un campo de entrenamiento primario para las fuerzas de la OTAN. Los despliegues de aviones de guerra del Strategic Air Command en Wheelus comenzaron el 16 de noviembre de 1950. Los bombarderos SAC realizaron despliegues rotatorios de 45 días en estas zonas para ataques contra la Unión Soviética. Wheelus se convirtió en un eslabón vital en los planes de guerra del SAC para uso como bombardero, tanque de reabastecimiento y base de reparaciones. Estados Unidos abandono la base en 1970.
Gary K. Busch
Fuente: Pambazuka News
[Fundación Sur]
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