La unión africana es un obstáculo para la paz en Darfur

24/09/2007 | Opinión

La fina línea que separa las posiciones de la Unión Africana como una organización regional y la del Gobierno de Sudán, una parte del conflicto de Darfur, desapareció prácticamente hace unos días. Diplomáticos de las Naciones Unidas hablando en condiciones de anonimato, declararon a Reuters que la Unión Africana se opone a la tan necesitada infantería de soldados que no vengan de la Unión Africana, para formar una fuerza híbrida.

La cuestión es ¿Por qué se opone la Unión Africana a las tropas no africanas? ¿Hay una razón objetiva real para ello? LA nueva fuerza híbrida en Darfur necesita pericia y unidades eficaces, para poder desarrollar su labor en ese lugar tan peligroso. La resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas habla de que las tropas africanas sean el primer recurso, si es posible, según los criterios de Naciones Unidas.

El Gobierno sudanés ha dejado bien claro que no quiere soldados no africanos en Darfur. Para ellos los africanos son más fáciles de manipular para que tomen posturas a su favor y así no destaparán su mala actuación en Darfur. De hecho rara vez hemos visto un funcionario africano criticando a Sudán por la crisis de Darfur.

El ex Ministro de Exteriores de Zambia, Mundia Sikatana, ha sido uno de esos pocos que han criticado a Sudán. Acusó a Jartum, el pasado mes de julio de complicar la crisis en la región de Darfur. Los periódicos del sur de África describieron sus palabras correctamente como “algo inadmisible en los políticos africanos, donde criticar a regímenes hermanos es asumir un riesgo personal”. Sikatama fue también el único funcionario africano que dijo que es casi imposible para África suministrar todas las tropas que necesita la Fuerza de Darfur. Desafortunadamente, este diplomático franco y valiente fue expulsado de su cargo en agosto, por el Presidente de Zambia. A primeros de agosto el Presidente de la Unión Africana, Alpha Oumar Konaré hizo unas osadas declaraciones a la puerta del palacio presidencial de Sudán, diciendo que África proporcionará todos los soldados que sean necesarios para la Fuerza Híbrida. Estas observaciones se hicieron sin consultar con las Naciones Unidas, que están costeando toda la operación. También eran contrarias a las afirmaciones hechas por expertos militares y oficiales de mantenimiento de la paz de la ONU, que aseguraban que África no podrá ofrecer suficientes militares entrenados para la fuerza de Darfur. Aún así, Konaré actuó ese día como si estuviera recibiendo instrucciones del Presidente de Sudán. Por supuesto que Jartum inmediatamente aclamó estas declaraciones por las razones que he señalado antes.

Antes de eso la Unión Africana había retrasado la puesta en marcha de los planes para las operaciones pidiendo el mando de la fuerza híbrida. Dado el fracaso de la Unión Africana en Darfur y su incapacidad para incluso pagar un salario a sus soldados, era una petición sin precedentes. Esa era una de las condiciones de Jartum, también, que la fuerza estuvieses bajo las órdenes de la Unión Africana, pero eso no era posible, ya que las Naciones Unidas iban a pagarlo. Así que, aparentemente la Unión Africana va a dar vueltas a eso, para complacer al Gobierno de Sudán.

Este asunto de la Unión Africana intentando asumir el mando completo de la fuerza híbrida era visiblemente evidente al seleccionar al general rwandés, Karenzi Karake, como subcomandante de la fuerza híbrida de Darfur. La confirmación de Karake se hizo desde la Unión Africana, sin consultar a las Naciones Unidas. Los oficiales de las Naciones Unidas entre bastidores saben que las acusaciones de crímenes de guerra contra Karake tienen bastante credibilidad.

No está claro si la ONU hizo algún intento de establecer unos límites para la Unión Africana, en cuanto al mando y el control de la fuerza híbrida. Más bien, parece ser que no, ya que la ONU, bajo el liderazgo de Ban Ki Moon ha demostrado una extrema debilidad en la cuestión de Darfur, complaciendo a Jartum todo lo que puede.

En el frente político la Unión Africana insiste en apropiarse de los esfuerzos de mediación. El Presidente de turno de la Unión Africana, Konaré, hizo una advertencia tajante diciendo que “no subcontrataremos nuestro liderazgo y no permitiremos que nuestro liderazgo sea subordinado”. Pero lo que no mencionó Konaré es que el liderazgo de la Unión Africana en la crisis de Darfur ha sido desastroso, por decirlo de una manera suave, porque ni se ha logrado alcanzar la paz ni la seguridad en la región en los últimos cuatro años de liderazgo africanista.

Además, la Unión Africana y el jefe de sus mediadores, Salim Ahmed Salim, ha estado interpretando un peligroso papel, al intentar provocar a los mandos de los movimientos rebeldes de Darfur, contra sus líderes. Esta arriesgada estrategia no hará nada más que ocasionar más divisiones entre los rebeldes y crear unos sub-líderes que carecen de apoyo de las bases en Darfur. Una vez más esta política de animar a la disidencia dentro de los movimientos rebeldes ha sido adoptada por Jartum. El consejero presidencial de Sudán afirmó explícitamente que su Gobierno “Ayudaría a todos aquellos rebeldes que deseasen desertar de sus movimientos”.

Entonces la desafortunada elección de Libia como lugar de reunión para las conversaciones de paz por la Unión Africana y supuestamente de la ONU, fue la idea del Presidente de Sudán, según los periódicos de Jartum. El jefe de la ONU aprobó esta elección a pesar del hecho de que fuera el líder libio, Muammar al Gaddafi, el que presionó a Chad y a Sudán para que rechazasen los cascos azules de la ONU. Gaddafi ha estado utilizando su influencia financiera para promover la disidencia de los movimientos rebeldes de Darfur. Los motivos del líder libio para albergar las conversaciones de paz deberían examinarse con lupa, ya que su historia, tanto interna como externa, no hace de él precisamente un agente de la paz.

Tampoco debemos olvidar que el Tribunal Penal Internacional ha estado intentando durante los dos últimos años, firmar un acuerdo de cooperación con la Unión Africana sin éxito. El Tribunal Penal Internacional necesitaba la ayuda de la Unión Africana para investigar los crímenes de guerra de Darfur, en particular. Sin embargo la Unión Africana, presionada por Sudán, ha rechazado siempre firmar el acuerdo, a pesar de los esfuerzos del Tribunal Internacional.

Creo que ya es hora de que la Comunidad Internacional y los defensores de Darfur se den cuenta de que la Unión Africana y Jartum son dos caras de las misma moneda. La Unión Africana está actuando como apoderada del Gobierno sudanés para hacer la vida más difícil al pueblo de Darfur, mediante el retraso del despliegue de la fuerza pacificadora, reduciendo su eficiencia y actuando como mediador parcial en la búsqueda de un acuerdo de paz. Debemos ir más allá de los clichés de felicitar a la Unión Africana por el trabajo que han hecho en Darfur. La crisis humanitaria en Darfur no puede estar secuestrada por un puñado de hombres de la Unión Africana, cuyo único interés es complacer a los de una parte, a expensas de la otra.

Wasil Ali

* El autor es un periodista de ‘Sudan Tribune’, se puede contactar con él en wasiltaha@hotmail.com

El artículo fue publicado por ‘Sudan Tribune’ el 17 de septiembre de 2007.

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