La Unión Africana hace la vista gorda ante los abusos del TPLF (Tigrayan People’s Liberation Front) en Etiopía

28/04/2009 | Opinión

La pésima labor de la Unión Africana (UA), desde que se fundó oficialmente en Durban el 9 de julio de 2002, es una cuestión candente especialmente para los intelectuales genuinos que están realmente interesados en África y para los jóvenes que ven su futuro arruinado debido a la corrupción desenfrenada, los líderes ineptos, las normas dictatoriales contagiosas y el robo de votos llevado a cabo por el régimen del TPLF y que se extiende por ejemplo hasta Kenia y Zimbabwe donde los líderes intentan emular el método aplicado por Meles Zenawi en los disturbios de las elecciones etíopes del 15 de mayo de 2005. Sostengo que el fracaso por parte de los líderes de la UA al condenar al régimen ilegítimo de Meles estableció un precedente que condujo a una era de inestabilidad y pobreza miserables en países que se encontraban bajo el poder de gobernantes despóticos.

Este documento se dirige principalmente a los jóvenes lectores que han intervenido en las instituciones políticas de fondo y de representación que definen su futuro.

La imparcialidad de la desaparecida OUA (Organización de la Unidad Africana)

Aún era joven cuando la ahora desaparecida Organización de la Unidad Africana fue fundada en Addis Abeba por 32 estados independientes el 25 de mayo de 1963. Entonces era un ingenuo en asuntos de política pero ahora soy algo más sabio para darme cuenta de su efecto perjudicial en manos de los líderes despóticos.

Recuerdo el debate de los pros y los contras de la creación de la OUA. Había oposiciones rotundas por parte de los expertos de poderes extranjeros que llegaban al punto de ridiculizarla. Por otro lado había preocupación de buena fe sobre si era prematuro embarcarse en el ejercicio en vista de la diversidad de culturas en África y gran parte del continente en vías de desarrollo con una red de transportes lamentable y una economía pobre junto con la intriga de algunos señores coloniales por cortar la Organización de raíz.

Para ser justo, la OUA actuó más allá de las expectativas, a pesar de los pronósticos, al impulsar la lucha por la liberación y dar lugar a estados independientes para el deleite de júbilo de otros y para darles la bienvenida y registrarlos como miembros. Doy gracias a Dios por haber visto esta historia de la lucha por la liberación en su origen.

Al igual que millones de mis conciudadanos, me siento orgulloso de que la oficina central de la OUA se ubicara en la capital de Etiopía, Addis Abeba, fundada por el Emperador Menelik II – el vencedor de la batalla de Adua contra Italia. Esta rotunda victoria contra las diabólicas fuerzas de Italia se convirtió, con todo su derecho, en el foco de esperanza para todas las personas negras de la Diáspora al aportar esperanza, inspiración y confianza a su lucha por la libertad y la independencia. La sede de la OUA en nuestra capital también es un tributo a la previsión y al duro trabajo del Emperador Haile Selassie.

Etiopía fue también un miembro fundador de las Naciones Unidas cuando el Emperador Haile Selassie tenía las riendas del poder. Su Majestad fue fiel a las Cartas de la ONU y de la OUA. Como parte del compromiso de seguridad colectiva de la ONU se enviaron batallones etíopes de elite a Corea y al Congo, donde recibieron galardones elogiosos por su perspicacia profesional; se envió un pequeño contingente militar a Nigeria durante la guerra civil incitado por el intento de conseguir el cese; el Emperador envió a las fuerzas aéreas para ayudar al presidente Nyerere cuando la unidad de Tanzania se encontraba amenazada por un alzamiento en Zanzíbar. Varios combatientes del movimiento por la liberación, incluido el distinguido hombre de estado Nelson Mandela, fueron adiestrados en Etiopía.

Los etíopes están orgullosos de esta importante contribución por parte de su país a la noble lucha contra el colonialismo y a la causa de la unidad cuando esta estaba amenazada por conflictos internos.

La prevención, la inteligencia, el fervor revolucionario y el compromiso de algunos de los fundadores de la OUA, como Kwame Nkrumah, de Ghana, no coincidían con los señores coloniales intransigentes, que estaban aficionados a absorber toda la riqueza del continente y al trabajo de esclavos de su gente. Emplearon todas las intrigas para minar la Organización y algunos líderes codiciosos acabaron siendo víctima de estas intrigas. La codicia se extendió como el cáncer hasta el punto convertir la Organización en un organismo inútil y el buen gobierno en una farsa. A pesar de todo esto, la OUA lo hizo bien de modo halagador.

