La semana pasada los manifestantes en Guinea forzaron la apertura de varias mezquitas, apenas un día después de la muerte de siete personas en un enfrentamiento con la policía durante las protestas contra el bloqueo de las carreteras. Las mezquitas habían permanecido cerradas desde finales de marzo como parte de las medidas para controlar la propagación de la COVID-19, en una nación de la que aproximadamente el 80 % de la población es musulmana.

Decenas de fieles en la ciudad oriental de Kamsar entraron en una mezquita y la limpiaron a fondo antes de orar, aseguró un testigo. Al hacerlo, el grupo compuesto por mujeres, jóvenes y niños cantó «Allahu akbar», que significa «Dios es grande», agregó el testimonio. «El gobierno es incapaz de protegernos del virus, así que estamos en las manos de Dios. ¿Cómo pueden los mercados estar abiertos y las mezquitas cerradas?» «, declaró un joven manifestante. «Preferimos morir orando que vivir sin oración», añadió. Otro aseguró: «hemos ganado. Rezamos en la mezquita. Ya no llevamos máscaras. Se acabó”.

El político Karamoko Bangoura aseguró que cuatro o cinco mezquitas más habían sido reabiertas en circunstancias similares cerca de la capital, Conakry. «Vimos a una multitud enloquecida ir a las mezquitas y reabrir sus puertas», agregó, añadiendo que el movimiento «no era violento en absoluto «. El líder de una de estas mezquitas reabiertas declaró estar «agradecido a Dios» por los acontecimientos, porque «nos preocupaba que no pudiéramos orar con el fin del Ramadán acercándose». Guinea es uno de los países de la región más afectados por la crisis del coronavirus y su deficiente sistema de saneamiento ha suscitado el temor de un empeoramiento de la epidemia. Según las cifras oficiales, el país ha registrado 2.213 casos y 11 muertes. Jamal Bangoura, secretario de Estado de Guinea para asuntos religiosos, pidió «calma y moderación», haciendo hincapié en que los lugares de culto habían sido cerrados como parte de la lucha contra el virus.

Fuente: Daily Nation

[Traducción y edición, Patricia Fernández Blanco]

[Fundación Sur]

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