LAS ALTERNATIVAS A LA CRISIS ACTUAL EXISTEN, AQUÍ Y EN ÁFRICA

17/12/2012 | Editorial

Estas alternativas no vendrán ni rápidas, ni fácilmente, pero son posibles y necesarias. La cuestión fundamental consiste en si queremos realmente despertar y superar esta crisis o preferimos seguir siendo esclavos del sistema impuesto por una minoría.

Los hechos son devastadores para dos tercios de la humanidad. Unas 60.000 personas mueren cada día de hambre o por desamparo en el mundo, mientras que en cada uno de esos días se gastan 4.000 millones de dólares en armamento.

La razón por tanto para que el hambre solamente mate a unas 35.000 personas diarias no es solo el desajuste financiero, sino más bien la codicia y la irresponsabilidad de sus propietarios y directivos.

Según el informe de la ONU sobre el desarrollo humano, un niño que nace en Noruega tiene una esperanza de vida de 81,1 años. Si nace en la Republica Democrática del Congo su expectativa se reduce a 48,4 años.

Los mecanismos que fallan en la sociedad no son solo económicos, cuando cada día circulan en los mercados de divisas alrededor de 4 billones de dólares sin pagar impuesto alguno, afirma Vicenc Navarro.

Existe un gran vacio de valores y una concentración de poder en muy pocas manos que permiten a los responsables disimular sus efectos reales. Los directivos financieros del mundo dan prioridad al beneficio y al lucro antes que a las necesidades de los seres humanos.

Por eso en España existen 3.1 millones de viviendas vacías, es decir: 100 sin utilizar por cada una de las personas que no tiene hogar.

Si queremos promocionar una sociedad más humana, necesitamos otro modo de producir y de consumir, junto con otros valores. Para satisfacer nuestro nivel de producción y consumo actual de bienes y servicios necesitaríamos casi 3.5 Españas. Este estilo de vida, de política y de economía es insostenible. Otro mundo es posible y necesario.

Los cambios sociales necesitan siempre educación, fuerza social, el empeño político de la ciudadanía, ideas y voluntad para hacerlos efectivos, decisión y un proyecto capaz de encantar y motivar a la mayoría. (www.accionculturalcristians.org )

La encomia impuesta por los imperios financieros ha hecho de la acumulación el motor de su progreso. Nuestra sociedad de consumo ilimitado construye graneros cada vez más grandes, no para cubrir las necesidades de las personas, sino para controlar.

El lucro no añade ni años a la vida, ni vida y felicidad a los años. Sin embargo el lucro se ha convertido en el “tesoro” acariciado por todos. Se confunde el dinero con el valor, y la riqueza con la felicidad.

Según la Universidad del Leicester (Reino Unido), el pequeño país de Bután en la cordillera del Himalaya, con un PIB (Producto Interior Bruto), seis veces menor que el español, ocupa el puesto octavo de los países más felices del mundo.( FIB=Felicidad Interior Bruta).

El enriquecimiento de unos pocos no acaba beneficiando a todos, como afirma el neoliberalismo económico.

Existen necesidades básicas, como vivienda, trabajo, salud, educación, que deben estar siempre garantizadas para toda la familia humana, aunque unos alcancen mayores beneficios que otros.

En una familia, los mejor dotados no invierten sus dones en provecho propio sino que los ejercitan en favor de los miembros más necesitados.

Si queremos cambio, debemos ser ese cambio.

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