Lado negativo de la OUA

El mal gobierno que se ha llevado a cabo en Etiopía durante los últimos 18 años debe ser señalado por sus consecuencias perjudiciales que no han tenido lugar sólo en Etiopía, sino también en la estabilidad de toda la región del Cuerno de África. Los ejemplos fundamentales son los siguientes:

A pesar del hecho de que Etiopía haya sacrificado sus escasos recursos para ayudar a otros países a ganar su independencia y mantener su integridad territorial de acuerdo con la Carta de la OUA, ni un solo miembro de la Organización susurró ni una palabra en público cuando Eritrea dejó a Etiopía sin salida al mar. Aquellos que no dijeron nada le echaban la culpa en privado al cese del gobierno del TPLF que aspiraba con fuerza a que esto ocurriese; El cese de Eritrea no aportó ni respeto a la OUA ni estabilidad el Cuerno de África. La guerra fratricida de 1998-2000 entre Etiopía y Eritrea cobró decenas de miles de vidas en ambos lados, por no hablar de los daños colosales a la economía y del peligro de la paz regional.

La OUA no fue capaz de frenar la matanza sufrida en ambos lados. La contribución de Etiopía en la lucha por la independencia de sus conciudadanos africanos que se encontraban bajo el yugo del imperialismo fue desgraciadamente poco correspondida. Esto tal vez se debió en parte a la exótica ideología divisiva que se entrometía en nuestra cultura única.

A ojos de la UA

El régimen del TPLF fue batido de forma convincente y aplastante en las elecciones históricas del 15 de mayo de 2005. Meles Zenawi declaró de forma inconstitucional un estado de excepción; los votos fueron robados y su partido declaró la victoria incluso antes de que su comisión electoral empezase a anunciar los resultados. Los verdaderos vencedores de las elecciones fueron brutalmente encerrados en prisión, incluida la carismática e inteligente jueza Birtukan Mideksa que ha regresado por segunda vez a esa cárcel mugrienta.

Lo que resulta realmente impactante es que la Unión Africana, que envió a sus representantes a dichas elecciones, declaró que las elecciones habían sido libres y justas y reconoció al partido TPLF como ganador. Lo que resulta aún más impactante es que uno de los diplomáticos de alto rango de la UA procedente de Ruanda se saltó las normas diplomáticas y culpó en público a la oposición por el malestar popular tras los disturbios de las elecciones, durante los cuales cerca de 200 personas fueron ejecutadas a sangre fría y decenas de miles de etíopes, en su mayoría jóvenes, fueron metidos en cárceles mugrientas con sus cabezas rapadas con cuchillas sin esterilizar. Es una pena que este ruandés olvidase tan pronto, en la comodidad del lujo de la que gozan los diplomáticos de Addis Abeba que cobran en dólares, las cerca de un millón de víctimas del genocidio que tuvo lugar en su país debido al pésimo gobierno del TPLF al incitar y agravar deliberadamente las diferencias étnicas y religiosas en un país tolerante donde la unidad en la diversidad había vivido en ejemplar harmonía relativa a lo largo de los siglos.

Mientras la presión iba aumentando para relajar el espacio político dando al estado el monopolio de los pilares de la democracia, el régimen gobernante desencadenó la invasión de Somalia para desviar la atención de los problemas nacionales. Esta invasión sin precedentes por parte de Etiopía causó daños draconianos en las vidas de nuestros vecinos somalíes y dejó una herida muy profunda que tardará décadas en cicatrizar. Sin embargo, lamentablemente, la UA sancionó públicamente esta brutal invasión en el terreno que el régimen tenía derecho a defender por sí mismo.

El ejército invasor del TPLF fue derrotado y expulsado de Somalia, dejando incierta la futura estabilidad del país. El ejército de Meles debió perder a muchos de sus soldados ya que de no ser así Meles se habría jactado revelando la pérdida de unos pocos. La negativa del tirano Meles a revelar la información a su propio parlamento es un desprecio total hacia: las normas democráticas mundialmente reconocidas, el pueblo etíope, y las familias de los muertos y heridos en la guerra contra Somalia.

La historia mantendrá a los líderes de la UA como responsables parciales del sufrimiento humanitario tal como el que tuvo lugar delante de sus narices.

