Las plantaciones de tabaco de Malaui envenenan a los niños que trabajan en ellas

17/05/2010 | Crónicas y reportajes

Niños de Malaui de hasta tan sólo tres años de edad están siendo empleados ilegalmente en la producción de tabaco, exponiéndolos al envenenamiento por nicotina, según un documental emitido en un canal de televisión británico, el día 14 de mayo.

El documental, producido por Julie Noon, de la reportera Jenny Kleeman, ha sacado a la luz que estos niños sufren problemas de salud por manejar tabaco, y algunos están atrapados en sistemas de trabajo en régimen de servidumbre, del que no pueden escapar y no parece que se haga mucho para proteger su salud y por su bienestar.

En el documental, el equipo comienza su viaje en el distrito de Mchinji. Mientras que algunos niños se dirigen a la escuela vestidos de uniforme, el equipo ve a un grupo de unos 15 o 20 niños clasificando tabaco, al lado de la carretera. Emilida y sus tres hijos, uno de los cuales tiene tres años, han estado trabajando ahí desde el amanecer.

El equipo de reporteros encuentra a una familia de siete miembros que están cosechando tabaco y aseguran que trabajan todos los días desde que amanece hasta que anochece. Las manos de los niños están cubiertas de un pegajoso residuo marrón y dicen que sufren fuertes dolores de cabeza: un síntoma de la enfermedad del tabaco verde, o envenenamiento por nicotina, en la que altas dosis de nicotina son absorbidas a través de la piel.

Farges, la madre de la familia, dice que entre toda la familia logran llevar a casa el equivalente a unas 18 libras esterlinas, el coste de tres paquetes de tabaco en el Reino Unido. Sus hijos deben trabajar para poder cumplir con la cuota diaria de tabaco cosechado que la plantación de tabaco exige a la familia.

La madre dice que los propietarios de la plantación aseguran que no están obteniendo buenos precios en la lonja del tabaco, por lo que no pueden pagarles más. La familia quiere escapar de la recolección de tabaco, pero se han visto obligados a pedir prestado dinero al propietario de la plantación y ahora no pueden irse, hasta que no paguen con su trabajo la deuda. La ONU dice que esto es servidumbre por deudas, una forma moderna de esclavitud.

El equipo de reporteros visita la escuela primaria de la localidad para ver cómo está afectando el tabaco a la educación de los niños. El director de la escuela dice al canal 4 británico que un tercio de los alumnos de su clase están ausentes, probablemente en los campos de tabaco. Asegura que la mayoría de los alumnos suspenden los exámenes y después no pueden ir a la escuela de secundaria, porque han perdido demasiado en su educación para trabajar en el tabaco.

En Kasungu, el equipo investigó las acusaciones de que algunos dueños de plantaciones de tabaco están traficando con niños para trabajar en cultivos más grandes. Encontraron a Elisa, de 13 años, Akim Nkhoma, de 14, y Joseph, de 17. Elisa dice que un propietario de plantación de tabaco vino a su pueblo para reclutar a niños para trabajar, prometiendo a su familia que él pagaría por su trabajo al final de la temporada. Los chicos aseguran que fueron tratados muy mal en las plantaciones: los supervisores les gritaban, retenían su ración de comida y los pegaban con palos.

Sur de Kasungu, el equipo se une a un grupo de trabajadores voluntarios y funcionarios del gobierno que intentan acabar con el trabajo infantil. Enseguida encuentran a niños clasificando tabaco en unas instalaciones que pertenecen a un ex parlamentario.

El oficial de trabajo del distrito asegura a los periodistas británicos que el propietario definitivamente irá a la cárcel, pero el equipo descubre más tarde que se le ha dejado en libertad con una simple amonestación. Nadie ha sido encarcelado nunca en el distrito por emplear a niños.

El equipo del canal 4 termina su viaje en la capital de Malaui, Lilongüe, donde la mayoría del tabaco recolectado por niños de Malaui entra en el mercado mundial.

Malaui es uno de los mayores productores de tabaco del mundo. Un representante de la Comisión de Control del Tabaco, Bruce Munthali dice en el documental que Malaui depende del cultivo de tabaco, el 65 % de sus beneficios del extranjero, y su tabaco es comprado por compañías como British American Tobacco, Imperial Tobacco y Philip Morris.

El equipo de televisión intenta concertar una entrevista con el ministro de Trabajo de Malaui, Yunnus Mussa, para hablarle sobre sus averiguaciones, pero no lo consiguen, el ministro no se presenta a ninguna de las citas concertadas.

El ministro Mussa declaró recientemente en un programa de la emisora privada de Malaui, Capital Radio, que su ministerio ha puesto en marcha iniciativas, a través de oficiales de distrito y regionales, para concienciar a las comunidades rurales y combatir el trabajo infantil.

“Me han comunicado que con el programa de alimentación en la escuela, un montón de niños están yendo a la escuela. De hecho estamos ocupándonos de este asunto con la ayuda de una organización internacional de trabajo. Tenemos en marcha un programa para eliminar el trabajo infantil”, declaró el ministro.

“Hemos rescatada a un número de niños del trabajo infantil. Algunos de ellos han vuelto a la escuela. A otros se los ha proporcionado capital inicial y equipos para que se puedan auto emplear en albañilería, carpintería, sastrería e incluso agricultura”, señaló.

El ministro desveló que el gobierno va a presentar un proyecto de ley para la contratación en el parlamento en el que se propondrá un límite de edad. “Ningún niño será empleado antes de que cumpla 18 años, bajo penas por incumplimiento de hasta un millón de kwachas [unos 5.350 euros] o de cárcel”, explicó.

Las investigaciones de canal 4 llegan después de otras realizadas por Plan, una organización internacional para la infancia, que muestran que Malaui tiene el índice más alto de trabajo infantil en el África austral, con un 88,9 % de los niños con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, trabajando en el sector agrícola.

Plan pidió al gobierno de Malaui que hiciese cumplir las leyes existentes contra el trabajo infantil y de protección y que obligase a las plantaciones a proporcionar unas condiciones de trabajo más seguras, y justas para los niños obligados a trabajar.

“Plan pide que se hagan cumplir las leyes sobre trabajo infantil y que se endurezcan los castigos para aquellos que las incumplan”, afirma Macdonald Mumba, consejero de Plan en Malaui.

Malaui es signatario de numerosas convenciones contra el trabajo infantil, incluidas la convención de la ONU de 1989 de los Derechos de los Niños; la Convención 138 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, de 1973, que establece una edad mínima para trabajar de 18 años; la convención 182 de 1999, de la OIT, que prohíbe el trabajo infantil.

Nyasa Times

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster