LAMPEDUSA, TAHRIR, WESTGATE…

7/10/2013 | Editorial

Con las noticias escalofriantes que nos llegan cada día, frecuentemente relacionadas con África, corremos el peligro de no ver las buenas noticias que son más abundantes, si miramos a los nuevos avances en tecnología, crecimiento en la comunicación digital, cuidado de la salud y en solidaridad con los marginados.

Naturalmente nos impactan más tragedias como el último naufragio de Lampedusa con más de 300 muertos, los 51 fallecidos ayer mismo en la ya plaza de Tahrir, etc….

En medio de tanta tragedia humana, causada precisamente por manos humanas, lo más grave y preocupante me parece la pasividad e irresponsabilidad social de los líderes mundiales y de la sociedad en general.

Estos hechos trágicos son síntomas de la sociedad que estamos construyendo.
Semejantes catástrofes provocadas nos deberían llevar a todos: líderes y sociedad a buscar las causas profundas de tanta violencia, de tanto fanatismo y de tan poco respeto a la dignidad de cada ser humano.

Llegaríamos pronto a identificar “la pobreza”, también provocada, como la causa más importante y general de tanto descontento, frustración y reacciones violentas.

Una sociedad donde, un 10% controla los recursos del 80%, y que además sigue abusando irresponsablemente de los bienes de la naturaleza, está provocando no solamente una situación insostenible, sino que estamos poniendo en peligro la misma supervivencia del planeta para generaciones futuras.

Son muchos los sociólogos, economistas y pensadores de hoy que afirman categoricamente, que el sistema capitalista neoliberal es inhumano, opresor e injusto. También afirman que existen alternativas como una economía para el Bien Común, bancos éticos, comercio justo…

Pero ¿quien construye y sostiene este sistema económico inhumano?

¿ De donde brotan estos líderes financieros mundiales manipuladores que almacenan imperios, con el sudor y la sangre de los empobrecidos?

¿ De donde nacen tantos banqueros y políticos, con una falta grave de integridad y sin un mínimo de vergüenza?

Pienso que todos debemos analizar en profundidad el tipo de sociedad que estamos construyendo.

Sigo convencido de que una de las razones más profundas para semejante irresponsabilidad social, se encuentra en la pobre calidad humana de nuestra educación.

Sin un sistema de educación realmente integral, que capacite nuestros jóvenes a desarrollar responsablemente todo su potencial personal y social, difícilmente podremos esperar una sociedad y unos líderes más comprometidos en la promoción del Bien Común, que es la base fundamental para una harmonía social.

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