Las Naciones Unidas han advertido que un gran número de niños siguen arriesgando sus vidas para hacer el peligroso viaje de Libia a Italia. Unicef ??dice que casi 26.000 niños – la mayoría de ellos no acompañados – cruzaron el Mediterráneo el año pasado.
En su nuevo informe, Unicef ??dice que muchos niños sufren de violencia y abuso sexual a manos de contrabandistas y traficantes.
Pero rara vez reportan su abuso, por temor a ser arrestados y deportados. La agencia también dice que hay una gran falta de alimentos, agua y atención médica en los centros de detención de Libia.
La difícil situación de los niños, muchos de ellos no acompañados por los padres, se ha convertido en una parte trágicamente familiar de la historia más amplia de la migración masiva en los últimos dos años.
Pero si bien se ha hablado mucho de los peligros extremos que se enfrentan en el mar, las privaciones experimentadas en tierra, especialmente en Libia, son menos familiares. El último informe del Unicef, A Deadly Journey for Children, documenta – a veces de manera espantosa – historias de esclavitud, violencia y abuso sexual experimentadas por un gran número de niños vulnerables que se dirigen peligrosamente a Italia.
«Lo que realmente sorprendió al personal de Unicef ??y a mí … es lo que les pasa a ellos [niños] en esta ruta», dice Justin Forsyth, director ejecutivo adjunto de la organización. «Muchos de estos niños han sido brutalizados, violados, asesinados en esta ruta».
Niñas como Kamis, de nueve años de edad, que partió con su madre desde su casa en Nigeria. Después de cruzar un desierto en el que murió un hombre, seguido de un dramático rescate en el mar, se encontraron detenidos en un centro de detención en la ciudad libia de Sabratha.
«Solían golpearnos todos los días», dijo Kamis a los investigadores. «No había agua tampoco, ese lugar era muy triste, no hay nada allí». Gran parte de la violencia es gratuita, y gran parte de ella es sexual.
«Casi la mitad de las mujeres y los niños entrevistados habían sufrido abusos sexuales durante la migración», dice el informe. «A menudo varias veces y en múltiples ubicaciones».
Las fronteras, al parecer, son particularmente peligrosas. «La violencia sexual era generalizada y sistemática en los cruces y puestos de control», dice el informe.
Muchos de los asaltantes están uniformados. Esto se dice que es sólo una de las razones por las que los que sufren abuso son reacios a informar de sus experiencias. Y Libia, como el embudo por el que pasan tantos viajes, se ha ganado una reputación impactante como el epicentro del abuso.
«Aproximadamente un tercio [de los entrevistados] indicó que habían sido abusados ??en Libia», dice el informe. «Una gran mayoría de estos niños no respondieron cuando se les preguntó quién los había abusado».
Tan comunes son las historias de violación y esclavitud sexual que algunas mujeres embarcadas en el viaje toman precauciones, como obtener inyecciones anticonceptivas y llevar protección de emergencia con ellas.
El informe habla de 34 centros de detención conocidos en Libia, tres de ellos en el interior del desierto del país.
La mayoría son dirigidos por el Departamento de Lucha contra la Migración Ilegal. Pero Unicef ??dice que los grupos armados también tienen migrantes en un número desconocido de campos no oficiales.
«Los centros de detención dirigidos por las milicias, estamos mucho más preocupados», dice el Sr. Forsyth. «Es ahí donde ocurren muchos abusos y tenemos un acceso muy, muy limitado».
En 2016, más de 180.000 migrantes cruzaron de Libia a Italia. Según la ONU, casi 26.000 de ellos eran niños, la mayoría de ellos no acompañados. El número de niños no acompañados parece estar en alza.
«Es una combinación de factores», dice el Sr. Forsyth. «La situación en lugares como Eritrea y el norte de Nigeria es muy mala, y también recientemente en Gambia».
Dejar a un lado la situación política de sus paises, la pobreza y la promesa de una vida mejor siguen siendo los principales impulsores. «Quería cruzar el mar», dijo Issaa, de 14 años, a los investigadores. «Busque trabajo, trabaje duro para ganar un poco de dinero para ayudar a mis cinco hermanos en casa».
Pero dos años y medio después de salir de casa en Níger, Issaa fue encontrado viviendo solo en un centro de detención libio.
«Mi padre recaudó dinero para mi viaje, me deseó suerte y luego me dejó ir».
Los emigrantes, por supuesto, dependen mucho de los contrabandistas para atravesar el desierto y atravesar el mar.
Un caso reciente en el que decenas de cadáveres fueron encontrados ahogados en la costa cerca de la ciudad libia de Zawiya muestra que esto sigue siendo extremadamente peligroso.
Pero el contrabando se asocia con demasiada frecuencia a la trata de personas. Las víctimas son obligadas a la prostitución para pagar sus deudas.
«Libia es un importante centro de tránsito para las mujeres que son traficadas a Europa por sexo», dice el informe.
La continua agitación política de Libia hace extraordinariamente difícil afrontar un fenómeno que, según el informe, ha salido fuera de control. Pero Unicef ??está instando a Libia, sus vecinos y organizaciones regionales a hacer más para proteger a los niños.
Una iniciativa regional, dice, incluiría el mejoramiento de la inscripción de nacimientos, la prevención de la trata, los caminos seguros y legales para los niños que huyen de los conflictos armados y, en su caso, la reunificación familiar.
«Ya sean emigrantes o refugiados, tratémoslos como niños», dice Forsyth. «Es un reflejo de nuestra humanidad, nuestros valores, cómo respondemos a esta crisis».
GhanaWeb
[Fundación Sur]
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