La falta de coraje de la Unión Africana es deplorable
Apenas ha sido nombrado Presidente de la Unión Africana (UA), el Jefe del Estado de Benín, Boni Yayi ya se enfrenta a su primera crisis. Pero en lugar de asumir sus responsabilidades y mantenerse firme ante el presidente senegalés, la UA se contagia del inmovilismo habitual y saca una lacónica nota de prensa.
La UA no está dispuesta a asumir sus responsabilidades y actuar en consecuencia cuando se requiere de ella que haga frente a la situación que prevalece en Senegal. El presidente senegalés Abdoulaye Wade que durante mucho tiempo ha estado en la oposición rehúsa a día de hoy abandonar el poder al término de su mandato. Para conseguir sus fines, juega con la constitución de su país y avala este golpe de estado realizado por el Consejo Constitucional. Así, lo que pretende alcanzar es un tercer mandato. Mientras su pueblo se opone a esta iniciativa. La UA, con una falta total de agallas, saca un comunicado que tiene mucho que ver con su habitual inoperancia.
Si no, cómo se entiende que mientras el presidente senegalés Wade revisa la constitución de su país y a sus 85 años pretende un nuevo mandato y que la UA no le diga que se vaya antes de que le echen. En lugar de adoptar una clara oposición a esta iniciativa, la organización panafricana exhorta a los senegaleses a abrir sin demora un dialogo político para garantizar un proceso electoral pacífico y transparente y así consolidar los grandes logros que Senegal ha conseguido a lo largo de su historia contemporánea y su recorrido democrático. Se esperaba que la UA fuera más allá y pidiera a Wade que abandonase el poder.
Ya hay muertos entre los manifestantes que se oponen al nuevo mandato del viejo. Esta situación de Senegal plantea un problema de altura a los opositores que acceden al poder. Recordemos el caso de Mamadou Tandja quien después de llegar al gobierno rehusó abandonarlo al final de sus dos mandatos. Lo mismo sucedió con Laurent Gbagbo que rechazó ceder su puesto a su sucesor. Conocemos lo que sucedió después.
Hoy en día, con 85 años cumplidos y dos mandatos consecutivos, Wade amaña la constitución de su país y quiere volver a presentarse a las elecciones en contra de la voluntad popular. Recordemos que en los momentos álgidos de la crisis libia, Wade visitó Bengashi y tuvo el coraje de pedir a Gadafi que dejara el poder. “Merece la pena que te vayas” dijo a de Gadafi. Sin embargo ahora él no tiene el coraje de respetar a su pueblo y dejar el poder con honor. Si no tiene el coraje, ¿por qué la UA no tiene la audacia y las agallas de decirle la verdad?
¿Por qué son siempre los líderes de los países occidentales más clarividentes que los nuestros? Los Estados Unidos y Francia han solicitado a Wade que deje sitio a las nuevas generaciones. ¿Por qué esta voluntad opaca de Boni Yayi en la declaración que ha realizado en calidad de presidente de la UA?
Todos los africanos saben que el comportamiento del presidente senegalés no es sabio y no está por instaurar un clima democrático en su país pero los presidentes africanos no se atreven a levantar la voz.
Eros Nouwokpo
Nota de prensa de la Presidencia de la Unión Africana
La Presidencia de la Unión Africana, preocupada por la violencia pre-electoral y la pérdida de vidas humanas en Senegal, insta a toda la clase política y al conjunto de fuerzas sociales de ese país para volver a la calma y la moderación.
Se les exhorta a abrir sin demora un dialogo político interno con el fin de garantizar un proceso electoral tranquilo y transparente y así consolidar los grandes logros conseguidos por Senegal a lo largo de su historia contemporánea y su recorrido democrático.
La Unión Africana continuará observando la evolución de los acontecimientos y se reafirma en su disposición de hacer todo lo que esté en su mano para facilitar el fin del proceso electoral y contribuir al reforzamiento de la democracia en Senegal, en conformidad con sus leyes, así como en el mantenimiento de la paz y de la cohesión de la sociedad senegalesa.
Publicado en “L’autre Fraternité”, Benín, 5 de febrero de 2012
Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Solís Santander.
