Las independencias de las colonias, por Antonio Molina

9/02/2011 | Bitácora africana

La década de 1950 a 1960 se caracterizó por la participación activa de
África en la Historia Universal

El siglo XX fue el siglo de la emancipación colonial y de la revolución, que como profetizaba K. Nkrumah, “había de continuar hasta presenciar la liberación total de África del dominio colonial y de la explotación imperialista.” Podemos afirmar que “el cambio producido en África por la descolonización, durante los años centrales del siglo XX fue, históricamente hablando, un acontecimiento trascendental. Su resultado es la ampliación del mundo de las naciones libres, entre las que se oyen cada vez con más fuerza las voces de África.”
K. Nkrumah, padre de la independencia de Ghana, la antigua colonia de la Gold Coast – la Costa de Oro- escribía en 1963:”A todo lo largo y lo ancho de África, hombres, mujeres y niños repiten los lemas del nacionalismo africano, el más importante fenómeno político de los últimos años del siglo XX.” Añadiendo: “Jamás en la Historia, un anhelo de libertad tan arrollador se había expresado en grandes movimientos de masas, como los que están abatiendo los bastiones del imperio. Este viento de cambios, que sopla a través de África, no es un viento común. Es un huracán enfurecido, y ante su fuerza, el viejo orden de cosas no puede quedar en pie.”
Estas palabras de Nkrumah se podrían aplicar a los acontecimientos que está viviendo en la actualidad el África del norte y en general, la mayoría de los países arabo-musulmanes, comenzando por Túnez y Egipto.

EL ÁFRICA DE 1945

Al terminar la II Guerra Mundial, sólo existían en todo el Continente tres estados independientes: Egipto, Etiopía y Liberia. A ellos se podría añadir la Unión Surafricana. Treinta y cinco años más tarde, en 1980, todo el Continente era prácticamente independiente.
El proceso descolonizador africano se produce en el marco de unas determinadas áreas geopolíticas, que definidas tanto por la geografía, como por el legado histórico de la colonización, actúan de manera decisiva en la configuración geohistórica del África independiente actual.

Estas áreas son:

– El África septentrional musulmana, situada al norte del Sahara y que se extiende entre el Atlántico, el Mediterráneo y el Mar Rojo. Comprende los países del Magreb al oeste y hasta el Nilo al este. La inoraban protectorados y departamentos bajo administración metropolitana, tanto francesa como británica.

– El África británica distribuida por todo el continente, “del Cabo al Cairo” y del Índico al Atlántico, las diversas áreas geopolíticas tenían en común el método colonial inglés de “administración indirecta”.

– El África francesa agrupada en las regiones occidental, ecuatorial y oriental del continente. Su administración estaba más vinculada a la evolución de a metrópoli y favorecía los sistemas de asociación y asimilación de los indígenas, creando pequeñas elites cultivadas.

– El África belga se concentraba en el corazón del continente: Congo y los Grandes Lagos: Ruanda y Burundi. Su administración colonial era partidaria de la integración de los indígenas.

– El África portuguesa repartida entre el Atlántico: Cabo Verde, Guinea Bissau, Sto. Tomé y Príncipe y Angola, y el Índico. Mozambique. Su administración colonial pasa de la integración a la provincialización, generando las más crueles y largas guerras coloniales revolucionarias.

– El África española se concretizaba en las zonas del Sahara Occidental (el Río de Oro) y la Guinea Ecuatorial, con una administración colonial, que como la portuguesa evoluciona de la integración a la provincialización.

Para completar este mapa de las regiones geopolíticas africanas habría que añadir la evolución de los dos primeros y únicos estados independientes de África: Etiopía y Liberia y la conflictiva y peculiar situación de la unión Surafricana amordazada con su horrible régimen del “apartheid”.

En el cuadro breve de este artículo no podemos relatar la cronología de las luchas de cada país para conseguir la independencia. Para ello pueden consultar la HISTORIA GENERAL DE ÁFRICA publicada por la UNESCO.

Como escribe J. Ki-Zerbo:”Los soldados africanos que regresaban de la II Guerra Mundial fueron actores importantes de la emancipación africana.” Junto a ellos comenzó a emerger una nueva clase media comercial e industrial, que se integra gradualmente en el sistema financiero y bancario mundial, creando paulatinamente una elite culta africana occidentalizada.

También hay que considerar a ciertos estudiantes africanos que pasaron el tiempo de la II Guerra Mundial en países beligerantes. Nkrumah en los Estados Unidos; J.Kenyatta y H. Banda en la Gran Bretaña y A. Diop, L.S.Sengor y F. Houphouet-Boigny en Francia.

LOS NACIONALISMOS AFRICANOS

Las transformaciones económicas, los cambios sociales y los progresos ideológicos y culturales constituyen el fundamento del desarrollo de los nacionalismos africanos, que se configuran a partir de un doble marco:

– Por un lado, sobre la base de la tradición e historia del propio pueblo como herencia de una identidad y comunidad nacional.

– Por otro lado, por medio de las coordenadas creadas por el colonialismo, que integran y configuran a los componentes de las nuevas naciones: fronteras, lenguas, sistemas de gobierno, etc…

Los grupos motores del nacionalismo fueron. Los partidos políticos, los sindicatos, la actividad de los intelectuales y los movimientos estudiantiles, a la par de las iglesias y las religiones tradicionales africanas.

El principal ingrediente del nacionalismo africano lo constituye la voluntad de ser una nación, por lo que a pesar de las disputas fronterizas, de las rivalidades étnicas y de la inestabilidad de los regímenes, el nacionalismo africano ha llegado a ser una realidad creciente.

Las condiciones que llevan a la destribalización y al nacionalismo son: la evolución de la economía agrícola tradicional, atracción del trabajo asalariado: Planataciones, minas, fábricas y funcionariado. La escolarización y el conocimiento de las lenguas europeas de las antiguas metrópolis, el neoliberalismo, los viajes al exterior y la emigración, gracias a las infraestructuras y los progresos de los transportes y medios de comunicación.

EL PANAFRICANISMO

No podemos terminar este breve resumen de la gestación de las independencias africanas sin hablar del panafricanismo. En los primeros años del siglo XX y entre los negros de las Antillas y de los Estados Unidos comenzó a germinar la idea y se empezó a utilizar ese término.
El precursor de este movimiento fue un pastor británico, el rvdo. J. Booth, que en 1895 escribió el libro “África para los africanos”, idea adoptada por los movimientos negros surafricanos, que en 1897 crearon la Unión Cristiana Africana, cuya consigna era la misma: AFRICA PARA LOS AFRICANOS.

Pero el auténtico creador del movimiento panafricano y teórico del Panafricanismo fue el profesor de Sociología, Dr.W.E.B. DU BOIS, afroamericano, que fundó en los USA, la Asociación Nacional para la Promoción de la gente de Color. Hombre de acción al par que escritor organizó varios congresos panafricanos durante el primer tercio del siglo XX.

CONCLUSIÓN

La historia del último medio siglo de independencia de los países africanos se ha caracterizado por los conflictos armados, la inestabilidad de los regímenes, la influencia de las antiguas metrópolis, el eocolonialismo de las multinacionales y la perpetuidad en el poder de muchos líderes corruptos, que han arruinado a sus naciones.

A pesar de los pesares, somos optimistas. Un nuevo amanecer despunta en el horizonte con la nueva generación de políticos, que les ha tocado vivir en una época de ansias de democracia y de libertades ciudadanas. “El pueblo unido jamás será vencido.”

Autor

  • Molina Molina, Antonio José

    Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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