Los eslabones del cinturón verde, por Ana Henriquez

12/07/2018 | Bitácora africana

green_belt_aguimes.jpg Invitadas al Seminario Internacional de Comarcas Sostenibles (SICS) celebrado el pasado mayo en Agüimes (Gran Canaria), dos representantes del Green Belt Movement –Movimiento Cinturón Verde– expusieron los retos actuales del proyecto que fundara en 1977 la activista ecologista keniana, Wangari Maathai, primera africana Nobel de la Paz.

Más que plantar árboles

Hace 41 años, la conocida como “Mujer Árbol” inició este movimiento para luchar contra la deforestación en su país y en el continente africano en general, tanto desde una preocupación por la naturaleza, como desde una comprensión de las negativas consecuencias que el fenómeno entraña para las comunidades rurales.

Fallecida hace más de seis años, Maathai sigue siendo una inspiración para jóvenes como Elizabeth Wathuti, fundadora de la Green Generation Initiative (GGI), que centra su labor en concienciar a la juventud keniana de la importancia que ha de concedérsele al medio ambiente.

Wathuti, cuarta becada por la organización The Green Belt Movement y originaria de la misma zona que Maathai, defiende que los parámetros medioambientales, los sociales y los económicos deben equilibrarse y que, para ello, queda mucho por invertir en formación, empleo e I+D. Pero, ante todo, para lograr entusiasmar a las y los jóvenes, que participen más en estos ámbitos y se empoderen, hay que escucharlos.

Parte de su iniciativa consiste en que cada menor de los recintos escolares donde trabajan adopte un árbol y no solo lo plante, sino que se responsabilice de él y lo cuide a lo largo de su crecimiento. Como ella misma destacó en su intervención: “He plantado más de diez mil árboles en los institutos de Kenia. Me encanta plantar porque sé que salvará vidas y, aunque tú mismo no verás los beneficios de tus acciones, las generaciones futuras te lo agradecerán”.

No en vano, Wathuti señaló que Kenia pierde 250.000 árboles cada día, es decir, 86 millones al año. Concluyó instigando a la audiencia con un serio y decidido: “¡Hay que actuar ya!”.

Jóvenes y mujeres, líderes locales

Con un tono más relajado pero igualmente comprometida, la experta en energías renovables, «>Unelker Maoga, habló del “incómodo desafío” que es el cambio climático y de cómo este afecta directamente al 70% de la población africana, dado que este elevado porcentaje trabaja y depende del campo y sus recursos.

Maoga centró su discurso en tres condados kenianos: Nyamira -donde ella nació-, Kitui y Lamu. Los dos primeros, eminentemente agrícolas y la isla de Lamu, una reserva, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que ha conservado su lengua y cultura durante 600 años y cuya serenidad se ve ahora amenazada por una planta de carbón que quieren instalar pese a la oposición de gran parte de los isleños.

Dos sectores son claves en los proyectos en los que colabora Maoga: escolares y mujeres. Por un lado, enseña a unos 1.200 estudiantes los impactos, soluciones y estrategias de adaptación al cambio climático. Por otro lado, convierte a las mujeres en agentes clave en sus comunidades dándoles lámparas solares para que las vendan a sus vecinos.

¿Por qué a ellas? Porque, frente a los hombres, son las que más invierten en sus familias. ¿Por qué lámparas solares? Primero, por la consabida carencia de acceso a electricidad en buena parte de África que afecta a alrededor de 600 millones de personas; y segundo, para que sustituyan a las lámparas de queroseno, contaminantes y perjudiciales para los ojos y el sistema respiratorio.

Como explicó cuando proyectó un extracto de la película documental “Thank you for the rain”, sobre los estragos del cambio climático en una pequeña aldea de Kenia, desde The Green Belt Movement, quieren que cada vez haya más personas como el agricultor Kisilu, el protagonista, que se esfuerza en concienciar a su propia comunidad, poniendo en práctica el lema del desarrollo sostenible “piensa globalmente, actúa localmente” y partiendo de la premisa de que cuanto más reducido es el grupo humano, más fácil de alcanzar es la sostenibilidad.

Hoy, que dedicamos la jornada al medio ambiente, quedémonos con este mensaje de la keniana Unelker Maoga: “La opción de luchar o no [contra el cambio climático] es un lujo que ya no tenemos. Ahora, es cuestión de vida o muerte”.

Original en – Africaye

Autor

  • Henriquez, Ana

    (Gran Canaria, 1987) Periodista y comunicadora audiovisual apasionada por África Subsahariana. Máster en Culturas y Desarrollo en el continente vecino. Enganchada a las redes sociales, donde se me pasan las horas siguiendo la actualidad de casi todos los ámbitos. ¿Que qué temas me interesan de África? Uf, ¡¿cuáles no?! Todo lo artístico y social, lo relacionado con la mujer africana, la afrodescendencia, pero también las relaciones políticas y económicas, como la Françafrique y Chináfrica, y la implantación de las nuevas tecnologías.

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