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Inicio > REVISTA > Crónicas y reportajes > ![]() Las “fábricas de bebés” de Nigeria (parte 1/2)
20/05/2020 -
Ambas niñas, que vivían en el mismo complejo de Bama, huyeron de la ciudad del noreste de Nigeria en 2017 cuando Boko Haram irrumpió en la zona, incendiando casas y secuestrando mujeres y niños. Miriam y Roda huyeron, dejando atrás a otros miembros de su familia de los que no saben nada. Las dos niñas caminaron durante varios días para llegar a Madinatu, donde permanecieron durante casi dos años antes de su viaje a Enugu, en el sureste de Nigeria. Allí ambas vivían juntas en una pequeña tienda de bambú dentro de un campamento que albergaba a más de 5.000 personas que, como ellas, habían huido de Boko Haram. La vida era dura, la comida escasa y los desplazados tenían que mendigar en las calles, así que las chicas aprovecharon la posibilidad de trabajar en Enugu. No tuvieron tiempo de decirle a nadie que se marchaban, y primero viajaron con la tía Kiki a Maiduguri. Luego le siguió un viaje de 12 horas a Abuja. Pasaron la noche allí en la casa de una mujer que conocía a la tía Kiki y al día siguiente, tras un viaje de nueve horas, llegaron a Enugu. La tía Kiki los llevó a un complejo donde se las entregó a una anciana a la que llamó "Mma" y les dijo a las niñas que hicieran lo que la mujer les pidiera. "El complejo tenía dos pisos de tres dormitorios cada uno, llenos de chicas jóvenes, algunas de ellas embarazadas", asegura Miriam. "Tía Kiki dijo que era donde estaríamos trabajando." Al principio, las chicas pensaban que sus trabajos eran limpiar el complejo y hacer las tareas del hogar, sin embargo, sus nuevos empleadores tenían otra idea. "Mma pidió que nos quedáramos en habitaciones separadas para esa primera noche", explicó Miriam. "Nos sorprendió porque las otras chicas en el complejo estaban compartiendo habitaciones, algunas de las cuales tenían cuatro personas”. A última hora de la noche, según Miriam, un hombre entró en su habitación, le ordenó que se quitara la ropa y la violó. Lo mismo le pasó a Roda. "Cuando intenté gritar, me cubrió la boca y me dio una bofetada ", aseguró Roda. Al día siguiente, las niñas fueron trasladadas a habitaciones compartidas y únicamente permanecían en habitaciones individuales cuando se les exigía "trabajo”. Ambas chicas aseguran que fueron violadas casi a diario por varios hombres. Creen que Mma y la tía Kiki trabajan juntas en el mismo cártel de tráfico y que Mma era el líder del grupo. Sin embargo, todo lo que podían asegurar era que las dos mujeres se comunicaban entre sí y con los hombres de Igbo, el idioma que se hablaba en el sureste de Nigeria. En un mes, ambas estaban embarazadas, pero aun así, fueron violadas. "No importa si estás embarazada de seis semanas o seis meses", aseguró Roda. "Si alguno de los hombres te quiere, no puedes decir que no." No tenía sentido intentar escapar, explican, porque el complejo estaba custodiado por hombres armados. Alrededor de una docena de niñas vivían en el complejo cuando Miriam y Roda llegaron por primera vez. Pero el número cambiaba a medida que las niñas daban a luz y eran expulsadas, antes de que las nuevas chicas llegaran. Miriam dio a luz a un niño con la ayuda de una partera, pero le quitaron a su hijo. Tres días más tarde la trasladaron a una estación de autobuses donde los traficantes se aseguraron de que tomara un vehículo hacia el norte. "No querían que supiera el camino al complejo, por eso me cubrieron la cara", explica. "Me dieron 20.000 naira (unos 55 dólares) para los gastos de transporte”. Primero fue a Abuja, donde pasó una noche en la calle antes de abordar un vehículo comercial de regreso a Maiduguri. Miriam no sabe por cuánto se vendió su bebé. "Algunos traficantes dejan que sus víctimas se vayan después de dar a luz porque creen que si las niñas permanecen demasiado tiempo, podrían desarrollar un plan para exponer el comercio", explica Abang Robert, jefe de relaciones públicas de Caprecon Development and Peace Initiative, una ONG enfocada en rehabilitar a las víctimas de la trata de personas en Nigeria. "Tienen miedo del sabotaje". Las fábricas de bebés son más comunes en la parte sureste de Nigeria, donde los agentes de seguridad han llevado a cabo varias redadas, incluida una operación el año pasado cuando 19 niñas embarazadas y cuatro niños fueron rescatados. *Los nombres han sido cambiados Philip Obaji Jr. Fuente: Al Jazeera [Traducción y edición, Patricia Fernández Blanco][Fundación Sur]
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