Los etíopes viven en una gran cárcel; nuestros hermanos y hermanas somalíes no deberían responsabilizar al resto de nosotros puesto que se nos han denegado los derechos democráticos para demostrar públicamente los excesos del brutal régimen del TPLF.

El debate de la ayuda extranjera

Los donantes reclaman que África recibió más de un billón de dólares estadounidenses en ayuda a lo largo de los últimos 50 años. El continente aún tiene una cuantiosa deuda de 350 mil millones de dólares estadounidenses. La cuestión es a dónde ha ido a parar todo ese dinero. La opinión popular afirma que más del 80% fue devuelto a los donantes y el resto acabó en los bolsillos de los líderes corruptos o malgastado en armas militares y en el entrenamiento de las fuerzas militares serviles que son responsables ante sus señores corruptos.

Alguno podría compartir la opinión del profesor George Ayittey (destacado profesor de Económicas ghanés en la American University) que afirma lo siguiente: “África estaría mejor atendida si estableciera instituciones democráticas responsables tales como:

• Medios de comunicación independientes

• Un banco central independiente

• Un poder judicial independiente (ej. Estado de Derecho)

• Fuerzas armadas neutrales y profesionales

• Una función pública eficiente

• Una comisión electoral independiente”.

Obviamente no existe ninguna de estas instituciones en Etiopía, que actualmente se encuentra bajo el régimen estalinista de Meles Zenawi, que se encuentra entre los peores dictadores del mundo.

Llamamiento a los dirigentes de la UA

Los jóvenes han perdido la confianza en los dirigentes de la UA por todas las razones indicadas en los párrafos anteriores. La corrupción y el malgasto de dinero en las fuerzas de seguridad que son responsables ante los líderes despóticos han roto la esperanza de los jóvenes de alcanzar un futuro prometedor en un continente próspero y democrático dotado de una enorme cantidad de recursos naturales. La rebatiña por estos recursos por parte de los poderes externos es evidente. La influencia omnipresente del neocolonialismo se percibe, pero no hemos preparado a nuestros ciudadanos para rebatirla. Con todo el debido respeto, la culpa es de los dirigentes de la UA por no promover una cultura democrática y por no agilizar la llegada de una fuerte unión de colaboración a beneficio de todos los ciudadanos de los estados miembros de la UA.

La esperanza de los jóvenes, la juez Birtukan Mideksa, era joven cuando Meles era un fiel discípulo de Lenin, Stalin, Mao y Enver Hoxha. Era el líder de campesinos a los que habían lavado el cerebro y que estaban entrenados para matar a sus homólogos igual de estúpidos bajo el régimen de Mengitsu Haile Mariam. Birtukan Mideksa no tenía nada que ver con el desorden político creado por regímenes sucesivos bajo los cuales creció hasta revelar su propio derecho como una juez inteligente, justa y de principios así como una líder valiente y carismática en busca del pueblo etíope para la unidad, la justicia y la democracia. Estos valores nacionales seriamente perseguidos por el pueblo están en desacuerdo con las atrocidades cometidas por el brutal régimen de Meles.

La juez Birtukan simboliza un rayo de esperanza para los jóvenes. Es la líder de un partido político popular comprometido con la lucha pacífica por el cambio. Su segundo encarcelamiento, que ha dejado a su hija de 4 años en manos de su madre que tiene más de 70, es una crueldad ya que ella no ha hecho nada malo excepto decir toda la verdad que el pueblo etíope tiene derecho a conocer. No ha cometido ningún delito, está encarcelada por incumplir la constitución que el régimen gobernante incumple reiteradamente ante las narices de la UA y de la comunidad internacional.

Existen cientos de presos políticos en toda Etiopía. Es un secreto a voces que los presos políticos de origen étnico oromo ocupan cárceles mugrientas llenas de bichos y roedores.

Los dirigentes de la UA no deberían esconderse tras el velo de diplomático y permanecer callados ante la grave violación de los derechos humanos cometida contra la juez Birtukan y contra todos los presos políticos. Los dirigentes deberían condenar abiertamente a los carceleros que incumplen la constitución y liberar inmediatamente a los presos políticos.

Los dirigentes de la UA están moral y legalmente ligados a la tendencia destructiva del mal gobierno que ha tenido efectos nefastos en el progreso del continente.

¡Tolerancia cero para aquellos que permiten que haya presos políticos!

¡VIVA ETIOPÍA!

Por Roble Ababya

Publicado en el Addis Voice de Etiopía el 26 de marzo de 2009.

Traducido por María Castillo García-Andrade, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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