El 18 de Abril 2012 tuve la alegría de encontrarme por primera vez con dos personas ugandesas: Peter Baleke Kayiira y Janet Mary Oliso, dos activistas, invitados por Veterinarios sin Fronteras y que han sufrido el expolio del recurso de sus tierras.
Ambos participan en una campaña de sensibilización, a nivel de Uganda, África oriental e internacional, sobre la expropiación de tierras llevada a cabo en Uganda por empresas transnacionales, en conspiración con el gobierno local.
“Pese a la excelente legislación que existe en Uganda sobre el tema, el acaparamiento de tierras continua con impunidad total”, decía Peter. Janet puso de manifiesto como las prácticas de acaparamiento de tierras y recursos producen “una reducción de la oferta alimentaria, con el consiguiente riesgo de hambruna para las poblaciones más débiles. Estas practicas nos están destruyendo, los propios mercados están desapareciendo porque no tenemos apenas productos locales, sino que salen para la exportación”.
La familia de Peter, Janet, junto con 430 familias más, fueron expulsadas de sus tierras y casas en Mubende, Uganda, el 18 de Agosto 2002. Esto significa que 12.041 personas se quedaron sin el recurso vital de su tierra ancestral para vivir. Hoy, diez años más tarde, el caso esta sin resolver, pues no han encontrado ayuda ni en el Parlamento, Presidente, o la Corte de Arusha. Ahora se mueven ya a nivel internacional, pues ellos son uno de los grupos de familias expropiados de sus tierras, y son buenos profetas en la causa.
Sus tierras fueron destinadas por el gobierno, sin dialogo o compensación alguna, a «Newman Coffee Group», de Hamburgo , Alemania. Esta compañía tiene la poca vergüenza de pertenecer todavía al grupo de “Comercio Justo”.
Esta expropiación de recursos de vida a muchas familias de Uganda, se está llevando a cabo también “impune e injustamente” en el lago Victoria, por las grades compañías pesqueras de Japón, y de otros países.
Esto es lo más grave, que semejantes injusticias y abusos se cometen con absoluta impunidad, aunque las leyes sean claras. Esto quizás apunte a la crisis más grave que estamos padeciendo hoy: la pérdida de Humanidad, pues solo parece reinar la ley del más fuerte financieramente.
La valentía de personas como Peter y Janet, que siguen trabajando pacíficamente para que todas estas familias consigan justicia de alguna manera, es digna de admiración. También afirman que la frustración de la gente va aumentando continuamente.
Otro ejemplo de magnifico espíritu solidario nos llega del norte del Mali, donde los cristianos están siendo protegidos por sus amigos musulmanes, de la persecución que sufren de manos de los grupos islamistas radicales.
La medicina más urgente, en esta crisis actual de tanta violencia político-económica, puede ser precisamente ese espíritu solidario.
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